Tras levantarnos con la resaca y el buen sabor de Mont Saint Michael, volvemos a realizar nuestro tetris de maletas, ya con maestría y nos preparamos para empezar nuestro último día en Bretaña. Podríamos haber elegido muchos sitios de Bretaña, pero como teníamos que coger el avión al día siguiente en Nantes, decidimos dirigirnos hacía la zona de Vannes (sobretodo porque alguien de nuestro grupo estaba empeñada en ver Carnac…) En el foro, habíamos leído que las paradas aconsejadas en nuestra ruta eran Josselyn, Malestroit y Rochefort en Terre. Por desgracia, Josselyn tuvimos que dejarla fuera por falta de tiempo y escogimos las otras dos.
Sobre Rochefort en terre no había dudas, y en el caso de Malestroit fue más bien porque estaba a cinco minutos de nuestro hotel.
Sobre Rochefort en terre no había dudas, y en el caso de Malestroit fue más bien porque estaba a cinco minutos de nuestro hotel.
MALESTROIT.
Es un pueblo pequeñito. Si lo comparas con Rochefort que es una verdadera delicia sale perdiendo un poco, pero si tenéis tiempo, es una buena idea que paréis porque se ve enseguida. Tiene un canal que lo cruza por el que podéis dar una agradable paseo.
*** Imagen borrada de Tinypic ***
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Aparcamos cerca del centro sin problemas y aprovechamos para comprar algunas provisiones para la tarde y el viaje de mañana. La plaza es preciosa, como todos los pueblos de la zona lleva de flores y con las casas típicas. Hoy queremos un día relajado así que aprovechamos para parar y tomarnos un café por un euro. Precios económicos que se agradecen, y más estando sentado en esa enclave.
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Hasta los más pequeños pueblos tienen rincones con encanto.
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A escasos 10 minutos de Malestroit y parecido de Rochefort en Terre se encontraba nuestro hotel, a menos de un kilometro de la localidad de Bohal. El nombre es Moulin de la Beraudaie, reservamos en su propia pagina web y el precio por una noche por habitación con desayuno fue de unos 60 euros. Un acierto tanto por la amabilidad de los propietarios, como por el hotel, el desayuno y la excelente decoración de las habitaciones. No es difícil de encontrar porque como os digo está al lado de Bohal y el acceso es por buenas carreteras. El único problema que tuvimos es que cuando llegamos lo pasamos de largo porque no podíamos creer que fuera el hotel, demasiado bonito por el precio que tiene y todo un descubrimiento
*** Imagen borrada de Tinypic ***
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ROCHEFORT EN TERRE
Después de dejar las maletas y con los consejos de nuestro anfitrión sobre que ver y que hacer en Rochefort en Terre nos encaminamos a esta localidad que como ya os he dicho estaba a pocos minutos. Si estáis por la zona no os la podéis perder, para mi gusto con Dinan fue uno de las maravillas inesperadas del viaje.
Rochefort es pequeño, en realidad no mucho más que un pueblito, pero eso no quita para nada el encanto de sus calles con casas de piedra, llenas de flores o de la multitud de tiendas de artesanos que vais a encontrar. También de dulces, os hartareis del olor a mantequilla
Aparcar es sencillo porque tiene zonas preparadas y gratuitas y se ve en unas cuantas horas. De verdad una maravilla muy recomendable y si no, juzgad vosotros mismos.
Rochefort es pequeño, en realidad no mucho más que un pueblito, pero eso no quita para nada el encanto de sus calles con casas de piedra, llenas de flores o de la multitud de tiendas de artesanos que vais a encontrar. También de dulces, os hartareis del olor a mantequilla
Aparcar es sencillo porque tiene zonas preparadas y gratuitas y se ve en unas cuantas horas. De verdad una maravilla muy recomendable y si no, juzgad vosotros mismos.
*** Imagen borrada de Tinypic ***
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Comimos en un restaurante que nos había recomendado el dueño del hotel y que estaba en la plaza principal, no es caro unos quince euros por persona y se come bastante bien, aunque tenéis opciones porque a pesar de ser pequeño es un pueblo turístico.
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Después de comer nos dimos una vuelta por las tiendecitas y luego nos fuimos a ver el castillo que también merece la pena y es gratuito. Cuando salimos de Rochefort, totalmente encantados eran las cuatro y nos pusimos en marcha hacia nuestra última parada.