Como el avión salía a las 5 de la tarde, teníamos la mañana libre, que dedicamos a dar un paseo por el downtown y hacer alguna compra de última hora.
Algunas fotos de esa mañana:
North Michigan Avenue
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¿Alguien necesita cable?*** Imagen borrada de Tinypic ***
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The Art Institute of Chicago (Museo de Arte)*** Imagen borrada de Tinypic ***
Vista del Downtown desde Millennium Park*** Imagen borrada de Tinypic ***
El "El" con la torre Trump al fondo*** Imagen borrada de Tinypic ***
Harold Washington Library, edificio central del sistema de bibliotecas públicas de Chicago*** Imagen borrada de Tinypic ***
Antiguo edificio central de correos, cerrado hace algunos años por ineficiente al ser demasiado grande*** Imagen borrada de Tinypic ***
Edificio de la Ópera*** Imagen borrada de Tinypic ***
Otro rascacielos*** Imagen borrada de Tinypic ***
Una última vista de la torre Sears*** Imagen borrada de Tinypic ***
Aquí se juntan varias líneas del metro elevado*** Imagen borrada de Tinypic ***
Última vista del río Chicago*** Imagen borrada de Tinypic ***
Estos 2 edificios gemelos (el 2º no se ve porque está justo detrás) se llaman el Marina Center y tienen apartamentos arriba, aparcamientos para coches en medio, y muelles para barcos a nivel del río*** Imagen borrada de Tinypic ***
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The House of Blues*** Imagen borrada de Tinypic ***
Volvimos al hotel, recogimos las maletas previo pago de propina, nos pidieron un taxi (otra propina para el portero) y nos fuimos hacia la terminal 5 (internacional) del aeropuerto O’Hare. Este fue el recorrido en Taxi más loco de mi vida (después de los de El Cairo, claro). Como había un atasco monumental, cosa que debe ser habitual porque a nuestra llegada también lo había, el taxista, que tenía bastante más prisa que nosotros, se saltó todas y cada una de las normas de circulación, cambiando de carril sin avisar, pasando al carril de salida para luego incorporarse pisando la línea continua, saliendo en todas las salidas para volver a entrar a la autovía a toda leche y así ganar unos metros, etc, etc, etc...Nos dejó justo donde los mostradores de Air France y le pagamos (con propina incluida claro está). Aquí un inciso sobre las propinas en los USA: se paga propina por casi todo y en casi todos los sitios, y si no la dejas te miran mal, pero que muy mal. En los restaurantes, en el recibo de la tarjeta de crédito, viene un apartado que dice “tip” o “gratuity”, para que pongas lo que tú quieras y lo cargan a la tarjeta. Naturalmente se puede dar en metálico. Una cosa curiosa es que cuando pagas en metálico y es p.ej. una cuenta de 50 dólares y das 60, te dicen. ¿Do you want change? (yuguancheinch) (¿Quiere cambio?), y si contestas que sí te dicen. ¿How much? (¿Cuánto?). Así con camareros, conserjes, porteros, taxistas y demás. Cuando no te sirven en la mesa no se deja propina y si te sirven en la mesa pero se paga en caja, la propina se deja encima de la mesa para el camarero.Hay mucha gente que se escandaliza por esto, pero mi amiga americana que trabajó de camarera y todavía lo hace esporádicamente, me lo explicó hace años. El sueldo base de un camarero americano puede ser tan indecentemente bajo como 3$ por hora, y cobran la mayor parte de sus ingresos gracias a las propinas. Tan es así, que las tienen que declarar a hacienda, ya que el fisco americano no se cree que un camarero no gane propinas. A los camareros se les suele dejar entre el 15 y el 20% de la cuenta, que suele ser más o menos el doble del “tax” (impuesto) que oscila, según el estado entre un 7 y un 10%. A los maleteros un dólar por maleta, a las que limpian la habitación un dólar por persona y noche. En un bar puedes dejar si quieres 50 centavos o un dólar por consumación (si te sirven en mesa volvenos al 15 o 20%). Y así todo. Como dice el dicho, donde fueres haz lo que vieres y no intentes aplicar la mentalidad española o europea a un país que es muy, pero que muy diferente.
Tras un vuelo intercontinental transcurrido normalmente, nos quedaban cuatro horas en el aeropuerto de París – Charles de Gaulle. Vuelo también puntual hasta Asturias, maletas enteras y para casa, a preparar el próximo viaje.