El tercer día de nuestra estancia en Malta, más concretamente, el martes, fuimos a la capital de Malta, La Valeta, o como ellos la llaman, Il-Belt Valleta. Justamente coincidió que era 21 de Septiembre, y ese día, pero de 1964, es el día en el que Malta consiguió la Independencia de Inglaterra.
Llegamos a La Valeta alrededor de las 14:00. Fuimos en autobús, en uno de los típicos malteses, que van como locos, y que sumado a su conducción por la izquierda, le da al viaje un aire diferente. El autobús nos dejó en la estación, justo a la entrada de la ciudad. Lo primero que vimos, además de decenas de autobuses naranjas y amarillos descolocados por todas partes, fue una gran fuente en el centro de la plaza. Se trata de la Fuente del Tritón. Tras hacer algunas fotos a los autobuses (para mí, que junto a los de Londres, deben ser de los más fotografiados de Europa), entramos ya en lo que sería propiamente dicho La Valeta. Nos recibió una plaza que estaba entera en obras y en la que apenas pudimos hacer ni ver nada. Decidimos subir hacia la derecha en esa plaza, y llegamos al Albergue de Castilla, sede del primer ministro de Malta. Es, para mi, el edificio más bonito de La Valeta, y está presidido por dos cañones que lo defienden.
Tras ver el edificio, bajamos de nuevo hacia el centro, y nos encaminamos a Republic Street, la calle principal de Malta. Se trata de una calle enorme que atraviesa todo el centro de la ciudad. He de decir, que en reportajes había visto esta calle abarrotada de gente, pero nos la encontramos bastante vacía. Debe ser porque al ser festivo, la gente en lugar de celebrar el día de la Independencia en la capital como aquí se celebra el día de la Hispanidad en Madrid, pues se quedan en sus casas o se van a otras partes de la isla. No se.
Caminamos por Republic Street, mientras entrábamos a algunas de las tiendas de souvenirs que pueblan la calle. Paramos a comer en un restaurante de comida rápida, y seguimos nuestro trayecto. Republic Street está plagado de calles muy empinadas que miran al mar, por lo que las fotos en estas estrechas calles son una buena opción. A mitad de la calle aproximadamente, está la Concatedral de St. John, que comparte protagonismo en Malta con la catedral de San Pablo, en Mdina. Por fuera es una iglesia que no llama en absoluto la atención, ya que no tiene nada realmente destacado. Lo mejor de la concatedral es el interior. Pero en este caso, estaba cerrada los domingos y días festivos, así que por ser el día de la Independencia nos quedamos sin verla. Solo le veía algo bueno al día de la Independencia, y realmente no se si será así o no. Toda Republic Street estaba decorado con banderas de Malta. Pero ya digo, no se si sería por eso, o siempre está así la calle. Algo que hay que decir, es que La Valeta, y Malta en su conjunto, fue uno de los lugares más desfavorecidos por la II Guerra Mundial, por lo que muchas de sus construcciones están en mal estado o parcialmente derruidas.
Siguiendo la calle, llegamos al Palacio del Gran Maestre, lo que es hoy la sede de la presidencia de la republica y el parlamento. Estaba en obras, y lo que más nos llamó la atención fueron dos guardias que hacían turno en la puerta del Palacio, al estilo de los guardias ingleses. A partir de ahi, la calle pasaba ya de ser comercial, a no serlo tanto, y empezaban a aparecer casas y zonas menos cuidadas. A La Valeta y el conjunto de las 3 islas maltesas, les falta en mi opinión algo de limpieza en las zonas que no son puramente turísticas. Sin embargo el final de la calle, fue uno de los sitios que más nos gustó, ya que las pendientes que había daban una perspectiva muy chula.
Al final, y al borde del mar, se encuentra el Fuerte de San Elmo, donde no entramos, porque no sabíamos si estaba cerrado o es que no encontrábamos la entrada principal. A partir de ahi, comenzamos a bordear La Valeta por el mar, hasta que llegamos a una gran campana, desde donde hay unas vistas espectaculares de Las tres Ciudades. Las tres ciudades, Cospicua, Vittoriosa y Senglea son tres ciudades que quedan en frente de La Valeta, separadas por el mar, forticadas al otro lado del puerto. Cuentan que nos muy silenciosas, y que a través de sus calles se descubre la verdadera identidad del pueblo maltés. Las fotos que hicimos desde ahí son espectaculares, con toda la panorámica del Gran Puerto. Precisamente al Gran Puerto, o Grand Harbour es a donde llegamos. En principio, habíamos pensado que quizá era buena idea intentar coger algún ferry o algo del estilo para cruzar a ver las tres ciudades, pero finalmente lo vimos algo complejo y desistimos. Allí si que vimos un enorme crucero que había parado allí (algo muy común). Por la zona del puerto nos hicimos una foto con un luzzu (barquito típico maltés) y un Playmobil del tamaño de una persona (en el sur de Malta está la segunda fábrica de Playmobil más grande de Europa), y volvimos de nuevo hacia el centro.
Hicimos algo de tiempo, y volvimos hacia la plaza de los autobuses, donde justo vimos que el nuestro, el 49 se iba a marchar ya. Así que subimos y dijimos adiós a la mitad de un día que pasamos en la capital de Malta.
Llegamos a La Valeta alrededor de las 14:00. Fuimos en autobús, en uno de los típicos malteses, que van como locos, y que sumado a su conducción por la izquierda, le da al viaje un aire diferente. El autobús nos dejó en la estación, justo a la entrada de la ciudad. Lo primero que vimos, además de decenas de autobuses naranjas y amarillos descolocados por todas partes, fue una gran fuente en el centro de la plaza. Se trata de la Fuente del Tritón. Tras hacer algunas fotos a los autobuses (para mí, que junto a los de Londres, deben ser de los más fotografiados de Europa), entramos ya en lo que sería propiamente dicho La Valeta. Nos recibió una plaza que estaba entera en obras y en la que apenas pudimos hacer ni ver nada. Decidimos subir hacia la derecha en esa plaza, y llegamos al Albergue de Castilla, sede del primer ministro de Malta. Es, para mi, el edificio más bonito de La Valeta, y está presidido por dos cañones que lo defienden.
Tras ver el edificio, bajamos de nuevo hacia el centro, y nos encaminamos a Republic Street, la calle principal de Malta. Se trata de una calle enorme que atraviesa todo el centro de la ciudad. He de decir, que en reportajes había visto esta calle abarrotada de gente, pero nos la encontramos bastante vacía. Debe ser porque al ser festivo, la gente en lugar de celebrar el día de la Independencia en la capital como aquí se celebra el día de la Hispanidad en Madrid, pues se quedan en sus casas o se van a otras partes de la isla. No se.
Caminamos por Republic Street, mientras entrábamos a algunas de las tiendas de souvenirs que pueblan la calle. Paramos a comer en un restaurante de comida rápida, y seguimos nuestro trayecto. Republic Street está plagado de calles muy empinadas que miran al mar, por lo que las fotos en estas estrechas calles son una buena opción. A mitad de la calle aproximadamente, está la Concatedral de St. John, que comparte protagonismo en Malta con la catedral de San Pablo, en Mdina. Por fuera es una iglesia que no llama en absoluto la atención, ya que no tiene nada realmente destacado. Lo mejor de la concatedral es el interior. Pero en este caso, estaba cerrada los domingos y días festivos, así que por ser el día de la Independencia nos quedamos sin verla. Solo le veía algo bueno al día de la Independencia, y realmente no se si será así o no. Toda Republic Street estaba decorado con banderas de Malta. Pero ya digo, no se si sería por eso, o siempre está así la calle. Algo que hay que decir, es que La Valeta, y Malta en su conjunto, fue uno de los lugares más desfavorecidos por la II Guerra Mundial, por lo que muchas de sus construcciones están en mal estado o parcialmente derruidas.
Siguiendo la calle, llegamos al Palacio del Gran Maestre, lo que es hoy la sede de la presidencia de la republica y el parlamento. Estaba en obras, y lo que más nos llamó la atención fueron dos guardias que hacían turno en la puerta del Palacio, al estilo de los guardias ingleses. A partir de ahi, la calle pasaba ya de ser comercial, a no serlo tanto, y empezaban a aparecer casas y zonas menos cuidadas. A La Valeta y el conjunto de las 3 islas maltesas, les falta en mi opinión algo de limpieza en las zonas que no son puramente turísticas. Sin embargo el final de la calle, fue uno de los sitios que más nos gustó, ya que las pendientes que había daban una perspectiva muy chula.
Al final, y al borde del mar, se encuentra el Fuerte de San Elmo, donde no entramos, porque no sabíamos si estaba cerrado o es que no encontrábamos la entrada principal. A partir de ahi, comenzamos a bordear La Valeta por el mar, hasta que llegamos a una gran campana, desde donde hay unas vistas espectaculares de Las tres Ciudades. Las tres ciudades, Cospicua, Vittoriosa y Senglea son tres ciudades que quedan en frente de La Valeta, separadas por el mar, forticadas al otro lado del puerto. Cuentan que nos muy silenciosas, y que a través de sus calles se descubre la verdadera identidad del pueblo maltés. Las fotos que hicimos desde ahí son espectaculares, con toda la panorámica del Gran Puerto. Precisamente al Gran Puerto, o Grand Harbour es a donde llegamos. En principio, habíamos pensado que quizá era buena idea intentar coger algún ferry o algo del estilo para cruzar a ver las tres ciudades, pero finalmente lo vimos algo complejo y desistimos. Allí si que vimos un enorme crucero que había parado allí (algo muy común). Por la zona del puerto nos hicimos una foto con un luzzu (barquito típico maltés) y un Playmobil del tamaño de una persona (en el sur de Malta está la segunda fábrica de Playmobil más grande de Europa), y volvimos de nuevo hacia el centro.
Hicimos algo de tiempo, y volvimos hacia la plaza de los autobuses, donde justo vimos que el nuestro, el 49 se iba a marchar ya. Así que subimos y dijimos adiós a la mitad de un día que pasamos en la capital de Malta.