Nos levantamos a las 7:15 y nos fuimos a desayunar al “Bugambilia”. De allí a la playa a coger los catamarán.
Al principio no sabían si nos lo darían, ya que el mar estaba un poco revuelto. Al final, después de tanto insistir, nos lo dieron. La salida fue complicada con las olas tan altas que había, pero se consiguió. Después de estar una hora dando vueltas con un mar muy rabioso, nos dirigimos a la orilla con precaución debido a las grandes olas. Cuando ya estaba cerca de la orilla una ola nos remetió de lado, haciendo que yo saliera disparado, mientras mi pareja se quedo encima del catamaran, ya que ella se pudo agarrar al mástil. Cuando levante la cabeza mi chica seguía encima, 4 trabajadores salieron corriendo a por el catamarán. Al final no paso nada, y la otra pareja llego sin problemas. Qué vergüenza pase. Jajajaja
De allí a la piscina a disfrutar nuestras ultimas horas de la barra. A las 11:30 llamamos a la recepción para que vinieran a recoger las maletas, ya que antes de las 12:00 teníamos que tener las llaves entregadas.
Respecto a la habitación tengo que decir que es muy amplia. Una cama King Size muy cómoda. Una pequeña cómoda frente a la cama con mini bar que rellenaban todos los días y un tv. Un pequeño salón con sofá mesa y silla de mimbre. El baño amplio y muy limpio, con bañera de hidromasaje, secador, toallero y jabones y demás detalles que hay en los hoteles. Un armario muy amplio con 2 albornoces, caja fuerte (con cargo de 2$ por día), tabla de planchar y plancha.














Las maletas las dejamos en un cuarto junto a la recepción del Bahía Príncipe Bávaro. Cuando entregamos las llaves tuve que pagar el servicio de masajes de mi chica. Después de pagar, pedí el check-out de nuestras habitaciones, es un pequeño papel que significa que has entregado las llaves y que puedes salir del hotel, sin el no te montas en el autobús para ir al aeropuerto.
Luego vuelta a la piscina a seguir disfrutando de nuestras pocas horas en el hotel, y a la hora de la comida nos fuimos al restaurante “Il Capriccio”.

Después nos fuimos a la recepción para ducharnos en las duchas que hay entre el restaurante japonés “Maiko” y las tiendas de la recepción del Bahía Príncipe Bávaro. Antes fuimos a nuestra maletas a coger la ropa y a pedir en la recepción las toallas. Después vuelta a la recepción a devolver las toallas y a las maletas a dejar la ropa. Al dejar las maletas en la recepción del hotel nos dieron unos impresos por cada maleta, que tendremos que enseñar para poder recogerlas.

Mientras que esperábamos en la recepción a que llegara el autobús, nos tomamos unos cocteles del bar “Mai Tai”. A las 15:35 llego el autobús, recogimos las maletas, las montamos en el autobús, nos pidieron el check-out, y nos subimos en el, despidiéndonos de unas buenas vacaciones. Luego paramos en la recepción del Bahía Príncipe Punta Cana.
Tras 30 minutos en autobús, llegamos al aeropuerto. Cuando bajas ya tienen tu maletas fuera, y al rededor varios maleteros, para llevarte las maletas por unos dólares. Las llevamos nosotros hasta la ventanilla de nuestro vuelo. Primero la cola pasa por una ventanilla para el pago de los 20$ por persona, donde te dan el impreso de inmigración, te sellan la reserva y te dan un papel plastificado, que significa que has pagado los 20$.

De allí sigue la cola hasta la ventanilla de facturación y entrega de billetes.

Luego nos dirigimos a la terminal de salida, donde tienes que quitarte los zapatos para pasar el control de metales. Después control de pasaporte y entrega de impreso de inmigración.
La terminal la han reformado, con varios puestos Dutty Free, nuevo puesto de recogida de fotos, bares, comida rápida, etc. En el Dutty Free compramos el tabaco que estaba muy barato. De allí nos fuimos a la terminal B donde estaba nuestra puerta de embarque, que era a las 17:10 y el despegue a las 17:35.
A las 17:45 despegamos destino Madrid. El vuelo estuvo movidito con turbulencias. A las 3 horas de despegar nos dieron la cena, compuesta por arroz con carne, jamón y queso, un bizcocho, panecillo, mantequilla, bebida (refresco, zumo o agua), y después café o te.