Nosotros vivimos en la provincia de Castellón y nuestro vuelo salía de Madrid, así que decidimos pasar la noche anterior al vuelo en la capital, para no tener que madrugar demasiado ese día y no llevar 500 km a cuestas antes de subir al avión. Así lo hicimos, y el lunes 21 de septiembre nos fuimos a madrid, y dió la casualidad que el equipo español de baloncesto, con Pau Gasol a la cabeza, habían sido campeones de Europa y ese día lo festejaban en Cibeles, así que aprovechamos la ocasión y fuimos a ver la fiesta. Al finalizar directamente al hotel a domir. A la mañana siguiente nos despertamos pronto y nerviosos, y despues de varios autobuses y varios trasbordos en metro llegamos a la T4. Despues de un buen recorrido llegamos a los mostradores de facturación, y pese a que aun no eran ni las 11 de la mañana y nuestro vuelo no salía hasta las 14:45, ya había bastante gente en la cola. Aun así la espera fue amena porque estuvimos hablando con varias parejas sobre a que hotel iban y varias cosas asi. Al abrir los mostradores de facturación la cola fue rápida, al llegar nuestro turno, elegimos ventana y sin problemas, facturamos las maletas y nos dicen la puerta de embarque y la hora exacta de salida del vuelo.Pasamos por el control policial y todo perfecto. Estuvimos dando vueltas por las tiendas del aeropuerto y a las 13:30 nos fuimos a la puerta de embarque donde ya había bastante gente esperando. Por mas que miraba el reloj este no adelantaba, aquella hora y media se me hizo eterna. Cuando faltaban 30 minutos escasos para la salida del vuelo la gente empieza a ponerse en fila para subir al avión, y poco despues aquella fila se hace insoportable, ya que la gente no paraba de empujar, hasta que un viajero, con un poco de cara, salta y dice " señores, no hace falta que empujen que al avión vamos a subir todos, y todos tenemos ya nuestro asiento asignado". de todas maneras puedo entender el nerviosismo de la gente, y encima íbamos en un avión de Pullmantur, con mas de 500 pasajeros. Una vez subidos y acomodados dentro, todo cambia, la gente se relaja. Y tras las indicaciones de las azafatas, puedo jurar que las he visto mas amables y simpaticas, nuestro avión despega sin problemas. No diré que fue un viaje bonito ni mucho menos, se me hizo pesado, ya que no pude dormir ni un minuto. Me leí el libro "El niño con el pijama de rayas", me cansé de jugar a la DS, y aun así el tiempo parecía haberse parado, y sólo falto que Diego estaba un poco insoportable porque decia que no sabía como ponerse y que estaba cansado.........en fin peor que un niño, menos mal que decidí no hacerle caso y así evitar pelearnos

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Nos dejan en el Lobby del Bavaro, nos reciben unas chicas con los típicos trajes dominicanos, un coctel de bienvenida y la cancion "Bienvenidos todos, bienvenidos todos.......", que os aseguro que se alegra uno mil veces mas de oir esta, que la tan temida "Yo volveré, eh eh, yo volveré ,eh eh...", pero bueno. Vayamos paso a paso.
Los trenes maleteros nos recogen y nos dejan a cada uno en nuestra habitación, a nosotros nos asignan la villa 33, delante de la piscina del Club hacienda.
La habitación es una junior suite, grande y con una cama king Size.
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Estabamos muy cansados del largo viaje, así que nos fuimos a cenar a buffet Bugambilia, donde hay variedad y cantidad, tanto en carnes como pescados, postres.............
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Despues de cenar una copa rapida en el Lobby y a descansar...... que nos esperan muchos días de disfrute.
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