Comenzamos nuestra visita a Oporto por la plaza de Gómez Teixeira, una plaza presidida por el Chafariz dos Leoes (Fuente de los leones), a la que se abre una de las fachadas de la Facultad de Ciencias de la Universidad de Oporto, un sobrio edificio neoclásico de 1807 que hoy acoge el Museo de Ciencias Naturales.
Al otro lado de la plaza, y frente a una hilera de casas típicas, se alza el conjunto barroco de las iglesias do Carmo y de los Carmelitas, de 1762 y 1628 respectivamente. La iglesia de los Carmelitas posee un lateral con azulejos de principios del XX. La entrada es gratuita.
También de esta plaza parte la comercial Rua de Cedofeita, que va a parar a la gran Avenida de Boavista, donde comienza el Oporto moderno. Muy cerca de la Plaza de Gómez Teixeira, entre edificios de señorial factura decimonónica, se encuentra una de las joyas de Oporto, la Librería Lello e Irmao, un bellísimo edificio neogótico construído en 1906, y que es uno de los vestigios de la edad de oro portuense, además de la inspiración para una de las tiendas de Harry Potter. Por dentro es un derroche de yeserías y maderas doradas con una cristalera modernista en el techo. No se permite hacer fotos, pero siempre se puede tomar alguna desde fuera.
Ya desde aquí se puede ver la mole blanca de la Igreja dos Clerigos, obra maestra del barroco rococó portugués, construida por Nicolau Nasoni entre 1732 y 1773. Está enterrado aquí junto a San Inocencio. Su campanario, de 76 metros de altura, es uno de los símbolos de Oporto. Se puede subir por 2 euros para contemplar unas bonitas vistas del centro urbano.
Desde las escaleras de esta iglesia, se tiene una buena vista de la Praça da Liberdade, presidida por una estatua ecuestre de Don Pedro IV. En esta plaza desemboca la elegante Avenida dos Aliados, flanqueada por elegantes edificios del XIX, y que cierra el sobrio edificio Paço do Concelho, una gran mole blanca de 1920 con una elegante torre central.
En esta gran calle encontramos uno de los cafés históricos de Oporto, el Café Imperial. Lamentablemente hoy es un McDonald’s, compañía que adquirió el local con la condición de que no se tocara nada de la decoración art-decó, así que no dudéis en pasaros a ver las vidrieras donde se relata el viaje del café desde el cafetal a la taza.
Detrás del Palacio se alza la plaza y la iglesia barroca de la Trinidade. Junto al Paço do Concelho empieza la Rua Formosa, que forma parte del ensanche burgués de la ciudad. En sus calles aun pueden verse tiendas con las fachadas de principios del XX. También en esta calle encontramos el tradicional mercado de Bolhao, el mercado central de Oporto, un gran edificio del XIX en un lamentable estado de conservación que desde luego no invita a comprar nada, aunque hay que reconocer que se trata de uno de los lugares donde los portuenses hacen su vida social.
Muy cerca del mercado, la Rua Formosa se cruza con la Rua de Santa Catarina, la calle comercial por excelencia de la ciudad.
Es una larga calle peatonal plagada de tiendas en edificios modernistas y racionalistas, donde encontramos el centro comercial Via Catarina, además del emblemático Café Majestic, una cafetería de principios del XX donde se reunía la élite de la ciudad para largas tertulias. Hoy conserva toda la decoración modernista de madera, estuco y cristal, pero los precios son francamente abusivos…
En la calle también encontramos la pequeña Capela das Almas forrada de azulejos. La Rua Santa Catarina continúa hacia el sur hasta la Praça de Batalha, donde encotramos el edificio de Correos y la Igreja do Terço, de bonita fachada rococó. Desde esta plaza se puede tomar la Rua 31 de Janeiro hasta la Plaza de Almeida Garret.
Al otro lado de la plaza, y frente a una hilera de casas típicas, se alza el conjunto barroco de las iglesias do Carmo y de los Carmelitas, de 1762 y 1628 respectivamente. La iglesia de los Carmelitas posee un lateral con azulejos de principios del XX. La entrada es gratuita.
También de esta plaza parte la comercial Rua de Cedofeita, que va a parar a la gran Avenida de Boavista, donde comienza el Oporto moderno. Muy cerca de la Plaza de Gómez Teixeira, entre edificios de señorial factura decimonónica, se encuentra una de las joyas de Oporto, la Librería Lello e Irmao, un bellísimo edificio neogótico construído en 1906, y que es uno de los vestigios de la edad de oro portuense, además de la inspiración para una de las tiendas de Harry Potter. Por dentro es un derroche de yeserías y maderas doradas con una cristalera modernista en el techo. No se permite hacer fotos, pero siempre se puede tomar alguna desde fuera.
Ya desde aquí se puede ver la mole blanca de la Igreja dos Clerigos, obra maestra del barroco rococó portugués, construida por Nicolau Nasoni entre 1732 y 1773. Está enterrado aquí junto a San Inocencio. Su campanario, de 76 metros de altura, es uno de los símbolos de Oporto. Se puede subir por 2 euros para contemplar unas bonitas vistas del centro urbano.
Desde las escaleras de esta iglesia, se tiene una buena vista de la Praça da Liberdade, presidida por una estatua ecuestre de Don Pedro IV. En esta plaza desemboca la elegante Avenida dos Aliados, flanqueada por elegantes edificios del XIX, y que cierra el sobrio edificio Paço do Concelho, una gran mole blanca de 1920 con una elegante torre central.
En esta gran calle encontramos uno de los cafés históricos de Oporto, el Café Imperial. Lamentablemente hoy es un McDonald’s, compañía que adquirió el local con la condición de que no se tocara nada de la decoración art-decó, así que no dudéis en pasaros a ver las vidrieras donde se relata el viaje del café desde el cafetal a la taza.
Detrás del Palacio se alza la plaza y la iglesia barroca de la Trinidade. Junto al Paço do Concelho empieza la Rua Formosa, que forma parte del ensanche burgués de la ciudad. En sus calles aun pueden verse tiendas con las fachadas de principios del XX. También en esta calle encontramos el tradicional mercado de Bolhao, el mercado central de Oporto, un gran edificio del XIX en un lamentable estado de conservación que desde luego no invita a comprar nada, aunque hay que reconocer que se trata de uno de los lugares donde los portuenses hacen su vida social.
Muy cerca del mercado, la Rua Formosa se cruza con la Rua de Santa Catarina, la calle comercial por excelencia de la ciudad.
Es una larga calle peatonal plagada de tiendas en edificios modernistas y racionalistas, donde encontramos el centro comercial Via Catarina, además del emblemático Café Majestic, una cafetería de principios del XX donde se reunía la élite de la ciudad para largas tertulias. Hoy conserva toda la decoración modernista de madera, estuco y cristal, pero los precios son francamente abusivos…
En la calle también encontramos la pequeña Capela das Almas forrada de azulejos. La Rua Santa Catarina continúa hacia el sur hasta la Praça de Batalha, donde encotramos el edificio de Correos y la Igreja do Terço, de bonita fachada rococó. Desde esta plaza se puede tomar la Rua 31 de Janeiro hasta la Plaza de Almeida Garret.