18 días por la Costa Oeste de Estados Unidos: un sueño hecho realidad ✏️ Blogs de USA6.000 km. en coche, 6 vuelos, 8 estados y mucha ilusión: San Francisco, Los Angeles, Secuoia & King Canyon, Yosemite, Death Valley, Las Vegas, Zion, Bryce Canyon, Canyonland, Arches, Monument Valley, Antelope Canyon, Gran Cañon del Colorado, Historic Route 66, Las Vegas, Grand Teton, Yellowstone y unas horas en Nueva York.Autor: Lm_yp Fecha creación: ⭐ Puntos: 4.8 (20 Votos) Índice del Diario: 18 días por la Costa Oeste de Estados Unidos: un sueño hecho realidad
01: Prólogo
02: DIA 1: Vuelo Madrid – San Francisco
03: DIA 2: San Francisco (Golden Gate, Alcatraz, Tour nocturno en bus)
04: DIA 3: San Francisco (Lombard St - Chinatown)-Vuelo a Los Ángeles (Santa Monica)
05: DIA 4: Los Angeles (Santa Mónica, Beverly Hills, Paseo de la Fama)
06: DIA 5: Los Angeles - Sequoia & Kings Canyon - Fresno
07: DIA 6: Fresno – Yosemite – Bishop
08: DIA 7: Bishop – Death Valley – Las Vegas
09: DIA 8: Las Vegas - Zion - Bryce Canyon - Green River
10: DIA 9: Canyonlands – Arches – Monument Valley
11: DIA 10: Page - Meteor Crater - Flagstaff
12: DIA 11: Gran Cañón – Ruta 66 – Las Vegas
13: DIA 12: Las Vegas
14: DIA 13: Las Vegas – Salt Lake City - Yellowstone
15: DIA 14: Yellowstone - Grand Teton - Jackson
16: DIA 15: Grand Teton - Yellowstone
17: DIA 16: Yellowstone
18: DIA 17: Grand Teton – Salt Lake City
19: DIA 18: Nueva York – Madrid
20: Conclusiones
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Etapas 4 a 6, total 20
Nos levantamos temprano y recogimos la mochila para a continuación hacer el checkout, proceso que siempre se hace rápido. Hoy iba a ser un día largo y cansado, ya que íbamos a tener que cargar con mochila durante gran parte del día. Bajamos por la calle Bush St. para ver la Chinatown Gate. Tras unas fotos dimos media vuelta y bajamos por Powell St hasta Union Square, ya que íbamos a coger el bus turístico que nos lleva a Fisherman's Wharf, donde empiezan los tours. No queríamos llegar hasta allí, ya que el objetivo de esa mañana era ir a ver Lombard St que pillaba de camino, por lo que le dijimos al conductor que si podía parar a mitad del trayecto para que nos bajáramos. Este decía que no podía y que debía seguir hasta el final. Después de mucho insistirle nos dejo, como cosa excepcional, en la misma Lombard. La calle es muy empinada y la subida dura, pero merece la pena. Llegamos a la famosa calle sinuosa de Lombard St.. Llena de flores y arbustos junto a las bonitas casas que forman la calle hacían una bonita estampa. Subimos la calle por unas escaleras que hay en los laterales hasta llegar arriba, donde se cruza con Hyde St.. Aquí las vistas eran muy buenas, ya que se veía bajar toda la calle Lombard con sus jardines, y al fondo la Coit Tower y la bahía. A un lado de la Hyde St baja hasta la bahía y donde se vería la isla de Alcatraz, y al otro lado de la Hyde St sube para arriba. Esto junto al Cable Car y su campana que pasa por Hyde St. hizo del lugar uno de los más bonitos de la ciudad. Después de disfrutar las vistas subimos andando por Hyde St hasta la Washington St. por la que giramos para llegar a Chinatown. Aunque llevábamos las mochilas, el paseo no se hizo muy pesado, ya que íbamos viendo las calles. Además no llevábamos mucha prisa, pero entre comillas, ya que la idea era llegar a Union Square y coger el bus turístico para ver el City Hall y Alamo Square. En la calle Washington St. pasamos por el Museo del Cable Car pero no entramos. Es un bonito edificio de ladrillo por el que pasa el tranvía. Llegamos a Chinatown, el barrio chino de San Francisco. Había visto barrios chinos en películas pero ninguno en la vida real, y he de decir que me sorprendió gratamente. Sus calles con edificios de estilo oriental adornadas con farolillos, sus peculiares farolas, calles llenas de gente asiáticos, etc. me gustaron mucho. Eso si, las calles estaban un poco sucias. Pasamos a varias tiendas, y en una de ellas compramos un gorro que nos haría falta para los próximos días en el desierto. Fue una buena compra por que nos salvó del fuerte sol del oeste americano. Una vez visto este barrio fuimos al edificio Transamerica Pyramic, el famoso rascacielos con forma de pirámide que está al lado del barrio chino. Llegamos al cruce entre las calles Washington St y Columbus Ave, donde la vista del rascacielos era muy bonita junto al otro edificio Columbus Building con su color verde. Nos dirigimos hacia Union Square pasando por California St. y los rascacielos del Distrito Financiero. Llegamos a la plaza y vimos que había mucha cola para coger el bus turístico, además pensamos que era tarde para realizar el tour y no queríamos arriesgarnos a perder el vuelo que teníamos a Los Ángeles, por lo que decidimos no hacerlo e irnos yendo tranquilamente hacia la parada del BART que nos llevaría al aeropuerto. Muy cerca de donde se coge la boca del BART está la parada donde termina la línea del Cable Car de la Powell St, por lo que nos quedamos a ver el cambio de sentido del tranvía, cosa que hace que se junte mucha gente para verlo. Cojimos el BART que nos llevó al aeropuerto. Llegamos a nuestra terminal y buscamos los mostradores de DELTA para hacer el checkin en las máquinas automáticas. Buscamos nuestra puerta de embarque y esperamos a la salida de nuestro vuelo. Este avión era pequeño y se veía que era un poco viejo, pero el servicio a bordo fue bueno (nos dieron un aperitivo y un refresco). Una vez llegando a LAX se podía ver la inmensidad de la ciudad de Los Angeles. Miles de casas, carreteras llenas de coches y calles casi infinitas... que inmensidad! Aterrizamos y bajamos del avión, donde a continuación buscamos la salida a la calle pero al encontrarla nos pareció un tanto extraño que no hubiera taxis ni autobuses ni jaleo de gente. Mirando por allí nos dimos cuenta que estábamos en un piso superior y había que bajar abajo. Entonces sí que vimos todo el jaleo de coches y gente. Buscamos el autobús que nos llevaría a la parada del autobús que nos llevaría directos a Santa Mónica. Esta parada estaba un poco alejada, al lado de uno de los parking del aeropuerto. Tras unos pocos minutos llegamos a dicha parada y tuvimos que esperar durante mucho tiempo hasta que pasara el bus, unos 45 min. Llegó el bus y subimos. Fue el primer contacto con la gente de Los Angeles. Mucha gente de color, afros, cubanos, latinos… una gran mezcla étnica. El trayecto hasta nuestra parada en Santa Monica fue largo, unos 45 minutos, pero íbamos entretenido mirando por la ventana las calles de la ciudad. Nos bajamos en nuestra parada. Estábamos en Santa Mónica!!! No me lo podía creer. Aquí ya se veía el estilo peculiar de las calles y edificios del lugar. Buscamos el alojamiento Hostelling International Santa Monica y pronto dimos con él. Hicimos el checkin y subimos a la habitación, la cual era compartida con más gente. Nunca había estado en uno, pero he de decir que el coger este alojamiento fue un acierto. El Hostel estaba genial, bonito, bien cuidado, limpio, sala de lectura, wifi, comedor, patio chillout y a dos pasos de la playa. Dejamos las cosas en la habitación y nos fuimos para el paseo marítimo, al famoso muelle. Cruzamos Ocean Ave y allí estaba, la famosa playa de “Los Vigilantes de la Playa”, con el Pier, las casetas de los socorristas, el paseo de palmeras. Qué ilusión!!! Andamos por el paseo dirección al arco de entrada al muelle y bajamos hasta el Pier. Al estar nublado y que ya estaba anocheciendo, las luces del muelle y de las atracciones llenaban todo de luz. Entramos en un gran recreativos donde había máquinas antiguas, seguimos por las atracciones del muelle (noria, montaña rusa, puestos de tiro, etc.) y llegamos hasta el final del muelle, donde llegamos ya de noche total. Había muy buen ambiente: familias, grupos de jóvenes afroamericanos, hispanos, etc. Me gustó. Volvimos y nos dirigimos a la 3th Promenade, calle llena de tiendas y restaurantes con mucho ambiente. Había músicos callejeros, olía a comida, sonaba música, y nosotros buscamos un lugar para cenar. Fue en Johnny Rockets, un local con ambiente de los años 60 donde pedimos una hamburguesa y refresco. De repente los camareros subieron la música y se pusieron a bailar dentro de la barra con un gracioso y entretenido número. Que cachondos son estos americanos. Seguimos hasta el final del paseo y nos volvimos para el alojamiento. Fue un largo día y estábamos muy cansados, pero muy contentos. Etapas 4 a 6, total 20
Nos levantamos y bajamos a desayunar al comedor donde ya había gente, gente joven sobre todo. Había bastante variedad para desayunar, donde me llamó la atención la crema de cacahuete así que no puede evitar problarla. Cogimos los platos y los lavamos nosotros mismos en la cocina (allá a donde fueres, haz lo que vieres). Recogimos las mochilas y las dejamos metidas en la consigna de la habitación (el candado lo tienes que llevar tú). Íbamos a dar una vuelta y luego volveríamos a por ellas. Nos fuimos a ver de nuevo la playa de Santa Monica. El día seguía nublado, cosa que afeó la visita. Una playa sin sol no tiene mucha gracia y menos las de California. Dimos una vuelta por Palisade Park. A continuación bajamos a la playa por un puente que cruzaba la Pacific Coast Highway y nos dirigimos hacia la playa para ver de cerca las famosas casetas de los socorristas. Volvimos al alojamiento a por la mochilas e hicimos el checkout. Hoy también iba a ser un día cansado ya que teníamos que cargar con las mochilas durante todo el día porque esa noche dormíamos en otro alojamiento, el Super 8 al lado del aeropuerto para así ganar tiempo en la recogida del coche de alquiler del día siguiente. Cogimos el autobús que nos llevaría a Beverly Hills, en concreto a la zona de Rodeo Drive. Nos dejó en S Rodeo Dr. (la parte sur) y subimos andando hasta la parte norte, la conocida. El día empezó a despejarse e incluso hacer calor. Según andábamos íbamos mirando las pedazo casas de esta parte de la calle, muy americana, con la acera entre el césped, los accesos a las casas con el coche de lujo aparcado en la puerta del garage, etc. Al fin llegamos a la altura del Hotel Beverly Wilshire, conocido por salir en la película Pretty Woman. En la puerta había aparcados varios coches de lujo, entre ellos un precioso Ferrari color rojo. Cruzamos enfrente para ver la calle Rodeo 2, con su estilo europeo y con sus escaleras al estilo de Plaza de España de Roma. Seguimos por Rodeo viendo las tiendas de marcas de lujo Dolce Gabbana, Prada, Channel, Cartier, etc. Seguimos hasta el final de la calle con N Santa Monica Blvd, que cogimos hacia la derecha y cruzamos para ir por su parque. Íbamos en busca el cartel Beverly Hills que estaba en este parque y del otro cartel tipo poste que estaba más adelante. Dimos con el primero, y seguimos la N Santa Monica Blvd para arriba viendo las calles de palmeras altas y casas de la zona. La caminata fue bastante larga pero íbamos con ganas e ilusión. Llegamos al segundo cartel que está en el cruce con Melrose Ave. Seguimos N Santa Monica Blvd a por nuestro siguiente destino, el local de moda a donde suelen ir los famosos a tomarse un batido “Millions of Milkshakes”. En realidad era un local muy pequeño. Nos pedimos un super batido bien frío que nos sentó de vicio. Aquí vimos, al igual que en San Francisco, coches con un gran bigote rosa en el parachoques de delante. Estos vehículos por lo visto son de una empresa para compartir coche con más gente, y el vigotazo rosa es para reconocerlos. Seguimos nuestro camino buscando la parada del bus que nos llevaría al paseo de la fama. Después de andar un buen rato llegamos a la parada en Sunset Blvd, en frente del local Whisky a Go Go. Mientras esperábamos el bus no nos cansamos de ver pasar coches de alta gama con su sonido característico de motor de alta potencia. Subimos al autobús que nos llevó por toda Sunset Blvd. Íbamos viendo sus característicos locales de copas y música en vivo hasta que nos bajamos a la altura de la calle N Orange Dr., que subimos andando hasta llegar a Hollywood Blvd. Aquí empezamos a ver el ajetreo de de coches y gente de aquí para allá. Que ilusión, estábamos en el paseo de las estrellas, con sus baldosas de estrellas de famosos del mundo del cine, música y televisión. Vimos el Teatro Chino y el Dolby Theatre. Ahí estaban, después de verlos tantas veces en la televisión. Paseamos por la calle viendo el cine El Capitán, tiendas de recuerdos, restaurantes, y como no, más estrellas de famosos. Seguimos un poco más adelante hasta llegar al edificio de la Cienciología, donde se podía ver en la calle de al lado, y a lo lejos, el cartel de Hollywood. Cruzamos la calle para volver por la otra acera, y seguimos hasta el centro comercial Hightlands, donde entramos a su plaza central rodeada de tiendas, restaurantes, las gigantes columnas con los elefantes sobre ellas, y el arco con miradores al cartel de Hollywood. Subimos hasta las plantas de arriba del centro comercial y llegamos a la azotea del Dolby Theatre. Desde allí se veían los edificios del Downtown a lo lejos, y debajo de nosotros el paseo de las estrellas lleno de gente con su ambiente musical. Una vista muy interesante. Después nos acercamos al mirador del cartel de Hollywood, que aunque estaba un poco lejos se veía muy bien desde allí. Que ilusión. Ese día teníamos pensado ir al Observatorio Griffith, pero se hacía tarde y no estábamos muy seguros de cómo íbamos a volver luego y ni a qué hora (tarde, seguro), así que muy a mi pesar tuvimos que dejarlo. Decidimos ver el paseo de las estrellas de noche, con toda su iluminación. Fuimos a la entrada del Teatro Chino para ver las huellas de los famosos. Dimos otra vuelta por aquí hasta que se hizo de noche y fuimos a cenar a un restaurante Hooters. Al terminar de cenar buscamos la parada del bus que nos llevaría cerca de nuestro alojamiento de esa noche, el Super 8 del Aeropuerto. La parada estaba en la calle Hawthor Ave, paralela a Hollywood Blvd. Hicimos un trasbordo a otro bus en una zona que no pasaba nadie y ya era tarde. Esperábamos y el bus no venía, así que tuvimos que parar a un taxi que pasó por casualidad. Llegamos al alojamiento Super 8 Los Angeles Airport e hicimos el checkin y nos fuimos a dormir que el día fue muy cansado. Etapas 4 a 6, total 20
Nos levantamos bastante pronto ya que teníamos que recoger el coche que teníamos reservado en la oficina de Dollar a las 8:30a.m. El Super 8 está situado al lado del aeropuerto, y yo pensaba que no iba a poder dormir por el sonido de los aviones ya que estos pasaban justo por encima, pero no fue así. Ni me enteré. Desayunamos, ya que incluía con el alojamiento. Hicimos el checkout y fuimos andando hasta la oficina de Dollar ya que estaba a solo unos 10 min. Entramos a una gran oficina con mostradores y nos acercamos a uno que estaba libre y donde atendía un señor que chapurreaba español. Enseñamos la reserva y nos hizo la gestión, pero hubo un problema con mi tarjeta de crédito. Los de CitiBank me la bloquearon al detectar movimiento en el extranjero, así que tuvimos que cambiar la reserva a nombre de J.R. (avisar a vuestro banco que vais a ultilizarla en USA). Nos propusieron varios seguros, asistencia en carretera, etc. (diciendo a todo que no). Terminamos la gestión, nos dió los papeles y nos dirigimos al garaje que nos indicó. Allí estaban los coches de nuestra categoría donde después de inspeccionar varios nos quedamos con un bonito Ford Focus rojo. Nos subimos, lo arrancamos y justo antes de salir del parking te registran la hora de salida y listo. Comienza nuestra andadura en coche por tierras americanas. He de decir que era la primera vez que conducía un coche automático, y no tuve problemas para hacerme con él. Estos coches se conducen prácticamente solos. Pusimos el gps que llevaba instalado en mi móvil (que funcionó muy bien durante todo el viaje) y pusimos destino a los parques Secuoia National Park&King Canyon National Park para ver secuoyas gigantes. La salida de Los Angeles no fue complicada, y no pillamos atascos. Mucho tráfico, pero fluido. Fuimos por la autopista interestatal 5 pasando poblaciones como Bakersfield, aquí cogimos la carretera 65, pasando por Lindsay y Exeter. Aquí cogimos ya la 198 que nos llevaría directos a los parques, pasando por Three Rivers y adentrándonos ya en la sierra. Según subiamos de altura el paisaje cambió al de montaña con bosques llenos de grandes pinos de corteza rojiza. Según nos acercábamos a nuestro destino empezaban a aparecer secuoyas, cada vez más grandes y más numerosas. Nos paramos hacer la foto de rigor en el cartel del parque (cosa que hicimos en todos los que visitamos) Llegamos a las casetas de entrada del parque donde enseñamos el Annual Pass de los Parques Nacionales que lo traíamos comprado desde España. Con este paso te da derecho a pasar a todos los parques nacionales del pais durante un año desde que lo adquieres y solamente hace falta uno por coche, da igual la gente que vaya en el coche, va por coche. Enseñamos el pase y nos dieron unos planos del parque en español. Estó será así durante la visita a todos los parques. Pedir los mapas e información en español. La vista era impresionante. Ir en coche por esta carretera rodeado de estos árboles me impresionó. Llegamos a nuestro destinó, Giant Forest Museum , donde haríamos el recorrido Congress Trail, donde está una de las secuoya más grandes del mundo, el General Sherman. Aparcamos en el parking, y mientras nos dirigíamos a coger el sendero, vimos a unas españolas a las que saludamos . Cogimos un bus del parque que nos llevó al inicio del sendero y empezamos a disfrutar del paisaje. Enseguida vimos al General Sherman. Que altura, que grosor, que barbaridad de árbol. Estuvimos unas horas viendo secuoyas y regresamos a la parada del bus que nos llevó de vuelta al parking. Cogimos el coche para poner destino a Grant Groove Village que estaba a una hora en coche y donde haríamos el sendero General Grant Trail. Aquí nuestro coche Ford Focus que tan bien se portó. Llegamos al parking de Grant Groove Village donde ya se veían un gran número de secuoyas. Esta zona creo que me gustó más. Tal vez por la luz del atardecer y la tenue neblina del ambiente, le daba al bosque un aspecto mágico, de cuento. Hicimos el sendero viendo a la secuoya principal, el General Grant, entre otras. Una vez visto nos despedimos de las secuoyas y cogimos el coche destino a Fresno, donde dormiríamos esa noche. Muy buena impresión de estos parques y sus gigantes árboles. Tras una hora y media más o menos, llegamos a Fresno ya de noche y buscamos el alojamiento Days Fresno Inn. Hicimos el checkin y fuimos a un Seven Eleven que había enfrente del motel para comprar algo de cenar. Nos lo llevamos al motel y lo calentamos allí en el microondas. En casi todos los alojamientos donde estuvimos había microondas. También es muy común que en el mismo supermercado haya uno para prepararte allí mismo lo que compres. Después de cenar nos fuimos a dormir. Etapas 4 a 6, total 20
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