A las 5 de la mañana, después de dormir más o menos bien (el tren se mueve mucho aunque las literas no están mal) llegamos a Lao Cai, aquí hay que coger una minivan hasta Sapa, creo que tardamos una hora o algo más y el precio es fijo: 50.000 VND. Al llegar a Sapa algunos hoteleros venían a nuestro encuentro para ofrecernos habitación, por suerte no eran demasiado pesados aunque pasamos bastante de ellos y fuimos directos al Hotel Mountain View www.mountainviewhotelsapa.com donde nos instalamos en una habitación con unas vistas al valle totalmente impresionantes! el día era bastante despejado y las vistas eran una pasada. Las instalaciones del hotel estaban bien, aceptables, aunque yo creo que fue caro y que hubiéramos podido conseguir un hotel más barato y con muy buenas vistas también en la calle que baja para coger el camino al poblado de Cat Cat, pero bueno, lo cierto es que estuvimos muy bien y pudimos disfrutar de las vistas durante los dos días que estuvimos, el sitio es realmente bonito.
Habitación del hotel con vistas!
Después de instalarnos en el hotel fuimos a la oficina de turismo donde nos atendieron muy bien, compramos un mapa de la zona y nos dieron consejo sobre excursiones para hacer, así que nos fuimos al poblado de Cat Cat que para empezar estaba cerca y está muy preparado para los turistas. El poblado está en un valle muy bonito, en el camino principal hay muchos puestos de artesanía y los caminitos que salen del principal son muy chulos, cogimos un caminito y ya fuera de los puestecillos de artesanía el paisaje de arrozales y la gente trabajando eran mucho más auténticos. Volvimos al camino que baja hasta la cascada y allí también cogimos otro camino “alternativo” para meternos un poco más en el valle y salirnos de la zona turística, un sitio precioso. El recorrido es circular y para volver se puede coger una moto-taxi, creo que pedían un dólar, pero nosotros preferimos subir andando para ir contemplando el paisaje con calma, aprovechando que se había nublado un poco y el ambiente era más favorable para la ascensión ;-). En Sapa hace más fresquito pero ya se sabe que en la montaña el sol pega muy fuerte también... así que la crema y el sombrero que no falten!
Por Cat Cat, búfalos de agua.
Al llegar a Sapa comimos en un restaurante que hay en la calle que baja para el poblado, uno de esos que también tienen platos como pizza y pasta, nosotros probamos unos spring rolls buenísimos y un arroz con vegetales también muy rico (aquí yo estaba perjudicada del estómago (como diría el Calleja), así que mejor arroz que no aventurarse con otros platos, jajajaja), lo bueno del restaurante eran las vistas al valle, precioso. Por la tarde estuvimos por la zona del lago y por el mercado de Sapa, que nos pareció muy interesante y mucho más limpio que los que habíamos visto en Hanoi. Para merendar nos compramos unos roscos riquísimos, lástima que sólo los vimos en Sapa, sinó seguro que los hubiéramos comido muchas más veces a lo largo del viaje!
Para cenar fuimos a Little Sapa, que está en la calle de los hoteles, es fácil de encontrar. Nos gustó mucho y no era caro.
El segundo día en Sapa amaneció lloviendo así que no teníamos muy claro que íbamos a hacer, por suerte paró de llover mientras desayunábamos así que cogimos nuestro mapa y alquilamos una moto (automática, 6 dólares) y nos fuimos a recorrer las montañas que estaban preciosas porque al haber llovido durante toda la noche había muchos saltos de agua, a parte de que hacía fresquito y resultaba muy agradable tener que ponerse manga larga! Para mi, lo mejor del viaje fueron las veces que alquilamos moto e íbamos por nuestra cuenta descubriendo paisajes y parándonos para preguntar a los locales, normalmente no tenían ni idea de inglés pero son muy simpáticos y era muy divertido intentar entenderse. Sobre ir en moto comentaré que a parte de la libertad de movimiento que da, no nos dió inseguridad ninguna, es verdad que las normas de circulación son más un consejo que otra cosa (o a esa conclusión llegamos por el caso que los locales le hacen a las señales, jajajaja) y que el casco que te dan es como si no llevaras nada, pero la velocidad a la que circulan es bastante reducida y en este caso, al no ser una ciudad las carreteras estaban poco transitadas. Nos acercamos a Silver Waterfall (una cascada bastante impresionante) y a poblados dispersos de los cuales no recuerdo el nombre, por la tarde nos acercamos al pueblo de Lao Chai (también es factible hacerlo andando), aquí nos bajamos de la moto y nos vinieron unas 8 o 10 mujeres y niñas a vender todo tipo de bolsitas, bolsos y trapos varios hechos a mano, fue un momento un poco abrumador
pero también fue una experiencia bonita porque estuvimos dando una vuelta por los alrededores y hablando con unas niñas del poblado sobre su vida cuotidiana (sabían más inglés que nosotros las mocosas!! jajaja).
Por la tarde cogimos la minivan hasta Lao Cai para coger nuestro tren (reservamos la minivan en el mismo hotel), esta vez no tuvimos tanta suerte en el compartimento, coincidimos con dos chinos, un chico joven que ni respiró durante toda la noche y un hombre que no paró de roncar y sacarse gargajos (esto de carraspear compulsivamente también es costumbre entre algunos vietnamitas, será algo cultural y normal allí, a mi personalmente me parece muy desagradable) así que fue una noche de no pegar ojo.


Después de instalarnos en el hotel fuimos a la oficina de turismo donde nos atendieron muy bien, compramos un mapa de la zona y nos dieron consejo sobre excursiones para hacer, así que nos fuimos al poblado de Cat Cat que para empezar estaba cerca y está muy preparado para los turistas. El poblado está en un valle muy bonito, en el camino principal hay muchos puestos de artesanía y los caminitos que salen del principal son muy chulos, cogimos un caminito y ya fuera de los puestecillos de artesanía el paisaje de arrozales y la gente trabajando eran mucho más auténticos. Volvimos al camino que baja hasta la cascada y allí también cogimos otro camino “alternativo” para meternos un poco más en el valle y salirnos de la zona turística, un sitio precioso. El recorrido es circular y para volver se puede coger una moto-taxi, creo que pedían un dólar, pero nosotros preferimos subir andando para ir contemplando el paisaje con calma, aprovechando que se había nublado un poco y el ambiente era más favorable para la ascensión ;-). En Sapa hace más fresquito pero ya se sabe que en la montaña el sol pega muy fuerte también... así que la crema y el sombrero que no falten!

Al llegar a Sapa comimos en un restaurante que hay en la calle que baja para el poblado, uno de esos que también tienen platos como pizza y pasta, nosotros probamos unos spring rolls buenísimos y un arroz con vegetales también muy rico (aquí yo estaba perjudicada del estómago (como diría el Calleja), así que mejor arroz que no aventurarse con otros platos, jajajaja), lo bueno del restaurante eran las vistas al valle, precioso. Por la tarde estuvimos por la zona del lago y por el mercado de Sapa, que nos pareció muy interesante y mucho más limpio que los que habíamos visto en Hanoi. Para merendar nos compramos unos roscos riquísimos, lástima que sólo los vimos en Sapa, sinó seguro que los hubiéramos comido muchas más veces a lo largo del viaje!
Para cenar fuimos a Little Sapa, que está en la calle de los hoteles, es fácil de encontrar. Nos gustó mucho y no era caro.
El segundo día en Sapa amaneció lloviendo así que no teníamos muy claro que íbamos a hacer, por suerte paró de llover mientras desayunábamos así que cogimos nuestro mapa y alquilamos una moto (automática, 6 dólares) y nos fuimos a recorrer las montañas que estaban preciosas porque al haber llovido durante toda la noche había muchos saltos de agua, a parte de que hacía fresquito y resultaba muy agradable tener que ponerse manga larga! Para mi, lo mejor del viaje fueron las veces que alquilamos moto e íbamos por nuestra cuenta descubriendo paisajes y parándonos para preguntar a los locales, normalmente no tenían ni idea de inglés pero son muy simpáticos y era muy divertido intentar entenderse. Sobre ir en moto comentaré que a parte de la libertad de movimiento que da, no nos dió inseguridad ninguna, es verdad que las normas de circulación son más un consejo que otra cosa (o a esa conclusión llegamos por el caso que los locales le hacen a las señales, jajajaja) y que el casco que te dan es como si no llevaras nada, pero la velocidad a la que circulan es bastante reducida y en este caso, al no ser una ciudad las carreteras estaban poco transitadas. Nos acercamos a Silver Waterfall (una cascada bastante impresionante) y a poblados dispersos de los cuales no recuerdo el nombre, por la tarde nos acercamos al pueblo de Lao Chai (también es factible hacerlo andando), aquí nos bajamos de la moto y nos vinieron unas 8 o 10 mujeres y niñas a vender todo tipo de bolsitas, bolsos y trapos varios hechos a mano, fue un momento un poco abrumador

Por la tarde cogimos la minivan hasta Lao Cai para coger nuestro tren (reservamos la minivan en el mismo hotel), esta vez no tuvimos tanta suerte en el compartimento, coincidimos con dos chinos, un chico joven que ni respiró durante toda la noche y un hombre que no paró de roncar y sacarse gargajos (esto de carraspear compulsivamente también es costumbre entre algunos vietnamitas, será algo cultural y normal allí, a mi personalmente me parece muy desagradable) así que fue una noche de no pegar ojo.