Pusimos el despertador a las 4,30 de la mañana. Habíamos preguntado en la recepción del hostal cuánto nos costaría un taxi hasta el aeropuerto o hasta la estación de KL Sentral. No nos convenció el precio ni de una cosa ni de otra. Para el aeropuerto nos pedían 100 RM (cuando nosotros a la venida habíamos pagado 74 RM) y hasta KL Sentral 40 RM, que nos parecían una salvajada. Les preguntamos si a esa hora solían circular taxis y nos dijeron que era difícil coger alguno. Aún así, pensamos que de algún modo llegaríamos, así que nos pusimos la mochila al hombro y antes de doblar la esquina de la calle ya habíamos parado un taxi y con taxímetro. En 10 minutos llegamos a KL Sentral. La máquina marcaba 6,30 pero entre las 12 de la noche y las 6 de la mañana a las tarifas hay que sumarle un 50% más por nocturnidad. El conductor nos pidió 12,60, que justo el doble, pero con las legañas puestas como íbamos no nos apetecía empezar a discutir. Total, nos seguía saliendo más barato que si lo hubiéramos contratado con el hostal. Le dimos 13 RM y listo!
En la calle estaban el skybus original y el pirata. El skybus salía antes, así que pagamos 10 RM por cabeza y en 1 hora (no había tráfico) nos dejó en la terminal de salidas del LCCT. Hay que decir que a pesar de lo pequeña que es, tiene un montón de “chiringuitos” para desayunar y comer. Nos compramos unos donuts, que el señor tenía antojo desde hacía días y nos tomamos un café y un chocolate.
A las 8 de la mañana, puntual como un reloj, despegábamos en el vuelo AK5280 de Air Asia con destino a Kota Bharu. El trayecto duró unos 45 minutos. Recogidas las mochilas, salimos a la terminal y ya tenían un mostrador especial para las Perhentian. En ese momento estaban atendiendo a una pareja de Indonesia que quería contratar un taxi. Les preguntamos si les importaba compartirlo con nosotros y nos subimos los 4 para llegar a Kuala Besut. Este viaje duró una hora más o menos y nos costó 20 RM por persona (calculad 80 RM por el taxi completo). El taxista nos dejó en la agencia Cocohut Travel del puerto. Rellenamos unos papeles, pagamos el importe que faltaba y la tasa de conservación de la isla (5 RM adultos y 2 RM niños) y en escasos 10 minutos ya estábamos en la barca camino de las islas Perhentian.
En 40 minutos llegábamos al “muelle”. El check-in fue rápido y en un plis estábamos en nuestra cabañita del New Cocohut Chalet.
Habíamos elegido una habitación doble con baño y terraza y vistas al jardín ya que eran más baratas que las que se encuentran en la playa. De todos modos, desde nuestra terraza vemos el mar. La habitación costaba 200 RM la noche (sí, una pasta) y también contratábamos con ellos el trayecto de ida y vuelta hasta tierra firme (70 RM más por persona). En el momento de la reserva en marzo, nos pidieron el 50% de la reserva a pagar bien mediante transferencia bancaria o bien mediante Visa con un recargo del 2%. En nuestro banco no podían hacer una transferencia en Ringgits y si lo conseguían no sé cómo, nos cobraban una comisión mucho más alta que ese 2% por el pago con visa. Así que les pasamos por correo los datos que nos solicitaban y nos cargaron en la tarjeta 377,40 RM (unos 92€) en el mes de marzo. A la llegada aquí pagamos los 377,20 restantes.
La cabaña nos pareció muy chula y limpia en un primer momento.
No es que la cosa haya empeorado en estos días, pero sí es cierto que hay hormigas y que nos entró una salamanquesa que no ha parado de chillar debajo de mi cama. La playa es pequeñita pero muy mona, con sus tumbonas de teca y las hamacas colgadas de las palmeras.
La lástima es que hay mucho coral muerto y es un poco engorroso entrar en el agua sin hacerte daño. A pocos metros andando está la playa de Tuna Bay y de Abdul Chalet, mucho más largas y abiertas y con más arena, así que el baño es mejor.
Fuimos caminando hasta la última playa a la que se podía llegar andando por la orilla. Era bastante grande y estábamos casi solos. A escasos metros de la orilla había una roca con anémonas y Nemos escondidos. ¡Qué monos!
La cena la hicimos en la terraza de nuestro hotel (ojo, hay que reservar si quieres una mesa al lado del mar).
Pedimos barbacoa de pescado. Tienen un mostrador con todo lo que han pescado ese día y tú eliges lo que quieres comer, te lo pesan y cocinan a la parrilla.
Pagamos 121,10 RM por:
600 gr de atún (47 RM)
200 gr calamar (14 RM)
180 gr de gambas (27 RM). Eran sólo 3 pero gigantes
1 zumo de lima, 1 zumo de sandía, una ensalada de frutas y un magnum.
La cena fue un poco accidentada. Desde que llegamos a la isla el tiempo no acompañó y en la cena, se vio un relámpago, se oyó un trueno y en 2 minutos empezó a diluviar. Hubo que recoger toda la mesa deprisa para que no nos pillara el chaparrón.
Aprovechamos el wifi del restaurante (en las habitaciones no llega la señal) hasta las 22,30 aprox. y nos fuimos a descansar.
En la calle estaban el skybus original y el pirata. El skybus salía antes, así que pagamos 10 RM por cabeza y en 1 hora (no había tráfico) nos dejó en la terminal de salidas del LCCT. Hay que decir que a pesar de lo pequeña que es, tiene un montón de “chiringuitos” para desayunar y comer. Nos compramos unos donuts, que el señor tenía antojo desde hacía días y nos tomamos un café y un chocolate.
A las 8 de la mañana, puntual como un reloj, despegábamos en el vuelo AK5280 de Air Asia con destino a Kota Bharu. El trayecto duró unos 45 minutos. Recogidas las mochilas, salimos a la terminal y ya tenían un mostrador especial para las Perhentian. En ese momento estaban atendiendo a una pareja de Indonesia que quería contratar un taxi. Les preguntamos si les importaba compartirlo con nosotros y nos subimos los 4 para llegar a Kuala Besut. Este viaje duró una hora más o menos y nos costó 20 RM por persona (calculad 80 RM por el taxi completo). El taxista nos dejó en la agencia Cocohut Travel del puerto. Rellenamos unos papeles, pagamos el importe que faltaba y la tasa de conservación de la isla (5 RM adultos y 2 RM niños) y en escasos 10 minutos ya estábamos en la barca camino de las islas Perhentian.
En 40 minutos llegábamos al “muelle”. El check-in fue rápido y en un plis estábamos en nuestra cabañita del New Cocohut Chalet.

Habíamos elegido una habitación doble con baño y terraza y vistas al jardín ya que eran más baratas que las que se encuentran en la playa. De todos modos, desde nuestra terraza vemos el mar. La habitación costaba 200 RM la noche (sí, una pasta) y también contratábamos con ellos el trayecto de ida y vuelta hasta tierra firme (70 RM más por persona). En el momento de la reserva en marzo, nos pidieron el 50% de la reserva a pagar bien mediante transferencia bancaria o bien mediante Visa con un recargo del 2%. En nuestro banco no podían hacer una transferencia en Ringgits y si lo conseguían no sé cómo, nos cobraban una comisión mucho más alta que ese 2% por el pago con visa. Así que les pasamos por correo los datos que nos solicitaban y nos cargaron en la tarjeta 377,40 RM (unos 92€) en el mes de marzo. A la llegada aquí pagamos los 377,20 restantes.
La cabaña nos pareció muy chula y limpia en un primer momento.



No es que la cosa haya empeorado en estos días, pero sí es cierto que hay hormigas y que nos entró una salamanquesa que no ha parado de chillar debajo de mi cama. La playa es pequeñita pero muy mona, con sus tumbonas de teca y las hamacas colgadas de las palmeras.


La lástima es que hay mucho coral muerto y es un poco engorroso entrar en el agua sin hacerte daño. A pocos metros andando está la playa de Tuna Bay y de Abdul Chalet, mucho más largas y abiertas y con más arena, así que el baño es mejor.
Fuimos caminando hasta la última playa a la que se podía llegar andando por la orilla. Era bastante grande y estábamos casi solos. A escasos metros de la orilla había una roca con anémonas y Nemos escondidos. ¡Qué monos!

La cena la hicimos en la terraza de nuestro hotel (ojo, hay que reservar si quieres una mesa al lado del mar).

Pedimos barbacoa de pescado. Tienen un mostrador con todo lo que han pescado ese día y tú eliges lo que quieres comer, te lo pesan y cocinan a la parrilla.

Pagamos 121,10 RM por:
600 gr de atún (47 RM)
200 gr calamar (14 RM)

180 gr de gambas (27 RM). Eran sólo 3 pero gigantes

1 zumo de lima, 1 zumo de sandía, una ensalada de frutas y un magnum.

La cena fue un poco accidentada. Desde que llegamos a la isla el tiempo no acompañó y en la cena, se vio un relámpago, se oyó un trueno y en 2 minutos empezó a diluviar. Hubo que recoger toda la mesa deprisa para que no nos pillara el chaparrón.
Aprovechamos el wifi del restaurante (en las habitaciones no llega la señal) hasta las 22,30 aprox. y nos fuimos a descansar.