Las sociedades budistas pueden ser un excelente caldo de cultivo para el patógeno “dictador tirano”, como se demostró con Pol Pot en Camboya.
Se hace difícil entender como un tipo licenciado doblemente en la Sorbonne, puede hacer tanto daño a sus semejantes, pues no se le puede aplicar ni tan siquiera la atenuante de la incultura.
El iluminado en cuestión, en un alarde del noble arte del encaje de bolillos ( aunque también se aprovecho de la impopularidad de la monarquia en aquel momento), vislumbró que era mas fácil doblegar la personalidad cuanto más solo se sintiera un individuo, y se puso manos a la obra: primero vació las ciudades enviando a sus ciudadanos a zonas rurales por toda la nación y decretó el “año cero” de la era moderna camboyana, separando a los miembros de cada familia por todo el pais e instaurando un regimen de terror sin igual, cuyo control y ejecución recaia en su temible “Khmer Rouge”
...llevar gafas, no tener un familiar agricultor que acreditase tu sangre proletaria, ser profesor o médico, eran motivos suficientes para ser exterminado ( el pueblo llegó a inventar más de 50 analgésicos naturales ante la ausencia de fármacos).
Pol Pot acabó con una cuarta parte de la población y dejó al resto al borde de la extenuación y la malnutrición, ante la impasividad de Naciones Unidas...y por si esto fuera poco, dejó en herencia a modo de mortífera dote, a todo un país sembrado de minas antipersona: ¿quién encontraria novio ahora para la preciosa hija, de nombre Camboya, con semejante panorama por delante?

Pues han sido los propios camboyanos,que en un ejercicio de esfuerzo continuo borran a diario su memoria RAM, dejando las desgracias en el fondo de su disco duro.
Camboya es con diferencia, el pais que huye de su pasado a mayor velocidad de todos cuantos he conocido. El pueblo camboyano se ha dado cuenta ,afortunadamente, de que el futuro es hoy, y el pasado se aleja más rápido cuanto antes se normalice el dia a dia.
No es fácil encontrar a un camboyano con el que compartir tertulia acerca de su pasado reciente (comparados con otros pueblos atrancados en la larga tertulia de la noche caribeña)...todos lo tienen claro: la huida es hacia delante y no hay tiempo que perder, dentro claro está, de las limitaciones que impone su precaria situación económica.
Y es en esa huida donde crece el maravilloso caos diario del pais: motos y coches sin matricula (y por supuesto sin seguro) circulan con la única norma del sentido común de cada conductor. El contrario puede ser una bicicleta o motocicleta, un coche, un autobús, un campesino tirando de un buey...y el más fuerte tiene preferencia, pura física.
La capital, Phnom Penh, intenta respirar normalidad para no mirar atrás, y no siempre es fácil hacerlo...pero todos lo intentan. De vez en cuando, un mutilado por las minas antipersona se acerca a pedir limosna, casi más feliz por las heridas que le dan bula para mendigar que triste por las propias mutilaciones, y te enseña el torso agujereado como un gruyere, abriendose la camisa. De noche, los restaurantes frecuentados por los nativos sufren overbooking y no se puede ni aparcar ( sobretodo en viernes y sábado)...hay otras opciones para los turistas, más céntricas y también algo más caras.
La vida lacustre del Tonle Sap es tan pobre como armónica...se vive rodeado de alegria y de cocodrilos, a partes iguales. En sus márgenes, cada casa tiene delante un pequeño parterre a modo de mini-arrozal y está elevada como un palafito. Niños y más niños por todos lados, hacen intuir que hay futuro, si alguien se encarga de darles educación. Se agarran a las más elementales leyes de la gastronomía y la necesidad: se comen todo lo que se mueve, en régimen de I.I. (insectos incluidos)...los bueyes se han ganado el respeto del personal, gracias a su inestimable ayuda en los campos de arroz.
Siem Reap es otra Camboya, la antesala a modo de parque temático del maravilloso Angkor Wat.

El oldtown de noche mezcla discotecas, restaurantes, terrazas y heladerias para turistas recien duchados y con los pies reventados de patear arqueología fina (benditas chanclas)...de dia es cambio de moneda y tránsito de viajeros, los que van y los que vienen...y evidentemente, Siem Reap es tuk-tuk 24 hours non-stop.

Angkor es a priori el atractivo principal del pais para el turismo, el motivo que nos lleva a la mayoria hasta ese rincón del sudeste asiático...y nunca decepciona, por duro que sea el camino o alta la humedad a sufrir...Angkor merece un capítulo aparte.