Nuestro último día en TOKYO nos recibió con el cielo encapotado, parecía que se acercaba algo (se acercó pero lo explicaremos un poco más adelante). El objetivo del día era el la lonja de pescado el mercado de TSUKIJI. Habíamos leído que lo interesante, la subasta del pescado, la hacían muy pronto y si se quería ver algo uno tenía que ir muy pero que muy pronto. Pero nada más lejos de la realidad.
El mercado habré al público a las 9 de la mañana, sólo unos pocos elegidos con cita previa pueden entrar a la subasta. De esta manera y con el horario claro fuimos en tren hasta la estación de SHIMBASHI y después de un corto paseo llegamos a la puerta principal del mercado. Allí nos dieron un mapa de la zona, nos explicaron donde podíamos entrar y donde no y sobretodo que tuviéramos cuidado. De eso te das cuenta rápido porque el trajín de camionetas y remolques más el suelo mojado hace del lugar un sitio fácil para tener accidentes.
Caminamos a nuestro aire entre las paradas de pescado, atunes enormes, pulpos, mejillones gigantes… disfrutamos como enanos. Dentro del mercado también hay restaurantes y una parte de mercado de la verdura que no tiene tanto glamour pero bueno.
En los bares de sushi se puede comer pero los precios son bastantes turísticos y la cola no merece la pena.
De allí nos fuimos gracias a la gran línea YAMAMOTE hasta el barrio de UENO. Allí caminamos entre el montón de tiendas y bares que están en la calles que pasan justo por debajo de las vías del tren. Es un lugar muy entrañable, por lo menos para nosotros lo fue, allí comimos muy bien en un puesto callejero, tomamos fruta fresca y visitamos miles de zapaterías y todo con el tren sobre nuestras cabezas.
Para hacer bajar la comida nos dimos un paseo por el parque UENO, lo cruzamos y desde la parada de UGUISUDANI volvimos a nuestro gran barrio de SHINJUKU para poder disfrutar allí nuestra última noche en TOKYO.