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Hoy suena el despertador un poco más temprano de la habitual, ya que hemos quedado con Chan y Ten a las seis y media en la recepción, así que a las seis de la mañana estamos desayunando, el buffet del Meridien a la altura de su categoría. Hoy sobre las cinco de la mañana ha estado lloviendo, a ver si hay suerte y despeja un poco la calima que lo envuelve todo.
De camino, paramos en un seven eleven a comprar lo que vamos a ofrecer a los monjes, Ten y Chan compran a título particular y nosotros también, zumos, sándwiches chucherías, 254 baths cuenta Chan que se les puede ofrecer lo que se quiera, comida, flores, dinero etc…
Y llegamos al lugar (la carretera que da acceso al Doi Suthep), dónde ya hay gente haciendo las ofrendas a los monjes que bajan del templo Wat Si Soda, todo gente local, a riesgo de ser repetitivo, éramos los únicos occidentales que había allí, se veía que era una cosa para locales, y nosotros teníamos el privilegio de verlo y disfrutarlo allí mismo. Nos gustó muchísimo en el momento, ahora con la perspectiva de la distancia, todavía lo apreciamos más.
*** Imagen borrada de Tinypic ***
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Primero hace la ofrenda Ten, después Sonia y por último Chan y yo, recibimos la bendición y nos dedicamos a disfrutar del momento, con los cantos, los rezos, las bendiciones.
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Chan nos explica que los laicos budistas tienen cinco preceptos que cumplir, a saber, No matar, No robar, No mentir, No cometer adulterio, No beber alcochol. Las monjas en vez de cinco preceptos son ocho, los novicios diez y los monjes 227!!!
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Cuando los monjes ya empiezan a irse (la ofrenda dura de seis a ocho de la mañana) cogemos la carretera de Chiang Dao y de camino paramos en el mercado de Mai Malai, este es un mercado típico de la gente de aquí para gente de aquí, pero Chan nos cuenta que en este mercado, que abre de cuatro de la mañana a cuatro de la tarde, se abastece las gente que viene a hacer trekkings por la zona y se queda a dormir en algún poblado, aquí compran fruta, pollo, lo que necesiten.
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Estando dentro del mercado, Chan me pide 20 baths y viene con una bolsa llena de gusanos de seda y con otra con unos insectos con antenas y me dice, tú puedes degustar, los gusanos de seda saben a cacahuetes, y me lanzo a probarlos, ahora o nunca, es verdad que los gusanos de seda no son especialmente desagradables, pero los otros, imaginaros que se os quedan las dichosas antenas entre las muelas…..menos mal que allí estaba ten con una botella de agua para pasar el mal trago y nunca mejor dicho.
Y continuamos a llegar al campo de elefantes de Chiang Dao, que se encuentra a unos 55 kilómetros de distancia de Chiang Mai, nos cuenta Chan que este fue el primer campo de elefantes de la zona, luego vinieron todos los demás y que aquí se rodó Rambo 4 hace 4-5 años.
El sitio se ubica en un paraje de ensueño, dentro de la naturaleza, todo rodeado de jungla y para acceder al campo propiamente dicho tienes que cruzar el rio Ping (el mismo que atraviesa Chiang Mai) por un puente colgante, la verdad es que la primera vista ya impacta. Y como de costumbre, estamos solo nosotros, es increible. Vemos a los primeros elefantes.
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Y nos disponemos a dar un paseo por la jungla y como no está muy crecido el río, volveremos por el Ping. Imaginaros lo que es dar un paseo de este tipo, sin nadie por delante, sin nadie por detrás, sólo escuchando los sonidos procedentes de la selva. Lo disfrutamos otra vez al 100 por 100
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Regresamos por el río, contemplando los paisajes tan brutales que nos rodean.
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Hasta que llegamos otra vez al campo de conservación. Ha sido una experiencia inolvidable, ver estos lugares a lomos de un elefante es una sensación que no se olvida fácilmente. Habíamos oído hablar de otros campos de conservación dónde estás todo el día con ellos y tú te conviertes en su cuidador. Nosotros valoramos esta opción que cogimos y no nos arrepentimos, a los elefantes se les veía bien cuidados y fue fantástico el tiempo que estuvimos con ellos.
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Cuando llegamos seguimos estando solos, así que compramos unos racimos de bananas para dárselas de comer a los elefantes (30 baths el manojo)
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En este punto, apareció el primer grupo de unos 8-10 alemanes, viendo como les dábamos de comer a los elefantes y cuando se pusieron ellos, Chan nos mandó irnos con él, nos dijo, poneros aquí que ahora irán a lavar a los elefantes al río y desde aquí están las mejores vistas, efectivamente así fue, vinieron los elefantes, los alemanes y nosotros en el mejor sitio.
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Después cuando los estaban bañando, otra vez Chan me dice, súbete al puente colgante y haz fotos desde allí, y yo como soy muy bienmandado allá que me fui, teníais que ver la cara de los alemanes, era como que jugábamos en dos ligas diferentes.
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Cuando acaba el baño, se dirigen al campo de trabajo, dónde hacen unas demostraciones de los trabajos que realizan los elefantes, como acarrean troncos, como les elevan, como recogen la basura, como se ponen los elefantes para que subas y para que bajes, aquí nos perdimos de Chan y cuando llegamos, estaba en la primera fila, guardándonos los mejores sitios para que no perdiéramos detalles. ¿Es o no un fenómeno?
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Y acaban con la demostración de cómo pinta un cuadro un elefante, que daba la casualidad que era “Pet”, el elefantito al que habíamos estado dando de comer, Chan nos dijo si queríamos el cuadro, valía 600 baths, y sin pensarlo dijimos que si, iba a ser un bonito recuerdo de nuestro día con los elefantes.
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Una vez seco, envuelto en la caca de elefante que te lo dan para que no se doble, se lo damos a Chan que nos lo guarde y nos disponemos a dar un agradable paseo sobre una barca de bambú por el río Ping. También nos encantó este paseo, muy recomendable, la tranquilidad, la paz, las vistas y también por el buen rato que pasamos con nuestro barquero, con las cuatro palabras que hemos aprendido con Chan nos hacemos unas risas
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Al llegar al final del destino y después de darle una propina al barquero, nos están esperando Chan y Ten y una chica que te vende unas fotos que te han sacado previamente, una a lomos de elefante y otra en la balsa de bambú, te las dan con un marcho hecho con caca de elefante, compramos las dos, 200 baths cada una.
Nos montamos en la furgoneta, toallita húmeda y botellita de agua y nos vamos a visitar la plantación de orquídeas, te explican cual es el proceso, el tiempo que tardan y ves dónde las tienen, en que condiciones…una visita que para mi no es imprescindible, pero después de estar con los elefantes, las ofrendas con los monjes, las comparaciones son odiosas.
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Vamos a comer al Tiger Kingdom, aprovechando que está muy cerquita, no es necesario pagar para entrar, puedes ir a comer y desde allí se les ve a los tigres, impresionantes, que animales tan bonitos. Ïbamos a entrar pero nos hemos fundido la batería de la cámara, así que como dentro de unos días volveremos a Chiang Mai, lo visitaremos otra vez. La comida, arroz , pai thai, cerdo agridulce, rollitos de primavera, pollo con anacardos y helado de vainilla con chocolate, dos singhas 160 baths, en abundancia y muy buena.
Aquí acababa el programa, pero ayer como no nos dio tiempo a visitar el mercado de Warorot porque cierra a las cinco, nos dice que vamos a visitarlo hoy, allí probamos la fruta del dragón, durian, rambután y mangostán.
Vamos hasta el hotel, nos despedimos hasta mañana y aprovechamos para refrescarnos en la piscina del hotel, que hoy también aprieta.
*** Imagen borrada de Tinypic ***
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Ahora nos vamos a recoger la ropa que dejamos ayer para lavar, dos kilos, 80 baths, cambiamos dinero a 37,20 baths, siempre es recomendable mirar al menos un par de casas de cambio, puede haber diferencias ostensibles si vais a cambiar una cantidad grande.
Cogemos un tuc-tuc y al Sunday Market por 70 baths, allí compramos dos pañuelos de seda 500 baths, un buda con la figura que representa el día de nuestro nacimiento 500 baths, 10 jaboneras de madera de coco 120 baths, dos sándwiches y dos botellas de agua en un seven eleven 64 baths y dos crepps de banana 60 baths. Tuc-tuc para el hotel 60baths.
*** Imagen borrada de Tinypic ***
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Increíble el día de hoy, para recordarlo, las ofrendas a los monjes, los elefantes, el paseo en balsa, de verdad que un día redondo.
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