A las 7 de la mañana sin despertador abrimos el ojo. Hacía bastante aire y el día no pintaba muy bien. Fuimos a desayunar al buffet y regresamos a la habitación. Aun no daba el sol en nuestra terraza (hasta las 10:30 en el OW 226 no aparecía el sol), y aprovechamos para conectarnos a Internet (900 xpf por 1 hora, en el Thalasso es bastante rápido; hay wifi en las zonas comunes, y conexión con cable ethernet en todas las habitaciones por el mismo precio). A las 11 regresamos a la habitación y estuvimos tomando el sol (es impresionante estar en la terraza del ow, con total privacidad, bañándote en la laguna y tomando el sol), hasta las 2, que es la hora a la que acuden una docena de mantas raya a la playa del hotel, y el chico de la piscina las alimenta. Algunas se dejan tocar y son muy suaves, se pasa un rato agradable en la playa viéndolas pasar a escasos centímetros e incluso rozándote. Cuando se termino lo de las rayas coincidió con una boda tahitiana en la playa de la laguna del hotel y estuvimos cotilleando un rato.
De alli nos fuimos al restaurante “Sands” para comer. Ensalada césar, steak sándwich, budweiser y coca-cola por 3950 xpf.
Aprovechamos a tomar el sol en la playa hasta las 4:30 pm, que se levantó de nuevo el aire y el sol se empezaba a esconder.
Nos dimos una ducha y fuimos a tomar una cerveza a la playa, junto al restaurante “Sands”, donde había música en directo, y es muy agradable tomar algo allí escuchando el mar, la música y viendo caer el sol detrás del Otemanu.
Esa noche cenamos en el buffet polinesio del restaurante “Le Reef”. Los buffets temáticos son los lunes, miércoles y viernes (polinesio, japonés y el otro creo que es cocina internacional, respectivamente). Los días de buffet hay también un espectáculo polinesio muy bonito y entretenido.
De allí a dormir, dando un agradable paseo por las pasarelas sobre el agua que conducen hasta los overwater. Cuando llegamos el servicio de habitaciones había preparado la cama, encendido las luces, y también nos habían dejado un papel del spa (por si no nos habíamos enterado aun que había spa).
Aprovechamos esa noche a ver la película de Robin Hood, que teníamos como complemento gratuito por tener la tarjeta Ambassador.