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A pesar del madrugón, estaba mereciendo la pena. El camino a Monument Valley se nos hizo muy ameno porque tiene unos cambios paisajísticos muy bonitos. Eso si, según te vas acercando a Kayenta, te das cuenta que aquello es paisaje desértico total, y que calor ¡!!*** Imagen borrada de Tinypic ***
Pero bueno, con la neverita que compramos en LA, nuestro hielo y nuestras bebidas, íbamos bien preparados. Que hubiera sido de nosotros sin la nevera ¡! Además como en USA todo es XXXXXXL; teníamos una bolsa de cheetos que compramos en LA y aún teníamos más que de sobra para picotear jajaja.
Llegamos por fin a Kayenta (recordad que aquí es una hora más), un pueblo dominado por la población navaja. Tengo que decir que los navajos que encontrábamos por la carretera con sus puestos de artesanía, nos parecieron muy amables. Eso sí, yo solo de verlos ahí bajo el solazo, me moría de pena. Pero en Kayenta, nos llevamos un chasco tremendo, al menos los que encontramos, nos parecieron muy desagradables y maleducados. Entramos en el Mcdonald’s a comer (aún no habíamos pisado ninguno en USA) y estaba lleno de navajos, claro a mi me hizo ilusión, navajos de todo tipo: los que ves en las pelis, indios de verdad, arraigados; modernizados, tremendos de gordos algunos, pequeñitos otros… total que cuando estamos en la cola vemos que no hay bebidas frías ni se puede utilizar el baño, porque ponía que había escasez de agua y el pueblo navajo respetaba sus tradiciones. Bueno, oye, no pasa nada, pero hacía mucho calor y estábamos sedientos, bueno y yo me meaba como una persona mayor así que nos fuimos y decidimos ir al Burguer King de al lado. Vamos al parking, nos metemos en el coche y de repente un indio loco se puso a aporrear la ventana de Alberto chillando no se qué. Nos pegó un sustazo de muerte, vamos que me faltó tiempo en arrancar y salir pitando jajajaja. De verdad que susto nos pegó. No sé de verdad que no se respiraba buen ambiente.
Entramos al Burguer King y estaba también lleno de navajos que pedían comida sin parar, y claro, el forastero allí eres tú. Y os puedo asegurar que al menos los que nos encontramos nosotros no eran nada amables.
Así que comimos rápido y nos fuimos. Nos quedaba muy poquito para llegar a una de las paradas más emocionantes de nuestro road trip.
Según te vas acercando a Monument Valley, a lo lejos vas divisando unas formaciones rocosas impresionantes, y te quedas alucinado!! Aquello es el far west puro y duro. Increíble estar ahí, te trasladas años atrás, a épocas de fiebre del oro, de caravanas inmensas, de indios y vaqueros.
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Según vas llegando te vas parando en los arcenes a hacer fotos y más fotos, que colores más bonitos, el rojizo de las piedras en contraste con el suelo, y con el cielo.
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La entrada a Monument queda a la derecha de la carretera 163, después de pasar el centro de visitantes y tiendas de artesanía. Te desvías y tienes la entrada al parque.
Era buena hora, porque yo quería ver como se íba el sol en Monument, así que después de pagar la entrada (5$ por persona si no me equivoco, ya que es parque navajo, no nacional) nos metimos de lleno a la aventura.
Aparcamos el coche en el parking que hay a la entrada y ya nos quedamos alucinados con las vistas desde allí. Que pasada ¡, de verdad que es muy bonito, muchísimo más de lo que esperaba, además empiezas a flipar viendo los coches bajando, por esos caminos y pensando, dios ¿tengo que bajar por ahí?
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Flipante. Montamos en el coche, comenzamos a bajar… que chulada ¡!! Estoy conduciendo en el Far West ¡! Alberto no paraba de decir que seguro que nadie de su pueblo había hecho eso jajajajaja. Los caminos son de tierra, arena y piedra; hay que ir con cuidado por la cantidad de baches, pero se puede hacer. Id sin miedo por el coche, porque no hay problema. Eso si, polvo y arena hasta arriba jejeje. Es como retroceder en el tiempo.
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Paramos una y mil veces para hacer fotos, de una manera de otra. Es increíble y no me extraña que los directores de cine de la época dorada del Western escogiesen este escenario como uno de sus favoritos. Y aprovechamos para hacer el tonto por allí, total como no nos conocía nadie… jajajajaja
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No solo las 3 rocas enormes más famosas son bonitas, es que todo el parque en sí es bonito.
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Nosotros hicimos todo el recorrido; y eso que cuando estábamos casi al final, se preparaba una tormenta de las gordas, incluso nos pillo una pequeña tormentilla de arena. Pero es que es tan bonito, que yo no quise desaprovechar ni un solo minuto.
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Te sientes un auténtico vaquero, de película. Puede sonar friki, pero te sientes un aventurero total.
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Cuando terminas el recorrido, tienes que volver por el mismo sitio y llegar al punto de partida. Hay una tienda, un restaurante, y el hotel The View. Tiene que ser muy bonito ver amanecer desde la habitación pero me pareció excesivamente caro, por eso nos alojamos fuera de allí.
Aprovechamos para descansar un rato en la terraza-mirador y escribir unas postales desde ese marco impresionante. La luz había cambiado ya, las piedras habían adquirido otro tono aún más bonito si cabe.
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Toda una sorpresa Monument Valley; para mí fue toda una experiencia conducir por allí, os aseguro que es de las cosas que más me gustó. No me esperaba para nada así el parque, de verdad. Mucho más bonito de lo que pensaba. Para el que dude sobre ir o no a verlo, creo que las fotos hablan por sí solas…
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Salimos dirección Mexican Hat dirección a nuestro hotel, el San Juan Inn.
En la carretera que va de Monument a Mexican hat (la 163) es desde dónde se pueden hacer las famosas fotos de la carretera con Monument al fondo. Las fotos más bonitas las haréis desde Mexican Hat a Monument.
Llegamos al hotel que está justo a la entrada del pueblo a la izquierda, nada más pasar el puente sobre el río San Juan.
No fue demasiado barato (en comparación con otros), pero es que en el pueblo hay 3 alojamientos, así que o lo tomas o lo dejas. Me decidí por este animado por los comentarios del forero marius79. Habitación más que amplia, sin desayuno y con wifi gratis. De nuevo cama cómoda, amplia y personal amable.
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Al lado del hotel hay un restaurante más que correcto.
Dejamos las cosas en la habitación y como aún había algo de luz fuimos a ver los Goosenecks, que está saliendo de Mexican Hat (donde además ves la famosa formación de rocas con forma de hombre con sombrero mexicano) y luego te desvías a la izquierda. Y sigues la carretera.
Muy bonito el meandro, eso sí, no apto para gente con vértigo jeje tienes que acercarte mucho al borde para poder verlo bien del todo. Además pudimos disfrutar de un precioso amanecer en el meandro.
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Cuando oscureció volvimos al hotel y cenamos en el restaurante, muy abundante, con bebidas y postre por 28$ los dos. Y de nuevo, no pudimos terminar con todo.
Agotados, caímos rendidos en la cama. Había sido un día magnífico, en el que de nuevo se habían superado todas las expectativas posibles.