Amanece un nuevo y soleado día que dedicamos a visitar el famoso pueblo de La Roque Gageac. Famoso por sus paseos en gabarra y canoas por el río, pueblo muy original pegado a la roca de la montaña, recorrimos sus 2 únicas calles haciendo varias fotos y había una feria de productos artesanos al lado del embarcadero.

Siguiente destino, Domme. Pequeño y bonito con una calle en subida llena de tiendas, luego dimos un paseo bordeando el pueblo con unas grandes vistas, comimos degustando los sabrosos melones franceses y seguimos.
Llegamos a Castelnaud, hay que dejar el coche a la entrada del pueblo, hay parkings de pago. El pueblo en sí no tiene mucho, pero el castillo para nosotros mereció la pena pagar su entrada (8€) y visitarlo, además agradecimos lo fresquito que se estaba dentro, porque fuera fue uno de los días de más calor. Está muy bien decorado, tiene muchas salas, hacen actuaciones y explican el funcionamiento de las catapultas, además hay una zona donde comprar bebidas frescas y desde arriba del castillo hay muy buenas vistas de la zona.

Todavía tuvimos tiempo de acercarnos a otro pueblo, Beynac. Aparcamos en la parte de arriba, y solo recorrimos la zona del castillo, que no entramos a visitar. Tomamos unos refrescos y volvimos hacia nuestro hotel.

La tarde-noche de nuevo en Sarlat, no te cansas de disfrutar de sus calles y su ambiente, hay muchos sitios donde cenar y tomar algo.




Siguiente destino, Domme. Pequeño y bonito con una calle en subida llena de tiendas, luego dimos un paseo bordeando el pueblo con unas grandes vistas, comimos degustando los sabrosos melones franceses y seguimos.




Llegamos a Castelnaud, hay que dejar el coche a la entrada del pueblo, hay parkings de pago. El pueblo en sí no tiene mucho, pero el castillo para nosotros mereció la pena pagar su entrada (8€) y visitarlo, además agradecimos lo fresquito que se estaba dentro, porque fuera fue uno de los días de más calor. Está muy bien decorado, tiene muchas salas, hacen actuaciones y explican el funcionamiento de las catapultas, además hay una zona donde comprar bebidas frescas y desde arriba del castillo hay muy buenas vistas de la zona.






Todavía tuvimos tiempo de acercarnos a otro pueblo, Beynac. Aparcamos en la parte de arriba, y solo recorrimos la zona del castillo, que no entramos a visitar. Tomamos unos refrescos y volvimos hacia nuestro hotel.


La tarde-noche de nuevo en Sarlat, no te cansas de disfrutar de sus calles y su ambiente, hay muchos sitios donde cenar y tomar algo.




