El Domingo tempranito, salimos a buscar un supermercado para llenar la heladera. la idea era desayunar por las mañanas y salir sin volver al departamento hasta el atardecer.


Compramos muchas frutas, quesos, fiambres, jugos, pan, café y cervezas para tomar fresquitas a la vuelta de la playa.Este fue nuestro primer desayuno, preparado obviamente por el chef del grupo, Gaby.
Nuestro programa para el Domingo, era disfrutar de la playa y a la noche ir a bailar. Nos preparamos y salimos entusiasmados. Queríamos conocer la playa gay de Ipanema (el famoso parador 8) y hacia allí fuimos.

En este punto quiero hablarles de los garotos que pueblan esas playas. Parecían dioses del Olimpo emergidos del mar. Personalmente estuve a punto de acostarme y cubrirme completamente con arena, pero después vi a algunas chicas y chicos que no se preocupaban mucho en mostrar sus cuerpos no tan esculturales, así que pelé mi speedo y me importó 3 carajos el no estar a esa altura.


Una delicia el día que nos tocó. Mucho sol, 40º que se hacían soportables entre chapuzón y chapuzón, unas buenas caipirinhas y la vista inmejorable del paisaje y los muchachos.
Se preguntarán que se puede hacer en la playa. Pues simplemente nada. Solo tomar sol, tomar caipirinhas, ver la gente que anda y relajar.



Con mi amigo Alberto no pudimos cumplir la meta de quedarnos hasta que caiga el sol. Estábamos sofocados, un poco insolados, hambrientos y agotados. Necesitábamos un baño y una horita de sueño. Gaby y Luis no se de donde sacaron fuerzas, pero se fueron caminando hasta Leblon, la playa que le sigue a Ipanema.
Luisito terminó con los pies ampollados. Después hubo que aguantarlo con sus quejas.
A la noche salimos a cenar por Copacabana y de ahí a la disco.
Muchos piensan que Ipanema es la playa mas indicada para estar y no hay nada mas cierta. Durante el día es mejor esa zona, por las playas y la movida. La gente es mas linda en contraposición de Copacabana que es mas popular, pero a la noche, si se quiere comer bien y tener una oferta variada de precios y menus, lo mejor es Copacabana. Ipanema está desierta y casi no sucede nada.
Luego de comer, dimos una vuelta y ahí cerquita de nuestro departamento fuimos a Le Boy, uno de los boliches gay mas antiguos y conocidos de la ciudad.



La pasamos GENIAL, por la música, el lugar bien refrigerado y obviamente mas caipirinhas tomadas por quién les habla. En el transcurso del día conté 8 en total, aunque es muy probable que me haya saltado alguna en el medio o hacia el final, quien sabe.
Volvimos muy tarde a dormir y reponernos. Al día siguiente nos esperaba una gran excursión esperada por los 4. Ya les contaré.