Amaneció un nuevo día en Nafplio en mi hotel subido a la montaña, otro dia soleado y caluroso...
Para refrescarse ducha fría. Se me olvido comentar que la señora que me atendió en el hotel no tenia ni idea de inglés y yo tengo mi griego muy abandonado lo que propicio que no nos entendieramos mientras ella me explicaba como poner en marcha el agua caliente. En su momento yo estaba convencido de que la había entendido pero el tiempo me demostró que no era asi. Despues de mucho bregar me resigné y a ducharse con agua fría para comenzar la mañana con alegría.
Me arme de mis bartulos y descendí la colina, desayunando en una pastelería y dirigiendome a una empresa de alquiler de motos para hacerme con una vespino. Allí me topé con el paisano mas gordo, (mas que el euromillon) y sucio de todo el pueblo, el cual me quiso meter una estocada de precio abusivo por el alquiler de un scooter con lo que elegantemente me dirigí al transporte publico para ir al Santuario de Asclepio y disfrutar de su afamado teatro.
Por supuesto no salió a la hora estipulada pero tras un corto viaje allí estaba yo:

Feliz como una perdiz...
No os imaginais lo impresionante que es el Teatro y lo bien construido que está pese a los miles de años que lleva encima.
con 50 años yo estaré mucho peor seguro...
Aproveché que había un par de excursiones de jubilados españoles con guía para empaparme de conocimientos gratuitos al respecto.

Hicieron incluso la demostracion de la excelente acústica del teatro y tengo que decir que es sorprendentemente cierto, asombra lo bien que se oyen los ruidos generados en el punto central de la escena, incluyendo el tirar una moneda al suelo y escucharlo perfectamente en la grada más alta.
Para poder comprobarlo tuvimos que esperar a que un grupo de estudiantes franceses se largaran porque estaban armando una algarabía tal que no había manera de escuchar nada. Vaya manera de desaprovechar una ocasion única amén de estropearla a los demás. Curioso me pareció encontrar mucho viaje de estudios inglés y frances pero no español...

La antigua entrada al santuario

Los restos en si no son impresionantes, hay sitios que se han conservado mejor pero la amplitud del yacimiento y las instalaciones de las que hacia gala hacen que bien merezca la pena la visita.


Eso si, de los supuestos poderes mágicos y de la presencia cercana de los dioses ya no debe quedar nada porque yo sigo igual de lo mio...

Como yo estuve alli, tendreís que confiar en mi palabra pero os recomiendo ir a comprobarlo, todo el santuario es magnífico. Yo habia planificado un par de horas de visita y eché más de 3 largas y conteniendome ya que tenia que coger el bus de vuelta, visto que fuera de fecha alli no habia de comer mas que pasto y piedras.
Asi pues, se me acabó el tiempo y me volví a Nafplio para seguir disfrutando de su tranquilidad y su soleada ribera.
Entre sus multiples rincones curiosos, iglesias diminutas:

La novatada que pagué fue subir a lo alto del castillo a través de sus interminables escalones ( mas de 400) para una vez allí descubrir que estaba cerrado por las tardes asi que me limite a disfrutar de las vistas

dormir la siesta y vuelta para abajo para seguir esperando por el ultimo autobús que cruzando por encima del canal de corinto me devolviera a Atenas.
Una vez en la gran ciudad, de vuelta al hotel Vienna, donde me espera la tropa habitual detrás del mostrador y me dieron una habitación como a mi me gustaba, para el patio interior y lo mas alto posible para evitar ruidos.
Cena y otra vez zapatilla para bajar la cena. La ciudad de noche esta llena de rincones para visitar y a mi personalmente me represento un placer del que no me quise privar ninguna noche, sin tanto turismo, con la escasa iluminacion que hay en las callejuelas griegas y con buena parte de los monumentos iluminados. Busque algun espectaculo o concierto, a ser posible de música griega pero lo poco que ví era de Rebetika y estaba muy orientado a turistas asi que no era para mi.
Asi acabo otro dia mas en Grecia. Mañana más!