DÍA 4: RÍO DE JANEIRO ✏️ Diarios de Viajes de Brasil

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Tras varias entradas y salidas de la gente de la habitación, ruido del aire acondicionado a pleno pulmón, secadores del pelo varios, niños jugando al futbolín, gente bañándose en la mini pisci, nos levantamos a las 10 am apurando para desayunar y prepararnos para ir al Cristo de Corcovado.

De nuevo, indicadas por las del hostel, vamos hasta la plaza de Osorio a coger un bus que nos acerque hasta allí. A la bajada del bus, hay guías espontáneas que te ofrecen subir hasta el Cristo por 43 BRL. El precio es bastante bueno, pero preferimos subir en el medio tradicional, que es el tranvía de Corcovado, con precio similar. Una vez allí, nos emocionamos viendo el Cristo, es enorme, por eso se ve desde todos los puntos de la ciudad. Las vistas son increíbles y, con suerte, no tuvimos niebla y pudimos disfrutar de ellas.

A la bajada, nos acercamos a una placita que se llama Largo de Boticario, con casas de colores coloniales deshabitadas. La verdad es q la plaza tiene un encanto especial y nos gustó mucho ir.

Al ser nuestro último día en Río, queríamos ir a visitar el barrio de Santa Teresa sin perder mucho tiempo, así que nos cogimos un taxi por 20 BRL las 5. Según la guía de Alicia, había que ir a la calle Apracível, así que allá que fuimos. Son antiguas mansiones que están rodeadas de favelas, pero no tiene mucho más, ni restaurantes (que ya había hambre), ni tiendas, ni gente, ni nada, pero unas vistas magníficas del barrio de Santa Teresa. De ahí, fuimos dando un paseo hasta las zona más central de Santa Teresa para buscar un sitio para comer.

En la calle principal hay un restaurante con una pinta estupenda que se llama Sobrenatural y que recomiendo en este blog porque comimos de vicio. Cada día que pasaba comíamos mejor y empezábamos a saborear gustosamente la comida brasileira. Comimos unas empanadillas (que son muy típicas de Brasil, aunque allí lo llaman pasteles) de queso, de camarao y de cangrejo. También pedimos una punheta de bacalao que es una mezcla de bacalao con cebolla buenísima, y un plato de mango con palmito, una mezcla inicialmente rara pero muy buena. Todo por 220 BRL para las 5, recomendado. Ahora que lo escribo recuerdo lo bien que nos sentó esa comida.

Paseamos por la calle principal por donde pasa el tranvía Bonde, que va de Santa Teresa a Lapa. Teníamos intención de cogerlo pero estaba estropeado, una pena. Entramos en un par de tiendas donde nos dicen que no salgamos de la calle principal, que podría resultar peligroso, aunque no nos resistimos a salir a una callecita para tomar una foto de unas favelas que se veían desde allí con el pan de azúcar de fondo. Había un par de tipos raros que nos miraban, pero luego no hay ningún peligro,

En lugar de coger el Bonde, tomamos uno de esos buses que van por las calles adoquinadas, dando tumbos a toda velocidad, que tienes que ir agarrado o sales disparado. Coger este bus además de ser una aventura es maravilloso porque tiene unas vistas del barrio de Santa Teresa y del centro de la ciudad impresionantes y todo ello al atardecer. Entre las casas coloniales se empezaban a ver los rascacielos del centro y detrás las favelas, una mezcla muy sorprendente.

Nos bajamos en la calle principal de Lapa, donde están los arcos. La verdad es que no imaginábamos el barrio así porque cuando habíamos ido era sábado noche. Damos un paseo por el barrio de Lapa y la zona del centro, nos gustó mucho. Sobre todo, es que no imaginábamos que esos rascacielos estaban justo al lado de la plaza de los arcos y de las casas coloniales del barrio de Lapa. De repente, vimos unas favelas en una callejuela. Nos adentramos por casualidad para echar un vistazo y, de pronto, nos encontramos con una escalera maravillosa, un lugar especial, es una escalera llena de azulejos de colores con motivos diferentes de muchos países del mundo: es la escalinata de Selarón o escalera de Santa Teresa, que sube desde Lapa hasta el convento de Santa Teresa. Los motivos relativos a España eran, por ejemplo, la plaza de Toros de Sevilla, había temas de fútbol barça-Madrid, etc. Nos encantó este riconcillo que encontramos de repente, no viene en la Lonely y es totalmente recomendable ir hasta allí.

Continuamos nuestra marchan andando hasta el centro financiero, pasando la estatua de Ghandi, el teatro, y todos aquellos edificios integrados casi en el barrio de Lapa.

Regresamos al centro de Lapa y tomamos un succo en una de las terrazas animadas. Nuestra intención esa última noche carioca era bailar samba, así que nos metimos en uno de los sitios más recomendados de Río para bailar samba que está en pleno Lapa: Carioca da Gema. Además de ser un bar con música en directo de samba, al fondo tienen unas mesas con un pequeño restaurante donde se pueden tomar cosas de picoteo buenísimas. Hay bastantes guiris (porque es un sitio recomendado en las guías), pero igualmente muchos locales. Conseguimos que una chica brasileira nos enseñe los pasos para bailar samba, aunque es complicadísimo! Nos juntamos también con una pareja de Dubai interesada en aprender, pero les parecía tan complicado como a nosotras. Ahí echamos la noche entre bailes y risas.

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