Al día siguiente, dejamos Bruselas, y nos dirigimos a visitar Lovaina. Espectacular su ayuntamiento. Al otro lado de la Grote Markt, se encontraba la Iglesia de San Pedro. A unos 10 minutos caminando, encontramos, en la plaza Monseineur Ladeuzeplein, la Biblioteca de la Universidad, edificio muy bonito que fue palacio.
Otro punto de interés, y que nos encantó perdernos por sus callejuelas adoquinadas y canales, fue el Groot Begijnhof. Muy escuetamente, los beguinajes eran conjuntos de casas, construidas alrededor de una iglesia o convento, donde vivían mujeres viudas.
Este en particular, el de Lovaina, es Patrimonio de la Humanidad de la Unesco.
Visto Lovaina, pusimos rumbo a la localidad vecina de Malinas. En esta ciudad visitamos la Grote Markt, el Ayuntamiento y la Catedral. Está todo muy cerca y se ve rápido. Paseamos por una calle peatonal que llevaba al río y allí aprovechamos para comer en una zona de terrazas.
Tras el almuerzo, salimos hacia nuestra siguente ciudad en la que íbamos a hacer noche: Gante.
Llegamos sobre las cinco de la tarde. La verdad es que es una ciudad preciosa. Cosas que te vas encontrando: el ayuntamiento, el Belfort, que es un campanario, la catedral de San Bavón, que tiene en su interior la obra maestra de Van Eyck "La adoración del cordero". A mí lo que más me gustó fue cuando se hizo de noche y se iluminó la ciudad. Era espectacular. Las vistas desde el puente de Saint Michielsbrug te obligaban a pararte y sacar fotos y fotos. La zona del Graslei y las fachadas de las casas era otra imagen muy bonita. Nos sorprendió el ambientazo que había en las cervecerías y restaurantes de esta zona céntrica.
Otra zona que visitamos fue el Patershol. Es un barrio de callejuelas con restaurantes escondidos, si bien nos no mereció la pena ninguno. La noche estaba espléndida para pasear.
Otro punto de interés, y que nos encantó perdernos por sus callejuelas adoquinadas y canales, fue el Groot Begijnhof. Muy escuetamente, los beguinajes eran conjuntos de casas, construidas alrededor de una iglesia o convento, donde vivían mujeres viudas.
Este en particular, el de Lovaina, es Patrimonio de la Humanidad de la Unesco.
Visto Lovaina, pusimos rumbo a la localidad vecina de Malinas. En esta ciudad visitamos la Grote Markt, el Ayuntamiento y la Catedral. Está todo muy cerca y se ve rápido. Paseamos por una calle peatonal que llevaba al río y allí aprovechamos para comer en una zona de terrazas.
Tras el almuerzo, salimos hacia nuestra siguente ciudad en la que íbamos a hacer noche: Gante.
Llegamos sobre las cinco de la tarde. La verdad es que es una ciudad preciosa. Cosas que te vas encontrando: el ayuntamiento, el Belfort, que es un campanario, la catedral de San Bavón, que tiene en su interior la obra maestra de Van Eyck "La adoración del cordero". A mí lo que más me gustó fue cuando se hizo de noche y se iluminó la ciudad. Era espectacular. Las vistas desde el puente de Saint Michielsbrug te obligaban a pararte y sacar fotos y fotos. La zona del Graslei y las fachadas de las casas era otra imagen muy bonita. Nos sorprendió el ambientazo que había en las cervecerías y restaurantes de esta zona céntrica.
Otra zona que visitamos fue el Patershol. Es un barrio de callejuelas con restaurantes escondidos, si bien nos no mereció la pena ninguno. La noche estaba espléndida para pasear.