SÁBADO 20 de JULIO
Poco a poco nos acercamos a la Capadocia. Esta etapa me conduce desde Egirdir hasta la conservadora Konya, conocida en occidente por los derviches girovagos fundamentalmente.
El bus hace el recorrido Isparta-Konia, de la compañía Isparta. Llega a Egirdir puntual a las 9:25 y en tres horas y media aproximadamente está en la estación de autobuses de Konya (13:00). El trayecto en un autobús con las mismas equipaciones y servicios que el del día anterios. Genial.
Lo primero que hago, aprovechando que estoy aquí es reservar el billete de bus para Goreme de mañana. Hay por lo menos 4 directos en la compañía Süha (no he mirado más). Como en Goreme tengo intención de quedarme unas 4 noches, pues salgo tarde y así puedo disfrutar del día en Konya (15:30 - 18:30). El precio, 35TL.
Ésta está a las afueras, pero muy afueras del centro de esta enorme ciudad (comparando con las que he visitado, claro). Para llegar al centro (Alaaddin Tepesi) hay que coger el tranvía que para muy cerca de la estación y te deja en la plaza Alaaddin en 34 minutos. El tranvía circula cada cuatro minutos, así que no te preocupes si pierdes uno. Eso sí, respecto a los tickets para el tranvía y el autobús urbano, hay que comprar una tarjeta de "no contacto" (1TL) y recargarla con el importe que quieras. El precio del viaje es de 1'3 TL. Hay kioskos en las principales paradas de tranvía y de autobús.
Dicha la información general, paso al tema de alojamiento. He mirado en Hostelbookers, Hostelworld y booking y no he encontrado ningún albergue en la ciudad. Por suerte, ayer volví a mirar a última hora y encontré una especie de hotel que te deja ocupar la habitación doble a precio de individual (hace unas semanas no me aparecía entre las opciones). El hotel se llama Ankara, el precio que he pagado 18€ desayuno incluido (hasta hace unos días, el precio estimado en el sitio más barato era 35€). Tiene la pinta de pensión con habitaciones pequeñitas, pero apañadas. Como si fueran para parejas que no tienen otro sitio y alquilan por horas. Era por describirlo, no tengo queja alguna del hotel. Está a unos tres minutos de la parada del tranvía que me lleva a la terminal de autobuses (Alaaddin) y a otros tres minutos en el sentido contrario respecto al principal atractivo de la ciudad, el museo Mevlana. De hecho está en medio de la avenida Mevlana que une ambos puntos. Vaya, que está estratégicamente situado.
Doy una primera vuelta de aproximación y me percato de que tengo justo detrás del hotel el bazar y que la distancia andando a los puntos que voy a visitar es mínima. Tardo bastante en localizar la oficina de turismo, de hecho lo había dado por imposible. Pero esta vez la culpa no la tengo yo, sino el plano de la Lonely que no está del todo bien. Menos mal que, como siempre, un turco amable, sin que tenga que pedirle ayuda, se presta a orientarme y llego sin problemas. Está DETRÁS del museo Mevlana. Allí me ha atendido un chico con una profesionalidad encomiable. Hemos congeniado y entre charla y charla, me ha dado la información más importante: mapa de la ciudad, horarios de ciertos autobuses y museos, !un dvd!, me ha mandado por su facebook un enlace a un documental sobre Turquía, me ha recomendado un espectáculo cultural-religioso gratuito de los derviches para esta noche,... impresionante.
Como tengo intención de dejar para mañana la visita cultural-religiosa, hoy aprovecho para coger el bus urbano nº64, en frente del hotel Ankara es su punto de salida cada media hora, con destino a la diminuta población de Sille, a 9 kilómetros de Konya. (1'3TL). También me ha dado un folleto de Sille.
Se tarda en llegar menos de media hora. Apenas hay nada. Es un pueblecito con el encanto propio de los lugares menos masificados. Además, he tenido suerte porque el año pasado empezaron a remodelar ciertas zonas del pueblo (están en ello aún), dato éste que no es tenido en cuenta en la guía, pues está editada en verano de 2011.
El elemento más conocido es la Iglesia de Santa Elena, totalmente restaurada y con accesibilidad total.
También una de las mezquitas de la calle principal (si se puede hablar de ella) está reformada:
Pero, lo que más me ha llamado la atención al acercarme en el autobús (siempre voy hasta la última parada) son las viviendas y capillas escavadas en la roca volcánica (como un anticipo de Capadocia)
Me he detenido a comer algo y a tomar un cafecito (nescafe) en el único bar decente de la zona, el Sille Konak, y de vuelta a Konya. El autobús sale de Sille a :15' y :45'.
El plan de la tarde ya estaba cumplido, así que ahora se trataba de pasear por la ciudad y mirar la zona del bazar. La verdad es que, al igual que en otras ciudades turcas, todas las fachadas parecen centros comerciales y bazares, de tantos carteles anunciando cosas.
Deambulando por el bazar me doy cuenta de que lo gozo. Por supuesto no compro nada, porque, dicho sea de paso, en la mochila no me entraría. Pero disfruto con el relax de meterme por entre callejuelas de ese laberinto. No quiero ni pensar lo que va a ser Estambul.
Por supuesto me he perdido. Pero bienvenido sea, porque he llegado al mercado de abastos, que me pirra mucho más incluso que el bazar. En todos los viajes intento acercarme al mercado de la ciudad. La verdad que en este estoy echando en falta un montón no disponer de una pequeña cocina en condiciones para entretenerme entre fogones. A ver si en estambul encuentro un hostel con cocina comunitaria.
Vaya hígado que he visto; y los sesos de cordero, qué pinta. Cuánta verdura. Qué barata la carne de vacuno. Qué yogour. Como esto último no hay que cocinar, no he podido resistirme. Lo venden, en baldes de por lo menos 20 kilos, al peso. Es como el yogour griego de verdad,... incluso demasiado denso, casi pastoso (he hecho el sacrilegio de rebajarlo con un poco de leche para poder mezclarle la miel). El kilo sale a unos dos euros!! He comprado medio y ya me he enterado que mañana domingo no cierran, así que compraré para llevar a Capadocia.
Ya de vuelta al hotel Ankara, acutalizo el diario y reservo un par de noches en Capadocia. Quiero estar cuatro, pero no quiero arriesgarme a que el albergue no me guste y así poder cambiar sin problema las últimas noches o alargar la estancia.
Como me indicó el chico de la oficina de turismo a las 22:00 hay una ceremonia ritual de los derviches detrás del museo de mevlana, a unos trescientos metros, en un recinto ad hoc. La verdad es que ha sido mera chiripa , porque al parecer lo repiten los sábados.
el aforo no está ni de lejos lleno. Estaremos unas doscientas personas sólo (una cuarta parte). El ritual dura aproximadamente 70', pero no se hace especialmente pesado. Por supuesto no entiendes ni pío. Al de media hora comienzan los monjes a girar y lo repiten hasta en cuatro ocasiones. Harán cientos! de giros. Si ves que te aburres, pues te abres en cualquier momento a partir de ahora. De hecho, muchos turistas así lo hicieron.
Yo creo que si tienes la suerte de que en tu estancia tengas la ceremonia (aunque lo vemos como un espectáculo, a nadie se le ocurrió aplaudir en ningún momento, ni al final), en ese caso, decía, me parece un despropósito no aprovecharlo. Además es gratuito.
Al salir, serían las 23:15, la temperatura acompaña a dar un paseo. Me llama la atención que todo, absolutamente todo, está abierto. Por fin veo a la gente comer en la calle helados y dulces. Pero a mí me espera yogour del mercado en la habitación.
DOMINGO 21 de JULIO
Como el autobús lo tengo a las 15:30, después de desayunar (el desayuno un kk), me acerco al mercado a por algo de fruta (las cerezas y las uvas realmente ricas) y voy andando a las visitas turísticas del día.
La primera es el recinto más importante de la ciudad, el museo (yo más diría mausoleo) de Mevlana. (3TL). Está junto a la mezquita Selimiye Cameii.
Se le distingue fácilmente desde puntos alejados de la ciudad por la cúpula estriada de azulejos color turquesa.
Es un centro de gran respeto para los musulmanes, pero para los occidentales es un pequeño lugar donde descansasn los restos de Mevalana, familiares y discípulos. Poco más. A mí lo que más me ha gustado ha sido el exterior ajardinado. En el interior te aconsejan que las mujeres se pongan pañuelo, pero la gente ha pasado en gran medida de ello (no es una mezquita).
A la salida me he acercado a la mezquita de Selimiye Cameii, más espectacular por fuera que por dentro.
Ayer a la noche la oración se estaba retransmitiendo con pantallas gigantes en la explanada, como si de un partido de futbol se tratase.
De allí me he ido a la plaza Alaaddin, donde se encuentra la mezquita más importante de la ciudad, la Alaeddin Camii. Es realmente grande.
El mimber de madera tallada con cuidado y el obligatorio Mirhab
Me ha llamado la atención que aquí bien dan unos donativos espectaculares bien no se fían del vecino.
Al lado de la plaza se encuentra el museo del azulejo, sitio recomendado por el de la oficina de turismo. Según la guía de hace dos años estaba cerrado, pero ya lo han abierto. La verdad es que igual no se ha enterado ni Dios, porque he estado solo todo el rato que pasado. No tiene gran cosa. (3TL). Se puede acceder a los baños públicos sin entrar en el recinto.
Ya de allí me he vuelto para hacer el check-out (12:00) y actualizar el diario, antes de ir hacia el bus dirección Goreme.
No está tan mal como creía esta gran ciudad. Merece la pena un día si te pilla de paso hacia Capadocia desde Antalya o desde Pamukkale.
Decir que es conservadora, eufemismo de muy devota, es quedarse corto. Ganan por mayoría las mujeres que llevan velo. Por cierto, de mil diseños y colores, algunos realmente bonitos. Pero dentro de esta mayoría, en igual proporción, ganan las mujeres que llevan una especie de gabardina por encima de la ya exagerada ropa, que les cubre todas las extremidades. Me imagino que serán frioleras y no les bastan los 34ºC de temperatura ambiente.
No sólo que la gente no coma por la calle, es que ayer me pasé por uno de los dos restaurantes citados en la lonely y tenían los toldos bajados. Pensé que estaba cerrado, pero a la noche, cuando volví de lo de los Derviches, vi que estaba abierto y que los toldos eran para que la gente de la calle no los viera comer. Incomprensible desde mi punto de vista. Les hice boikot para cenar.
Si se tiene posibilidad, acercarse al bazar y al mercado.
El transporte funciona muy bien. El tranvía va un poco rápido y es muy eficiente. Recordad que hay que sacar tarjeta de no contacto, como en Estambul.
El alojamiento para mochileros es inexistente. Probad en el Ankara Otel, donde me he quedado, igual tenéis suerte.