Después del ajetreo del día anterior, tocaba dormir un poco más, pero aun a sí a las 8 ya teníamos los ojos abiertos y con ganas de playa!!
Desayuno en el buffet,
FPS50, y a la playa!!. Hacía un día extraordinario, algo de brisa, pero el mar como una balsa...ni una sola ola, dia perfecto para coger el
catamarán. Pasamos por el scuba center a reservarlo para las 12, y volvimos a la playa. Dimos un paseo por la otra parte de la playa que nos quedaba por ver, la zona sur hacia el final del BP Akumal. Es una zona con apenas dos calitas pequeñas y el resto rocas, nada propicio para el baño, pero tranquilas para el que no lo busca. Hacía el final del resort, ya en las ultimas villas, vimos un bar muy pequeño, y con muy poca gente donde estaban poniendo
cocospara beber.
Para la foto estuvo chulo, pero realmente no nos convenció el agua de coco. Demasiado caliente, y el cuerpo en esas situaciones pide algo más fresquito...como una piña colada quizá!!
Un rato al sol, vuelta y vuelta, y a por el catamarán!! El año pasado en Punta Cana lo cogimos dos veces, y la verdad es que es una pasada. Yo tengo el PER con habilitación para
vela, aunque no hace falta para nada, pero viene muy bien para saber llevarlo, como moverse según incida el viento, y como virar o trasluchar sin quedarte parado o tirar a alguien al agua. Allí solo te preguntan si sabes llevarlo y listo. El que rompe paga, con eso les vale.

PIRATAS DEL CARIBE
Al acabar, fuimos a la piscina a darnos el último chapuzón, nos cambiamos, y a comer al buffet. Por la tarde no podíamos ni movernos del cansancio acumulado, así que decidimos descansar con una buena siesta, ya que la tarde se presentaba ajetreada con una salida a ver Playa del Carmen
A las 6 y media de la tarde salimos del resort, y cogimos las vans o "
colectivos" como llaman ellos para ir a
Playa del Carmen. Era la primera vez que salíamos por libre del resort, y fue todo una experiencia. Tal y como había leído aquí, en cuanto vimos una furgoneta debidamente identificada (tienen una raya de color verde o marrón trasversal a mitad de altura), levantamos la mano y paró a recogernos. Estaba vacía, con lo que el trayecto se hizo más largo al ir parando cada vez que veía a alguien en la carretera. El conductor era un poco alocado la verdad, aun sin llamarle la gente, frenaba bruscamente y daba marcha atrás como si nada, pero bueno, llenó enseguida, y ya fuimos sin paradas a Playa del Carmen.
Nos dejó en la parada principal de los colectivos, en una calle transversal a las principales y a solo 3 de la famosa 5ª avenida, donde le pagamos los
35 pesos por persona del trayecto.
Por la
5ª avenida sentirías que estás en Ibiza, Mallorca u otra ciudad turística si no fuera por algunos tejados de palma (tipo
palapa) que se ven en algunos locales. Es muy turístico, y ves a gente de todas las nacionalidades. Ya se hacía de noche, así que bajamos a la playa a hacernos unas fotos y ver aquello con algo de luz aún, y volvimos a la 5ª Avenida a comprar algo. Aunque nos habían dicho que las calles contiguas eran mucho más baratas las compras, salimos a la
10ª avenida, pero no vimos mucho más que el famoso Coco Bongo.

5ª AVENIDA DE NOCHE
Al terminar la dura jornada de compras y regateo

, nos tomamos una Coronita (allí se llaman
Corona) y unos nachos en un bar que se llama Pez Vela y de vuelta al hotel, nuevamente en colectivo. Aprovechamos también para cambiar algún euro más en pesos, ya que allí es donde mejor cambio había.

CERVEZA CORONA
Nos gustó Playa del Carmen, mucha gente, mucho ambiente y realmente nada caro comparado con sitios parecidos en Europa. Lástima de haber salido tan tarde y no haber aprovechado un poco más el día allí.
Para volver al hotel, fuimos al mismo sitio donde nos dejó el colectivo antes, y cogimos otro que nos dejó en la puerta del hotel....bueno, puerta puerta no, porque te deja al otro lado de la carretera, con lo que había que cruzar
4 carriles de noche. Nada peligroso, pero curioso, es como cruzar una autovía prácticamente, aunque allí es algo de lo más normal. Una vez en el resort, cenamos en el snack bar 24hrs, paseo hasta la playa y a dormir, que al dia siguiente esperaba una nueva excursión.
05:50, y ya estaba sonando el despertador. En esta ocasión, la furgoneta-taxi que nos recogía para la
excursión hacía su primera escala en nuestro hotel, y a las 06:40 ya estaba esperando en la puerta del lobby. Antes, había que pasar por el snack bar 24hrs a desayunar algo, ya que el buffet principal no abría hasta las 7 am.
Por delante un largo camino pasando por el hotel de Xcaret a recoger al resto de la excursión (los mismos que habíamos hecho la anterior dos días antes), y más de 115 km hasta
Puerto Juárez, al norte da Cancún donde nos recogía una lancha para llevarnos a
Isla Mujeres. Allí conocimos a Juan Carlos Hedding, que aprovecho para ir de excrusión también con su hija, su hermana y su sobrino.
Una vez en el puerto, compramos una botella de ron en un
Oxxo cercano para amenizar el día en la isla, y a embarcar en nuestra lancha. Afortunadamente tenía techo, así que evitamos pegarnos la primera insolación del día.

GALEÓN EN PUERTO JUÁREZ
EMBARCANDO
La lancha no era la más veloz del caribe, imagino que por seguridad y para no asustar a nadie a pantocazos, o quizá el motor no daba para más, así que el viaje se hizo algo largo, quizá 30 o 40 minutos. La verdad es que viendo el
mar azul, se te olvida lo que es el tiempo, así que procuramos disfrutar del entorno mientras el resto de barquitos nos iban pasando por los lados
Y por fin llegamos a
Isla Mujeres, atracando en unos muelles en la zona norte de la isla, donde se concentra la mayoría de viviendas. Lo primero que asombra ver es que para nada es un sitio tranquilo y descivilizado. Coches, tiendas, gasolinera, mucha gente....y por supuesto
carritos de golf, ideales para conocer la isla.

LLEGANDO
Allí alquilamos 3 carritos de golf por una hora para recorrer la isla. (salen a 180 pesos la hora, y también se pueden alquilar el dia completo), y salimos dirección sur a recorrernos la isla entera hasta el final de la misma. Paramos en un primer punto, junto a un aeropuerto militar donde nos hicimos unas fotos con un monumento al
tiburón ballena, y seguimos la marcha.
El camino realmente no es gran cosa, íbamos por una carretera llena de
badenes que obligaban a frenar casi en seco, y al ser una carretera por el interior, no podíamos disfrutar de las vistas. Eso si, la diversión venía del pique que llevábamos con los carritos, a unos 40 km/h de velocidad

DANDOLE GAS AL CARRITO
Después de aproximadamente 20 minutos, llegamos a la punta sur de la isla. Es una zona de acantilados de unos 8 metros, y pradera rocosa con diferentes monumentos y esculturas dedicadas a la diosa
Ixchel. Hay que pagar por entrar, creo que 30 pesos, pero como íbamos con el tiempo justo, lo vimos desde fuera. Mirando hacia Cancún desde allí se puede apreciar una de las vistas más espectaculares, y es esa mezcla de colores azules, en lo que parece, según Juan Carlos, que un pintor ha tirado un cubo de color
azul turquesa sobre otro de azul oscuro.

PUNTA SUR
AZULES ESPECTACULARES
Por allí hay varias esculturas, una de ellas dedicada a las
iguanas, el animal más común de toda la zona, y por supuesto, a la diosa Ixchel.
Ya tocaba volver a devolver el carrito (es lo malo de esta excursión, que entre ir a la punta sur y volver, ya son casi 45 min), aunque esta vez la vuelta fue por otra carretera menos transitada, que iba paralela al mar por la vertiente norte. Zona con buenas casa (chalets mejor dicho), que contrastaban con barrios más humildes.
Una vez devueltos los carros dimos un paseo por el pueblo (corto, ya que el sol apretaba y teníamos muchas ganas de playa), y a embarcar de nuevo, esta vez a la punta norte, donde había una gran
piscina natural de agua turquesa, y no más de un metro de profundidad.
Y en efecto....llegar allí y ver esta imagen, era sentirte en el auténtico
caribe.
Estuvimos casi una hora por alli chapotenado, buceando por una zona de rocas cercana, viendo erizos, estrellas de mar...y hasta rayas!! Todo amenizado con un poquito de
ron para animar bien el día.
De allí pasamos a otra zona esta vez con más profundidad para hacer
snorkel. Minutos antes, una típica nube caribeña de formación ultra rápida empezó a descargar con fuerza sobre nosotros como si tuviera que soltarlo todo en 5 minutos. Dentro de la lancha se estaba "algo" a cubierto, pero el mejor lugar para pasar el
chaparrón era dentro del mar, así que gafas, tubo, aletas...y abajo.
Por exigencias de no se quien ahora mismo, es necesario hacer snorkel con un
chaleco. Quizá por seguridad, pero más pensado para que nadie descienda a los fondos y se lleve algo que no debe. Son zonas
protegidas y hay que respetarlas. Junto a las zonas más rocosas pudimos ver peces de todo tipo, estrellas, esponjas, barracudas....y hasta una virgen!!. Es un recorrido acotado por boyas, y casualmente con una corriente fuerte a favor. Eso si, como intentes volver lo llevas crudo. Con la
corriente y el chaleco, se hacía imposible. Solo había que dejarse llevar, y disfrutar.
Y por fin llegó la hora de
comer. Atracó la barca en otra zona (la verdad es que la cara este de la isla son todo embarcaderos) justo frente al restaurante. Allí mismo, y en una zona acotada, tenían dos
tiburones gato (quizá algo drogados

) para hacerse foto con ellos. No hay que pagar, aunque piden la "voluntad recomendada" de 15 pesos. Algo "barato" solo por tener cerca un bicho así.
Mientras se hacía la comida, aprovechamos para visitar la
Tortugranja, a apenas 100m de allí. Es un mini acuario por así decirlo, con diferentes tipos de tortugas, de todos los tamaños desde las recién nacidas hasta las más grandes que estaban en una zona acotada fuera en el mar, zona con cientos de
nidos esperando eclosionar, peceras con rayas, pulpos, peces exóticos, caballitos de mar, y una bañera abierta donde un hombre muy simpático (todo un lobo de mar retirado) nos sacó estrellas, erizos, y una graciosa
cacerola de mar (cangrejo herradura), animal curioso que tiene por ejemplo la sangre azul, y que dicen que puede frenar el VIH al ser un coagulante de toxinas. Nuevamente, toda una bonita experiencia.
De vuelta al restaurante ya estaba todo preparado para disfrutar del pescado
tikin xic (estaba incluído en el precio de la excursión, solo se pagaban aparte las bebidas).
Nos lo sirvieron en unas bandejas donde habían además otros ingredientes, y por supuesto
tortitas para hacer fajitas para el que quisiera, yo uno de ellos. Creo que repetí dos veces bandeja, y con casi más de 10
fajitas, debo reconocer que me gustó.
Una hora de descanso, donde ya buscábamos las
sombras más que el sol, y vuelta de nuevo con la lancha a la península (si, como España). Nuevamente viaje lento y largo, pero ameno mirando la infinidad del mar azul.
Una vez en tierra, nos dimos un agua en unas duchas que habían junto al embarcadero para quitarnos la sal, y vuelta a la furgoneta. Siguiente parada,
Mercado 28 de Cancún, a seguir con las compras.
Un mercado orientado 100% al turista, con venta de regalos, joyería, artesanía y adornos típicos, y por supuesto, donde hay que
regatear mucho. Yo personalmente odio regatear, se que al final me lo voy a llevar, pero me agota estar 30 minutos en un sitio para que al final me lo deje a mitad de precio. El mercado en sí es un sitio chulo, muy estrecho y por supuesto con mucho
calor. Al ser 8 los que íbamos, nos movimos poco y no pudimos ver mucho, pero hicimos bastantes compras conjuntas en la apenas hora de tiempo que teníamos..
Finalmente, agotados de regatear y con un golpe de calor, conseguimos comprar el grueso de regalos a buen precio trás negociaciones

y volvimos a la furgoneta a hacer la vuelta al hotel (110km)
Una vez allí, descanso y a cenar al primer temático, que curiosamente, no era el que habíamos reservado. La chica que nos hizo la reserva el primer día se hizo un buen lío, y al final nos cruzó todas las
reservas de la semana, con lo que nos presentamos en en gourmet, cuando la reserva era en el de pescados. Esa primera noche nos dio igual, fuimos al "
Frutos del Mar", donde por cierto cenamos de maravilla y en una excelente situación junto al mar, pero nos molestó bastante el tremendo error, así que a la mañana siguiente acordamos ir a quejarnos y que nos dieran el orden que habíamos elegido el primer día.
Una de las muchas casualidades del mundo quiso que allí en el restaurante me encontrara a mi
primo y su mujer, que casualmente viven en Madrid a escasos 20 km de nuestra casa y al que veo más bien poco. Llegaron un día después que nosotros y se hospedaban en el BP Tulum, así que le dije que ya quedaríamos un día allí para vernos, porque esa noche ya se iban a dormir.
Trás la cena, fuimos a tomarnos una copa a la
discoteca de la Hacienda, de donde salimos escopeteados. Mala música, poca gente y llena de niñatos. En fin, la experiencia de la discoteca "Congas" del Bahía Principe de Punta Cana nos hizo pensar que sería igual, pero no. Así que a la 1 a la cama, y a descansar del agotador día.
5º día en México, y con todas las excursiones programadas finalizadas, tocaba explorar un poco el
resort y los alrededores.
Desayunamos tarde, aunque allí tarde son las 9:30 de la mañana

, y fuimos a relaciones públicas a reclamar por el desastre de
reservas que nos habían hecho en los temáticos. Ya que íbamos a ir esa noche a Playa del Carmen, solo "luchamos" por el gourmet del miércoles. Digo luchamos porque allí siempre te van a poner excusas y opciones B, pero si te mantienes firme, y algo serio, al final descuelgan el teléfono para llamar al encargado del restaurante y hacen el apaño para que tengas mesa, tal y como sucedió con nosotros.
Con la reserva ya confirmada, fuimos andando hasta la zona de pistas de tenis y alquiler de
bicicletas junto a la Hacienda Doña Isabel. Digo alquiler, pero es sin cargo, solamente apuntan tu número de habitación, coges un casco (si, obligatorio aunque parezca mentira) y a rodar. De las bicis ni hablo, creo que basta con decir que no tienen freno, y que si quieres parar tienes que pedalear hacia atrás....

pero vamos, que te acostumbras a las 2 caídas (es broma, son fáciles de manejar)

PARANDO A REPOSTAR
Después de recorrer el resort (o lo que pudimos en una hora que dura el alquiler) y hacernos unas fotos, nos echamos la crema y fuimos a la
playa. Serían las 12 y algo, y a esa hora ya empieza mucha gente a irse a las piscinas, con lo que no hubo problema con las tumbonas. Pero ese día no nos apetecía el vuelta y vuelta, así que nos fuimos a caminar hacia la playa del BP Tulum. Llegando ya (y deshidratados buscando una piña colada) vimos ajetreo en la piscina, y es que había fiesta española, y estaban repartiendo
paella y sangría, amenizado con pasodobles y canción española (que típico...

)

SPANISH PAELLA

Volvimos a la playa, y decidimos ir hasta donde la vista alcanzaba por el norte ya fuera del resort, donde se veía una zona de rocas y una
palapa en ellas. El mar allí estaba algo más bravo, al no haber los montículos para absorber el oleaje que hay en el complejo, pero a la vez estaba el agua más clara y limpia.
Hay casas particulares (esos si que viven bien) y un par de hoteles que aquí en España serían de lo mejorcito, pero que allí al lado de los grandes resorts parecían poca cosa. Y llegamos por fin al final, donde había un embarcadero que terminaba en una palapa con unas
hamacas seguramente del hotel cercano donde quizá, te podrías echar la mejor siesta de tu vida.

BONITA CURRADA CON LA ARENA
Ahí sentimos la primera vez la
tranquilidad y la paz que te da estar en un lugar sin masificación, una playa sin tumbonas, sin gente, y salvaje, sin nada que evite oleaje o temporal. Se nos hacía tarde, así que volvimos a recoger las cosas a la playa y al buffet a comer, que nos cerraba.

LAS INNUMERABLES IGUANAS DISFRUTANDO DEL SOL DEL CARIBE
Por la tarde, bajamos a la playa del BH Akumal, la más al sur de todo el resort y la mas apartada a echarnos una
siesta a la sombra de una de las villas que está en primera línea. Al despertarnos, decidimos caminar de nuevo fuera del resort en busca de esa tranquilidad que habíamos tenido esa mañana.....y la encontramos
Playa chemuyil, o nuestro pequeño paraíso como la llamábamos antes de conocer su verdadero nombre una vez aquí en España.

PLAYA CHEMUYIL
Delimitada por un espigón por el mar, y frondosa vegetación por tierra, sale un camino que deja de serlo a los pocos metros en lo que parece una plataforma de coral y rocas que lleva muchos años fuera del mar, y donde mucha gente se da la vuelta al pensar que ya no hay nada que ver por allí. Nosotros seguimos, y vimos que el mar entraba como en una pequeña
bahía hacia el interior. Pasadas las rocas, vimos a lo lejos nuestro paraíso. Una playa pequeña, de unos 300m de extensión, con palmeras, arena blanca...y completamente
desierta!!
Allí habían unas casas abandonadas, donde se veía que vivía una familia, pero nada más.
Pelícanos en el agua y rocas, restos del paso de las tortugas y una panorámica que jamás se me borrará de la retina. Allí si se encuentra
paz.
Tras unas fotos y unos momentos mágicos ya cayendo el sol volvimos al resort, para ducharnos y prepararnos para salir de fiesta por playa del Carmen. La casualidad quiso que de camino, un pelícano no se fuera volando con nuestro paso. No sabremos quien fue más curioso de los 3, el caso que estuvimos a 30cm de él, con cuidado de no
asustarlo, y nos hicimos algunas fotos chulas a su lado.
En cuanto a la noche en Playa del Carmen, no entraré en muchos detalles. La zona de pubs es lo más parecido a cualquier destino turístico costero, con muchos locales abiertos y al aire libre, música muy alta, y varias opciones de precios. Allí lo normal es que las chicas beban la primera copa
gratis, y el chico pague o un precio fijo como entrada o simplemente sus copas. También te ofrecen mucho la "barra libre", aunque nosotros no buscábamos esa opción. Finalmente elegimos "
La Vaquita", donde por 60 pesos ponían litros, y donde pudimos coger una buena disfrutando de la noche mexicana
La música allí es muy americana, predominando el house comercial, el hip-hop, y algo (pero poco) de musica latina. Aun así, me gusto, los Dj´s pinchaban muy bien, y todo con video sincronizado.
A las 2 y media fuimos a la zona de Coco Bongo a por un taxi para volver al hotel. Nos pedían 350 pesos, pero regateando lo dejo el 280. Y vuelta al hotel a descansar, al día siguiente teníamos pensado madrugar para ir a Tulum y Playa Paraíso.