La primera noche la dormimos de tirón hasta las 6.30 de la mañana, a esa hora entraba mucha luz y luego fui durmiendo a ratitos hasta las 9. La verdad que lo despertarnos nos lo hemos tomado con tranquilidad, menos un par de días no hemos madrugado mucho que se diga.
Para desayunar nos compramos lago de leche en el supermercado del hotel, que era un poco más caro que algún otro que habíamos visto, pero bueno; mi amiga y yo compramos leche, cafe y galletas y subimos a la habitación pero como habíamos desconectado la luz con un botón, para cuando nos dimos cuenta ya habiamos tomado todo frío, y con el calor que hacía tampoco importaba la verdad.
En la habitación teníamos aire acondicionado que en teoría sólo funciona si metes la llave al entrar, así que decidimos probar a meter un par de cuchillos y BINGO!! funcionaba, así que cuando nos ibamos dejabamos el aire puesto para todo el día.
Una vez desayunados decidimos ir a La Valetta, para acercarnos a la oficina de información y turismo y ver la capital. Al principiio dudamos si alquilar coche o no, pero tras la experiencia con el taxista del primer día decidimos utilizar el autobus. Son más viejos que carracuca, pero por 0,47 centimos te lleva a La Valetta. (OJO, por que al final cada chofer te cobraba lo que le daba la real gana y eso si te llevaba donde tu querías)
En la calle de abajo del hotel está la parada del bus, así que con un sol que picaba más que una guindilla esperamos a que llegara; ya vimos que llegaba uno y levantamos la mano, sino no paran, pero iba a tope y pasó de largo. Con el segundo tampoco hubo suerte, no iba a la Valetta, y a la tercera la vencida por 0.47 centimos nos llevó a La Valetta.
Al llegar a la parada de autobuses nos hicimos unas fotos en la puerta de entrada a la ciudad y nos fuimos a buscar la oficina de información y turismo. Allí había dos mujeres que nos dieron un mapa de los autobuses y unas indicaciones para ver lo esencial en La Valetta. Salimos de la oficina y nos fuimos a los Upper barracca gardens, y de camino vimos lo que ahora es el parlamento, el antiguo albergue de Castilla.
Coincidió que esos días estaban celebrando la novena feria del vino de Malta, del 5 al 8 de agosto, allí estaban todos los stands preparados para la noche. Es un festival en el que dan a probar diferentes vinos de Malta, pagas 10 € por la copa de cristal y luego a probar los vinos. Decidimos volver a la noche para probar.
Desde los Upper Barracca gardens fuimos hasta los Lower Barracca, que es algo más pequeñito pero para mi gusto más bonito. De allí pasasmos a la Campana que hay enfrente en honor a los caidos, que coincidió que tocaba la campana cuando estabamos alí. Estuvimos un ratito sentados y aprovechamos para echarnos crema, por que el sol pega que se las mata. Seguimos por la triqi mediterran hasta el fuerte de San Elmo, donde está la academia de policia y pasamos también por el museo de la guerra, pero decidimos no entrar y perdernos un poco por las calles de La Valetta buscando la sombra.
Llegamos a la plaza donde está el palacio del Gran Maestre y un poco más adelante la Co catedral de San Juan, había leido que merecía la pena, así que pagamos la entrada y tras vestirme adecuadamente con dos pañuelos que me dieron para taparme le dimos caña a la audioguía. La verdad es que la catedral impresiona, es más pequeña de lo que estamos acostumbrados pero muy bonita, la audioguia te explica todo y para el quinto punto de información ya estabamos hasta el moño, así que aguantamos un poco más, vimos el cuaro de la decapitación de San Juan y a comer, que ya estabamos muertos. Comimos un par de sandwiches, nos tomamos unos cafes y seguimos paseando un rato, y como a la noche queríamos volver a la feria del vino nos fuimos a buscar un autobus para volver al hotel y ducharnos. (La verdad es uqe no compensa porque tardó el autobús como 45 minutos)
A la noche nos fuimos otra vez a La Valetta, pagamos los 10 € por cada copa (eramos 4), nos dieron una pulserita naranja, y para dentro. Había nueve stands y en cada uno dos o tres clases, queriamos pasar polos nueve stands, así que cada uno de nosotros probaba uno diferente. Además de los vinos había stands de comida así que cenamos también un poco. Había también un escenario con música en directo y en la parte de abajo un restaurante que sólo lo deben montar para esos días (donde están los cañones, con vistas al Grand Harbour), nos pareció tan bonito que fuimos a reservar para cenar el domingo 35€ por cabeza pero pensamos que el sitio merecía la pena. La feria acababa a las 11, bueno a las 11 dejaban de vender copas, alas 11.30 ya no servían más vino y las 12.00 se acababa la música. Llegamos justitos al ultimo stand, por cierto un vino más malo que lo acabó degustando una palmera de la entrada. El vino en general no estaba malo, pero mucho más suave que el de aquí, para habernos bebido 9 copas íbamos mucho mejor que aquí con 4 copitas.
A las 12.00 cogimos el bus que nos llevaba a paceville y de allí otro al hotel (ganó el no hacer juerga por 3 a 1), aunque llegamos al hotel a las 2.30!!

Por cierto si a alguien le interesa el festival se celebra en Gozo los días 3, 4 y 5 de septiembre.