Penúltimo día por Italia, y nos pegamos el madrugón más grande de todos. Nos levantamos a las 6 de la mañana, desayunamos, y nos fuimos hacia Venecia, a unos 300kms. de nuestro hotel en Monterrigioni. En menos de 3 horas, estabamos en el parking de la isla de Tronchetto, donde hay un parking enorme, de 3 o 4 plantas, y se puede dejar el coche, de un modo bastante económico.
Desde ahí, y para llegar al corazón de Venecia, cojimos el Vaporetto, por decirlo de algún modo, la línea de 'buses' de Venecia, sólo que en lugar de circular por carretera, lo hacen por el agua.
El Vaporetto nos lleva por el Gran Canal, pasamos bajo el puente de Rialto, y a parte de cansarnos de ver góndolas, vimos muchas curiorisades. Una de las más graciosas, es que allí, tanto la policía, como las ambulancias, como los servicios de transportes, como los taxis...son BARCAS (lógico, lo sé, pero no por eso menos curioso...). Resulta gracioso ver una barca que pone SEUR, o una barca que pone TAXI, o a los CARABINIERIS...
Nuestro vaporetto nos deja en la Plaza de San Marcos, y, es eso lo primero que vemos. He de decir, que el día, aunque no llovía, era bastante feo, en cuanto a niebla y nubosidad, con lo cual, sobre todo a primera hora de la mañana, no nos dejó disfrutar todo lo que quisieramos de las vistas.
En Venecia vimos:
- el Gran Canal
- Plaza de San Marcos
- Basílica de San Marcos
- Palacio Ducal
- Puente Rialto
- el Campanile de San Marcos
- la Ca' d'Oro
Pero, y sin negar la belleza de la Basílica, y el encanto de la Plaza de San Marcos, lo que más me gustó de Venecia, fue ir por libre, y sin mapas de ningún tipo, callejeando sin saber a donde ibamos a ir a dar, ni donde estabamos. Es una ciudad única e incomparable, por la forma de sus calles, por el modo de vida de la gente que allí vive, y desde luego, por los canales, unos más grandes, otros más pequeños, pero todos tienen algún tipo de encanto, y en cualquier sitio, te encuentras una buena fotografía que sacar.
Puente Rialto:

un Campanile:

Decir, que aunque llevabamos la idea de dar un paseo en góndola, no lo hicimos, simplemente porque nos cobraban 100€ POR PERSONA, por media hora de paseo, y auque intenté regatear, no hubo manera de que bajaran ni un céntimo, y nos negamos. Aún así, y pese a lo elevado de los precios, la cantidad de gente que monta en las góndolas en mucha.

Como curiosidad, decir que nos coincidió ver a un gondolero, con una bandera de Asturias en su góndola. Le grité "Puxe asturies", y me contestó en castellano. Resulta que era el gondolero asturiano que salió en Callejeros, el programa de la televisión. Muy amable, ya que pese a ir con gente en su góndola, se paro a hablar con nosotros unos minutos, él desde el canal, y nosotros desde uno de los muchos puentes que en Venecia hay. Nos invitó a que lo vieramos en los vídeos que hay en youtube, para comprobar que era cierto que lo era...y sí, lo era!

Después de pasear y pasear todo el día, y de ver lo más emblématico de Venecia, nos llegó la hora de irnos, no sin antes parar, como no, en el Hard Rock café de Venecia, justo al lado de una parada de góndolas. Muy poco espacio, y mucha gente. Agobiante, pero para nosotros, visita obligada. Cenamos, y nos fuimos.
Como ciudad, sí es cierto que es casi obligado visitarla por lo menos una vez en la vida, y más sabiendo que es una ciudad con fecha de caducidad, por el conocido aumento del nivel del mar, que según los lugareños, ya se nota año tras año. La verdad, no tiene desperdicio.
Basílica de San Marcos:

Volvimos en vaporetto al parking, cojimos el coche, y otrás 3 horas hasta nuestro hotel en Monterrigioni. Llegamos a las 00:00. Sin más dilación, nos metimos en cama, ya que el día siguiente era el de regreso, y también era un día duro.