Sí, lo reconozco soy un adicto, no tengo la suficiente capacidad para resistirme, soy débil y de vez en cuando, necesito mi dosis, es entonces, cuando deambulo por las callejuelas de internet buscando un camello que me suministre un viaje bonito y barato. Así es como probé, La paloma blanca (Tetuán), sin lugar a dudas un gran viaje, repleto de sensaciones diferentes e interesantes.
Viernes, vuelo de Ryanair con dirección Tánger, 15:35 horas con puntualidad inglesa despegamos de la terminal 1 de Barajas y una hora más tarde aterrizamos en el desértico aeropuerto tangerino, el único avión es el nuestro. Nos reciben con música tradicional marroquí y a las mujeres les regalan flores, una alfombra roja nos guía hacia el control policial, un stand con camareros ofrecen a los turistas té y pasteles típicos, ¿Pero qué pasa aquí?, vaya recibimiento! (más tarde, nos enteraremos que era el día de la mujer, 8 de marzo, y de ahí todo ese tinglado). Cambiamos dinero en Poste Maroc a 10.86 Dírham el Euro, está en el hall principal del aeropuerto y ofrece un cambio muy competitivo.
Para ir del aeropuerto tangerino a la pequeña ciudad de Tetuán, existen varias opciones; La opción menos interesante y más cara, es coger un taxi en el aeropuerto (400 Dh) y que te lleve directamente a Tetuán, otra opción, más económica, es coger un taxi del aeropuerto, a la estación de autobuses de Tánger (no más de 100 Dirhams), una vez allí se puede coger un taxi compartido (40 Dh por pasajero) o tomar un autocar que suelen salir cada 30 minutos, nosotros nos decidimos por ésta última opción. Transport Irica, por 19 Dh (1.70 el billete) y una hora de trayecto, nos deja en Tetuán.
El alojamiento que hemos elegido es El Riad Reducto, se encuentra en el interior de la medina, al que llegamos caminado desde la parada del autocar, unos 15 minutos. www.elreducto.com/, un remanso de paz, muy acogedor, la casa tiene cinco habitaciones, decoradas con mimo por Ruth, nosotros elegimos la más económica, 50 euros con desayuno.
Nada más dejar las mochilas en la habitación y sin perder ni un segundo, nos lanzamos a las calles de Tetuán, ansiosos por descubrir esta cultura tan lejana y a la vez tan cercana. Entre 1913 y 1956, Tetuán fue la capital del protectorado español de Marruecos y la influencia española ha seguido siendo importante incluso después de la independencia del país. es.wikipedia.org/wiki/Tetu%C3%A1n
Pasear por la medina, declarada Patrimonio de la humanidad en 1997 por la UNESCO, es sinónimo de perderse, se trata de un entramado de callejuelas a modo de laberinto, delimitada por una muralla de finales del siglo XV, la cual tiene siete puertas abiertas al mundo. Deambular por la medina, se convierte en una experiencia muy impactante y totalmente recomendable, no dejas de estar pasmado por todo lo que te rodea, es como una sobredosis de asombro, calles bulliciosas, llenas de vida, con una esencia especial. A nosotros, nos recordó a los viajes por Marrakech y Tanzania, siempre tan intensos. Quizás, pueda resultar algo agobiante al principio, pero sólo es cuestión de darse tiempo. Recomiendo dejarse llevar y relajarse para disfrutar plenamente de la experiencia.
Durante el paseo sin rumbo, se nos acercó un hombre que siguiendo unas pautas bien aprendidas, de cortejo al turista y por dos euros, nos guió hacia una tienda, donde tuvimos el primer contacto con comerciantes Tetuanís, muy simpáticos y amables. Después le indicamos que queríamos cenar y nos mostró varios restaurantes, decidiéndonos por el Restaurante del Riad Dalia. www.riad-dalia.co, por unos 17 euros cenamos típica comida Marroquí, unos entrantes, cuscús, Tallin de verduras con pollo, cerveza fresca y postre, todo exquisito.

Viernes, vuelo de Ryanair con dirección Tánger, 15:35 horas con puntualidad inglesa despegamos de la terminal 1 de Barajas y una hora más tarde aterrizamos en el desértico aeropuerto tangerino, el único avión es el nuestro. Nos reciben con música tradicional marroquí y a las mujeres les regalan flores, una alfombra roja nos guía hacia el control policial, un stand con camareros ofrecen a los turistas té y pasteles típicos, ¿Pero qué pasa aquí?, vaya recibimiento! (más tarde, nos enteraremos que era el día de la mujer, 8 de marzo, y de ahí todo ese tinglado). Cambiamos dinero en Poste Maroc a 10.86 Dírham el Euro, está en el hall principal del aeropuerto y ofrece un cambio muy competitivo.
Para ir del aeropuerto tangerino a la pequeña ciudad de Tetuán, existen varias opciones; La opción menos interesante y más cara, es coger un taxi en el aeropuerto (400 Dh) y que te lleve directamente a Tetuán, otra opción, más económica, es coger un taxi del aeropuerto, a la estación de autobuses de Tánger (no más de 100 Dirhams), una vez allí se puede coger un taxi compartido (40 Dh por pasajero) o tomar un autocar que suelen salir cada 30 minutos, nosotros nos decidimos por ésta última opción. Transport Irica, por 19 Dh (1.70 el billete) y una hora de trayecto, nos deja en Tetuán.

El alojamiento que hemos elegido es El Riad Reducto, se encuentra en el interior de la medina, al que llegamos caminado desde la parada del autocar, unos 15 minutos. www.elreducto.com/, un remanso de paz, muy acogedor, la casa tiene cinco habitaciones, decoradas con mimo por Ruth, nosotros elegimos la más económica, 50 euros con desayuno.
Nada más dejar las mochilas en la habitación y sin perder ni un segundo, nos lanzamos a las calles de Tetuán, ansiosos por descubrir esta cultura tan lejana y a la vez tan cercana. Entre 1913 y 1956, Tetuán fue la capital del protectorado español de Marruecos y la influencia española ha seguido siendo importante incluso después de la independencia del país. es.wikipedia.org/wiki/Tetu%C3%A1n
Pasear por la medina, declarada Patrimonio de la humanidad en 1997 por la UNESCO, es sinónimo de perderse, se trata de un entramado de callejuelas a modo de laberinto, delimitada por una muralla de finales del siglo XV, la cual tiene siete puertas abiertas al mundo. Deambular por la medina, se convierte en una experiencia muy impactante y totalmente recomendable, no dejas de estar pasmado por todo lo que te rodea, es como una sobredosis de asombro, calles bulliciosas, llenas de vida, con una esencia especial. A nosotros, nos recordó a los viajes por Marrakech y Tanzania, siempre tan intensos. Quizás, pueda resultar algo agobiante al principio, pero sólo es cuestión de darse tiempo. Recomiendo dejarse llevar y relajarse para disfrutar plenamente de la experiencia.

Durante el paseo sin rumbo, se nos acercó un hombre que siguiendo unas pautas bien aprendidas, de cortejo al turista y por dos euros, nos guió hacia una tienda, donde tuvimos el primer contacto con comerciantes Tetuanís, muy simpáticos y amables. Después le indicamos que queríamos cenar y nos mostró varios restaurantes, decidiéndonos por el Restaurante del Riad Dalia. www.riad-dalia.co, por unos 17 euros cenamos típica comida Marroquí, unos entrantes, cuscús, Tallin de verduras con pollo, cerveza fresca y postre, todo exquisito.