Mercadillo de Izmailovo
Día 31 de diciembre, Sábado. A pesar de que nos habíamos informado de que el mercadillo abría los fines de semana principalmente, la mitad de las tiendas estaban cerradas, supongo que por la fecha.
Llegar allí es muy fácil. Se coge el metro (linea azul) hasta Partizanskaya, y prácticamente enfrente de la salida del metro se puede ver una valla con un arco hecho de enormes cubos de colorines. Es la entrada. En el mismo lado de la salida de metro se observa el primero de los grandes hoteles Izmailovo, y justo cruzando la calle está esta entrada. No tiene pérdida. Hay que seguir un caminito desde el que se ve al fondo el Kremlin blanco junto al mercadillo. La entrada vale 10 rublos, hay unas personas en la misma puerta de entrada con una maquinilla, y ellos mismos te cobran. Se supone que es un mercadillo de artesanía y antigüedades, pero no hay que engañarse, es un gran sitio orientado a vender de todo al turismo. Lo de regatear no nos dio mucho resultado, así es que lo propio es dar una vuelta por todo el mercadillo preguntando precios e intentando que te rebajen algo o te regalen algo con lo que compras, pero tampoco se puede esperar mucho. A pesar de eso se puede encontrar lo mismo que en las tiendas de souvenirs del centro a mejor precio. Nosotros compramos varias matryuskas, chapas soviéticas y otras historias, cosas típicas, para llevar de recuerdo.
Camino de acceso al mercadillo y tiendas


Aparte de eso hay muchas tiendas con gorros, orejeras, cosas de piel, alfombras, y algunos puestos con antigüedades. No vimos la entrada al Kremlin, así es que a la hora de comer nos fuimos.
Después de comer decidimos llegarnos al pabellón del CSK de Moscú para ver si por allí cerca había alguna tienda que vendiese la equipación que habíamos prometido a mi cuñado, ya que no fuimos capaces de encontrar tienda oficial en la que se vendiera la equipación de basket, solo vendian la de fútbol. En la linea verde nos bajamos en la parada de Dinamo, que (fíjate tu), te deja justo en la puerta del estadio de fútbol del Dinamo. Foto al canto, por supuesto, para dar super envidia a mi hermano.
Estadio del Dinamo de Moscú y pabellón de basket del CSK


Para llegar al pabellon del CSK hay que cruzar un gran parque, al final del cual nos encontramos con un enorme palacio rojo. Sin saber lo que era le hicimos una foto. Mas tarde en el hotel buscamos qué era, y se trata del Palacio de viaje Petrovsky, mandado construir por Catalina II para hacer una descanso en sus viajes desde San Petersburgo a Moscú. Parece ser que Napoleón se alojó en este lugar. No sabemos si se puede visitar o no. Si alguien lo sabe puede aportar la información en el foro o en los comentarios.
Finalmente, y siguiendo la ruta que venía en la propia web del CSK, llegamos al pabellón. Es enorme, pero la tienda estaba cerrada, y el centro comercial que había al lado era una sucesión de pequeñas tiendas de ropa muy cara.
Como último intento decidimos intentar encontrar una tienda nike (que patrocina al CSK de basket) que estaba por la zona de Smolenskaya. La tienda no la encontramos, pero al salir de la estación de metro nos dimos de boca con una de las siete hermanas de Stalin, los mastodónticos edificios creados en la época soviética para rivalizar con los rascacielos de Nueva York. En este caso se trataba del ministerio de asuntos exteriores, con lo cual al final pudimos ver de cerca una de las cosas que habíamos descartado en nuestra visita por falta de tiempo.
Palacio Petrovsky y Ministerio de Asuntos exteriores


Por la tarde nos dedicamos a echar una siesta y a preparar nuestras uvas para el momento clave, la entrada del año en la plaza roja.
Nochevieja en la Plaza Roja
A eso de las 11 y cuarto cogimos nuestras uvas y nos fuimos para la plaza roja caminando por la rivera del río del lado de nuestro hotel. Las vistas nocturnas del kremlin y las catedrales nos dejaron sobrecogidos. Allí había cantidad de gente sacando fotos y preparándose sus fiestecitas en sus coches con los maleteros abiertos llenos de bebidas. Las escaleras del puente que da acceso directamente a la plaza roja por la parte de San Basilio estaba cerrado por la policía, de modo que, como dice el refrán, donde va Vicente...etc. Había que entrar por el inicio del puente, y es que el ejército tenía un cinturón de seguridad primero, y un control de seguridad con arcos después, solo para acceder al puente. Entre San Basilio y la torre del reloj había otro control de seguridad para acceder a la plaza roja, y por todos lados había numerosos militares, pero eso no afectaba para nada las ganas de fiesta de la gente, y aquello estaba animadísimo.
Vistas nocturnas del Kremlin antes y después de las uvas


Así es que allí estábamos nosotros con nuestras uvas, delante del reloj, uva en ristre esperando que empezasen las campanadas. Cuando las agujas marcaron las 12 aquello ni campanadas ni nada, empezaron los fuegos artificiales. Muertos de risa nos fuimos comiendo nuestras uvas como mandan los cánones. Nos quedamos un ratito mas en la plaza roja viendo los fuegos artificiales y como se divertía la gente, y sobre las 2 o así nos fuimos para el hotel, la idea era contactar por internet con la web de la primera para ver las uvas en la puerta del sol, pero que va, estábamos tan cansados que nos quedamos como mantas.
He aquí el vídeo comiéndonos las uvas. Lo mejor, las caras de poker. Mi madre se meaba de risa.
Por supuesto cada uno vive la nochevieja como quiere y siempre está la posibilidad de irte de marcha.
Como anécdotas comentar que debajo del puente que da acceso a la plaza roja había un autobus-discoteca al que cualquiera podía entrar. Otra cosa que nos llamó la atención fue ver muchas pieles de naranja y mandarina en la rivera del río. Parece ser que comerse una mandarina cuando entra el año nuevo es considerado un ritual mágico para atraer a la buena suerte en el año entrante, especialmente en China. Y Moscú esta lleno no, lo siguiente, de chinos.
Falta de campanadas aparte, volvería a comerme las uvas en la plaza roja, fue una experiencia inolvidable.