El domingo, nos levantamos tempranito, el plan del día empezaba por visitar la población costera de Marsaxlokk y su famoso mercado de pescado. El plan de viaje que nos había indicado el día anterior el google maps, pasaba por ir de Sliema a Bombi, una especie de cruce de carreteras por donde pasan todas (o casi) las lineas con origen/destino Valleta, y allí realizar el cambio de linea que nos llevaría hasta Marsaxlokk. Como ya he comentado, hay muchísimas paradas de autobús y lógicamente muy cerquita del hotel teníamos la que se llamaba Chalet, desde allí cogemos linea hasta Valleta y nos bajamos en Bombi. Tras cruzar la carretera y ponernos en la marquesina que nos corresponde, echamos un vistazo a los horarios para ver a que hora pasaba el nuestro, el careto que se nos quedo debió de ser de foto, la linea que esperábamos no circulaba los domingo...nos cagamos en google maps (aunque la culpa fue mía, ya que al calcular la ruta no especifique que el viaje seria en domingo, claro que tampoco esperaba algo así), y barajamos las alternativas que tenemos desde allí para llegar hasta el destino: ninguna. Las lineas, que según el mapa, llegan hasta Marsaxlokk no circulan los domingos. Con el chasco en el cuerpo y viendo que el tiempo va pasando, decidimos ir hasta Valleta y visitar la ciudad. Volvemos a cruzar la carretera y cogemos el primero que lleva a la capital. Al llegar a la famosa fuente del tritón, y después de echar unas fotos en y con ella, cuando nos disponemos a entrar en la ciudad nos damos cuenta que mucha gente, en vez de entrar por esa puerta principal va hacia la derecha, por curiosidad, decidimos seguir a la gente a ver que es lo que hay en esa dirección, y sorpresa, ahí mismo esta la estación central de autobuses. En la rotonda de la fuente del Tritón es donde se descarga a los pasajeros, y en estos andenes es donde se monta hacia cualquier destino.
Echamos un ojo a los horarios y las lineas, y vemos que los domingos hay una que llega hasta Marsaxlokk que no sale reflejada en nuestro mapa, y si, es en ese anden donde hay un gentío considerable esperando a que llegue el bus. Decidimos unirnos a la masa, ya que era el único domingo que estaríamos en las islas, y retomar nuestros planes iniciales. Llega el autobús y la que se monta allí, pufffa, empujones, codazos, autobús lleno y mas gente de la que había entrado fuera, entre ellos nosotros. Llegaría otro bus en menos de media hora, pero iba llegando mas gente y no nos apetecía pasar otra vez por lo mismo, por lo que nuevo giro al plan, y decidimos subirnos a uno bastante menos congestionado, que va a salir en ese momento dirección Birzebugga, para allí hacer transbordo y coger el 119 que recorre la costa sur para llegar a Marsaxlokk.
Bajamos en una parada ya en Birzebugga que se cruzaba con la 119, y junto con algún grupo mas que tuvo la misma idea, comprobamos en los horarios que teníamos casi 45 minutos hasta que llegara nuestro autobús. En vez de esperar allí, y una vez que el autobús nos había dejado junto a la costa, decidimos caminar junto al mar para llegar hasta la Pretty bay, y buscar otra parada en esa zona. Allí vimos bonitos luzzus en en puerto, y una playa de arena llena de gente. Tras un paseito y algunas fotitos, subimos adentrándonos en el pueblo hacia la parada de autobús que quedaba frente, como no, a una iglesia con esa arquitectura tan típica de esta isla.
Finalmente llego el autobús y llegamos a Marsaxlokk. Recorriendo el paseo junto al mar, infinidad de puestos de todo tipo, juguetes, ropa, sombreros, souvenirs...un mercadillo de toda la vida, donde después de probarse todos los modelos, dos veces, en dos puestos diferentes, finalmente mi novia se decidió por comprarse un sombrero, que fue fundamental durante la estancia ya que lorenzo cascó de lo lindo durante toda la semana. Hacia el extremo mas cercano al centro del casco urbano en donde esta el mercado de pescado, con mucho variedad y con los vendedores ofreciendo el genero y negociando el precio.
A la hora de comer, había gran variedad de restaurantes, ofreciendo todos, lógicamente pescado fresco. No recuerdo el nombre del que elegimos, pero nos comimos unas rodajas de atún a la plancha con ensalada y patatas fuera de serie. Después de comer otro paseito, hacia el centro del pueblo, saliendo de la costa, y a parte de la plaza junto al paseo, no encontramos nada mas mencionable.
Seguimos con nuestro plan, y cogimos el autobús hacia St. Thomas bay. Una zona de playa que estaba llena de coches y de gente. Las pequeñas zonas de arena estaban increíblemente saturadas, nosotros dimos un paseito por la costa, dejando la bahía a la izquierda y en una zona un poco mas apartada, de piedras, eso si, aprovechamos para danos nuestro primer baño en malta, un lujo con el día caluroso que teníamos.
Después de un poco de relax, seguimos con nuestro trote y cruzamos toda la bahía hacia Marsascala. Según Google quedaba por allí la torre de St Thomas tower, y queríamos ver que tipo de torre era. El pueblo no nos pareció tener gran interés, pero la torre...menos. Entre otras cosas por que ya estaba cerrada cuando llegamos pero, pese a que frente a ella si que hay una plaza, el entorno se veía bastante descuidado, con mucha maleza en los fosos, y como abandonado. Continuamos por el paseo junto al mar dirección norte, y por allí se veían lo que parecían saleros, como parcelas cuadriculadas en la roca, curioso. La vista de Paris church desde este lado del mar también nos llamo la atención. Finalmente llegamos hasta un parquecillo donde nos tomamos algo y decidimos volver hacia el hotel, este día acabaría como la mayoría de los que hemos pasado en Malta, bus hacia Valleta y Luego Sliema, ducha en el hotel, cenar en algún restaurante junto al mar cerquita del alojamiento (il torri, el compas, el sports...) paseito y prontito al sobre!

Echamos un ojo a los horarios y las lineas, y vemos que los domingos hay una que llega hasta Marsaxlokk que no sale reflejada en nuestro mapa, y si, es en ese anden donde hay un gentío considerable esperando a que llegue el bus. Decidimos unirnos a la masa, ya que era el único domingo que estaríamos en las islas, y retomar nuestros planes iniciales. Llega el autobús y la que se monta allí, pufffa, empujones, codazos, autobús lleno y mas gente de la que había entrado fuera, entre ellos nosotros. Llegaría otro bus en menos de media hora, pero iba llegando mas gente y no nos apetecía pasar otra vez por lo mismo, por lo que nuevo giro al plan, y decidimos subirnos a uno bastante menos congestionado, que va a salir en ese momento dirección Birzebugga, para allí hacer transbordo y coger el 119 que recorre la costa sur para llegar a Marsaxlokk.
Bajamos en una parada ya en Birzebugga que se cruzaba con la 119, y junto con algún grupo mas que tuvo la misma idea, comprobamos en los horarios que teníamos casi 45 minutos hasta que llegara nuestro autobús. En vez de esperar allí, y una vez que el autobús nos había dejado junto a la costa, decidimos caminar junto al mar para llegar hasta la Pretty bay, y buscar otra parada en esa zona. Allí vimos bonitos luzzus en en puerto, y una playa de arena llena de gente. Tras un paseito y algunas fotitos, subimos adentrándonos en el pueblo hacia la parada de autobús que quedaba frente, como no, a una iglesia con esa arquitectura tan típica de esta isla.

Finalmente llego el autobús y llegamos a Marsaxlokk. Recorriendo el paseo junto al mar, infinidad de puestos de todo tipo, juguetes, ropa, sombreros, souvenirs...un mercadillo de toda la vida, donde después de probarse todos los modelos, dos veces, en dos puestos diferentes, finalmente mi novia se decidió por comprarse un sombrero, que fue fundamental durante la estancia ya que lorenzo cascó de lo lindo durante toda la semana. Hacia el extremo mas cercano al centro del casco urbano en donde esta el mercado de pescado, con mucho variedad y con los vendedores ofreciendo el genero y negociando el precio.

A la hora de comer, había gran variedad de restaurantes, ofreciendo todos, lógicamente pescado fresco. No recuerdo el nombre del que elegimos, pero nos comimos unas rodajas de atún a la plancha con ensalada y patatas fuera de serie. Después de comer otro paseito, hacia el centro del pueblo, saliendo de la costa, y a parte de la plaza junto al paseo, no encontramos nada mas mencionable.

Seguimos con nuestro plan, y cogimos el autobús hacia St. Thomas bay. Una zona de playa que estaba llena de coches y de gente. Las pequeñas zonas de arena estaban increíblemente saturadas, nosotros dimos un paseito por la costa, dejando la bahía a la izquierda y en una zona un poco mas apartada, de piedras, eso si, aprovechamos para danos nuestro primer baño en malta, un lujo con el día caluroso que teníamos.

Después de un poco de relax, seguimos con nuestro trote y cruzamos toda la bahía hacia Marsascala. Según Google quedaba por allí la torre de St Thomas tower, y queríamos ver que tipo de torre era. El pueblo no nos pareció tener gran interés, pero la torre...menos. Entre otras cosas por que ya estaba cerrada cuando llegamos pero, pese a que frente a ella si que hay una plaza, el entorno se veía bastante descuidado, con mucha maleza en los fosos, y como abandonado. Continuamos por el paseo junto al mar dirección norte, y por allí se veían lo que parecían saleros, como parcelas cuadriculadas en la roca, curioso. La vista de Paris church desde este lado del mar también nos llamo la atención. Finalmente llegamos hasta un parquecillo donde nos tomamos algo y decidimos volver hacia el hotel, este día acabaría como la mayoría de los que hemos pasado en Malta, bus hacia Valleta y Luego Sliema, ducha en el hotel, cenar en algún restaurante junto al mar cerquita del alojamiento (il torri, el compas, el sports...) paseito y prontito al sobre!
