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24 de noviembre
Ha estado lloviendo toda la noche, o sea que me voy a quedar sin paseo matutino pre-desayuno como es habitual, porque las calles deben ser poco menos que piscinas de lodo. El desayuno que tengo incluido no es nada digno de comentar, y por lo que voy viendo, las comidas son bastante decepcionantes y repetitivas, por suerte tengo las provisiones que compré en el súper de Delhi para ir tirando.
Para no faltar a las costumbres locales, el guía llega tarde, y empieza a soltar fantasmadas sin siquiera presentarse. No me gusta nada la pinta que tiene...Se muestra sorprendido de que solamente me quede una noche en Jaipur, la ciudad rosada, dice que hay tantísimas cosas que ver y hacer. Ya veremos. Las calles de la ciudad están completamente inundadas, con sitios en que tememos que el coche quede parado, pues hay más de un palmo de agua de profundidad.
La primera visita, será una fugaz parada en el exterior del HAWA MAHAL, pues no se puede entrar. Me tengo que conformar con sacar unas fotos bajo la lluvia desde el otro lado de la calle. El conductor ni siquiera apaga el motor. Una preciosa pared de color rosado con unas bellas ventanas es todo lo que este sitio tiene que mostrar. Muy pobre.
El siguiente destino es el FUERTE ÁMBAR, el cual primero observo desde el otro lado del lago que tiene a sus pies. El fuerte está situado en lo alto de una colina, y desde lejos tiene una pinta espléndida. La gracia del lugar reside, para los turistas, en que se puede subir a lomos de un elefante. Obviamente las condiciones climatológicas no son las más adecuadas, pero como lo tengo pagado, me monto. El asiento, resbaladizo de por sí, con la lluvia incrementa la dificultad de mantenerse en él. Además subo montado de lado, para disfrutar de las vistas del lago y el valle a los pies del fuerte, y juntamente con el movimiento casi elíptico de los elefantes al andar, me provoca un ligero mareo y la casi total imposibilidad de pasarlo bien y poder sacar fotos del evento. Por suerte, los indios piensan en todo, y a lo largo del recorrido, en lo alto de la muralla, un fotógrafo saca unas fotos que sin duda después tratarán de venderme. Además durante el trayecto de subida, que dura un cuarto de hora más o menos, vendedores ambulantes me siguen al lado del elefante, ofreciendo telas, manteles... Imposible disfrutarlo. La plaza de entrada al fuerte es grandiosa, y en ella hay varios elefantes descargando a los pobres y sufridos turistas como yo, con los conductores pidiendo propinas por el "esfuerzo" de dirigir al elefante, como si no hubieran cobrado por ello.
Mientras el guía compra la entrada para visitar el complejo, me asalta un indio intentando vender las fotos de la subida a un precio exageradísimo. Estoy dispuesto a comprar, previo regateo, pero el tío no quiere bajar el precio y se queda con las fotos !!Ya impresas! Ya me dirás qué harán con ellas, se las van a vender a otro?? Es que...
Me pongo a visitar el interior del fuerte, concretamente el Palacio del Maharaja, con las habitaciones de verano, las de invierno, los larguísimos corredores, jardines...El guía no para de vomitar datos que no me importan lo más mínimo, hasta que encontramos a otros guías y se ponen a charlar entre ellos, o sea que puedo escaquearme e ir a explorar por mi cuenta.
Tras la visita al fuerte, tocan las tiendas trampa de rigor: una de alfombras (qué original!) y una de joyas. Interés: 0, dinero gastado: 0. El guía se va a mosquear por no tener nada de comisión. Tras las tiendas, el guía dice de ir a comer, aunque yo había especificado expresamente que no quería perder tiempo de visitas para parar a comer, ya me las arreglaría por mi cuenta. El tío, más chulo que un ocho, me dice que él se va a comer, y que me quedo en el coche...Con dos cojones como sandías! Con el tiempo perdido entre comidas y visitas trampa, no me extraña que diga que necesito más tiempo en Jaipur. Después de comer, me lleva a ver el JANTAR MANTAR, otro observatorio idéntico al visto en Delhi, quizás un poco más completo y mejor conservado.
Finalmente, la última visita, al PALACIO DE LA CIUDAD. Se nota que el guía también quiere acabar pronto. En el palacio, a destacar un enorme botijo de plata con capacidad para 4000 litros de agua que el sultán se hacia traer del Ganges para sus baños y bebida. Otro fracaso de día, ninguna visita aprovechable...Por fin, a las 4 en punto, el guía se despide y se larga, dejándome otra vez con el chófer que no habla inglés. Por suerte, consigo hacerle entender que quiero hacer unas compras, y me lleva a una zona de chiringuitos, en la que me entretengo un buen rato, haciendo algo de gasto.
A la hora acordada con el chófer, me recoge y partimos hacia el Parque Nacional de Ranthambore (El hogar del tigre, dicen...). El trayecto que debería hacerse en 3 horas, en realidad lleva más de 5 horas, y llego al Ankur Resort para registrarme a las 11 de la noche. He cenado en el coche por el camino unos bocadillos de queso. Estoy agotado y la habitación es bastante peor de lo que esperaba. Vaya día!
25 de noviembre
El día de hoy se presenta soleado. Me levanto al amanecer para ir a desayunar: tostadas, fruta, tortilla y café o té. Por si acaso, preparo unos bocadillos con los restos del desayuno por si no puedo ir a comprar más tarde. Me dispongo a hacer mi primer safari en busca de los tigres! Se puede escoger entre hacer el safari en un jeep privado o bien en una especie de camión descapotado con capacidad para unas 18 personas. Como no están las cosas muy boyantes, me decanto por la opción barata, el camión. Tomo asiento en la parte trasera y a esperar que se complete...
Salimos sin que esté el camión lleno, pues nos vamos deteniendo en otros resorts y hoteles a completarlo en el trayecto hacia la entrada del PN, situada a no más de media hora de mi resort. Estoy muy nervioso por ver tigres, y al ser el último de los diversos camiones del convoy, se hace más dura la espera.
A la entrada del parque, se deben rellenar unos impresos por temas de seguros y tal, y mientras todos los pasajeros los llenamos una horda de vendedores ambulantes asaltan el camión tratando de hacer negocios con gorras, figuras, tarjetas de memoria para las cámaras...Un consejo: si vais a hacer este safari y escogéis la opción del camión abierto, llevaos alguna cosa para sentaros encima, pues no se dignan ni a secar los asientos si ha llovido. Me quedé con el culo empapado! El PN está dividido en 5 zonas, y a la entrada, a cada camión se le asigna una para evitar aglomeraciones. Cuando te han asignado una, no puedes entrar en otra, aunque por la radio se dé la alerta de haber visto montones de tigres, debes quedarte en la zona asignada. Menudo mal rollo... Al nuestro le asignan la zona 4, en la que nos aseguran que la tarde anterior tuvieron mucha suerte en el avistamiento. A ver si continúa. Tras unos pocos centenares de metros de camino en común, los camiones se van dividiendo en función de la zona asignada. Nosotros pasamos por unas ruinas de lo que habían sido cotos de caza de los maharajas. El safari es un completo fiasco, muchos pájaros, algún cerdo salvaje, una tortuga, pero ningún tigre.
Al cabo de una hora, debemos subir una empinada cuesta para acceder a otra parte de nuestra zona, pero como el camino está embarrado totalmente, el camión se queda atrapado a media subida. Nos hacen bajar a todos de él y nos dicen que empujemos. Yo paso. Al final, el camión se da por vencido y se deja caer por la cuesta, damos media vuelta y nos dirigimos a la entrada para que nos den otra zona, ya que en la 4 no podemos continuar. Nos dan la 5, a ver si mejora...
Ni hablar. Otra paliza de baches para nada. Vuelvo al resort a comer muy frustrado, y salgo a dar una vuelta por el pueblo, con las calles encharcadas, sucias, llenas de animales (más que en el PN!). Entro en una tienda para comprar algo de comida y vuelvo al resort para el safari de la tarde, a ver si la cosa cambia...
Nos asignan la zona 3 por la tarde, pero el resultado es el mismo: 3 horas interminables de escuchar pajarillos y ver un cocodrilo. Una estafa en toda regla.
De vuelta al hotel, pregunto si para mañana tengo más safaris asignados y me dicen que no los tengo incluidos, pero los puedo pagar aparte. Ni hablar! Ceno y me acuesto, con la esperanza puesta en el siguiente PN. Mañana salgo temprano hacia Agra.
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