Nos despertamos hacia las 07:45 horas porque a las 8:30h. teníamos que recoger el coche de alquiler. Aunque nos roneamos bastante preparando maletas y desayunando en la habitación y finalmente salimos de allí a las 8:30 horas, la misma hora de recogida del coche.
Cogimos un taxi y nos dirigimos a Deira a las oficinas centrales de Avis. Llegar fue una odisea ya que el taxista no encontraba el sitio y tuvo que llamar varias veces a Avis para que le indicaran, pero seguía perdiéndose. No paró el taxímetro en ningún momento, pero como allí los taxis no son caros nos resignamos. Tardamos casi una hora en llegar, más otra en que nos dieran el coche. Previamente nos habíamos sacado desde aquí el carnet internacional de conducir que es obligatorio para conducir por los Emiratos y cuesta 10 euros.
Nos dieron un Toyota Corolla automático con el GPS que habíamos pedido. Es imposible conducir sin GPS por allí según nuestro punto de vista y aún así nos perdimos muchas veces.
Teníamos que volver al hotel para recoger las maletas y hacer el check-out y en el camino vivimos bastante tensión, yo por lo menos de copiloto pasé un poquito de miedo, al vernos por Sheikh Zayed con sus 7 carriles y los coches cruzándose de repente. Aunque mi marido en seguida se hizo al coche y puedo decir que durante los 4 días que lo tuvimos todo genial. Sólo por el centro de las ciudades el tráfico es más caótico pero en general la conducción es más tranquila de lo que esperábamos, ya que yo iba con mucho miedo al respecto.
Una vez llegamos al hotel hicimos el check-out y rumbo a Abu Dhabi. Tardamos una hora y poco en llegar a la isla de Yas. ¡Que ganas teníamos que ver nuestro nuevo hotel!
Aparcamos en el parking gratuito del hotel y cuando hacíamos el check-in la verdad es que en parte me sentí un poco fuera de lugar al ver tanto lujo y nosotros con nuestras pintas playeras, pero lo cierto es que el personal trata a todo el mundo genial y por igual y son súper amables.
Cuando entramos en la habitación flipamos, era enorme y preciosa con un mobiliario muy moderno, no podía creer que hubiera costado 96 euros la noche para el hotel que es. Estábamos encantadísimos



Tras flipar un ratito más emprendimos camino hacia el centro de Abu Dhabi, sin rumbo claro. Al llegar decidimos probar suerte e ir al Emirates Palace pero al vernos con mi vestido playero y a mi marido en pantalones cortos nos dijeron que incumplíamos el “Dress code”, era de esperar

Tras esta pequeña decepción paramos en un parque que hay junto a las Etihad Towers para hacerles unas fotillos, pero el calor era abrasador y encima tampoco fuimos capaces de encontrar una buena perspectiva para hacer unas fotos chulas, entre tanta grúa, era difícil.

De obras en Abu Dhabi
Con un poquito más de decepción en el cuerpo pensamos en ir al Heritage Village, que es un lugar que intenta reflejar como se vivía antiguamente en la zona. Hay un área con tiendas de souvenirs, una recreación de un poblado beduino, con camellos, un pequeño museo y lo mejor de todo, una playa preciosa con unas vistas impresionantes.

El sitio no nos gustó mucho, no estaba muy cuidado y para mi resulta una visita totalmente prescindible, que se salva por la preciosa playa (en la que por cierto está prohibido el baño). Por lo que leí antes de viajar las mejores playas de Dubai se encuentran en la isla de Lulu.
Estábamos asados de calor, tanto que casi no teníamos ganas de ver nada, así que decidimos ir a comer al centro comercial Marina Mall. Acabamos comiendo en un Sbarro una pizza. Después de comer marchamos de nuevo de camino a Yas Island con la intención de pasar un ratillo en Yas Beach.
Llegamos a Yas Beach antes del atardecer y quedaba poquito rato para que cerraran, por suerte tuvimos el tiempo justo para poder ver desde allí un precioso atardecer y darnos un bañito que después de un día de tanto calor nos supo a gloria.
Los huéspedes del hotel Yas Viceroy tienen acceso gratuito a Yas Beach y te dan también una toalla, si no hay que pagar 100 dirhams. Me pareció una playa preciosa muy bien acondicionada, con duchas, un bar y camas balinesas. La playa en si está muy limpia y es muy bonita. Dentro del mar hay una plataforma a la que se puede llegar nadando y donde también te puedes tumbar a tomar el sol. Me pareció un lugar totalmente idílico 8)
Cuando llevábamos un ratillo finalmente nos invitaron a irnos por ser la hora del cierre y nos fuimos hacia el hotel para disfrutar de sus impresionantes piscinas.
El hotel Yas Viceroy cuenta con dos piscinas exteriores una más familiar y otra más para descansar. Decidimos ir a la Family Pool y flipamos con lo bonita que es. Al ser de noche con las luces era todo un espectáculo y el trato del personal también una pasada. Te dejan la toalla y te puedes tumbar en unas tumbonas preciosas y muy cómodas.
Nos hubiéramos quedado allí horas y horas porque el agua estaba sin climatizar, por lo tanto calentita. Al final nos tuvimos que ir porque cerraban.
Así que para la habitación a ponernos guapos ya que teníamos la intención de ir esa noche a la mezquita Sheikh Zayed para poder verla de noche.
Finalmente lo de la mezquita se quedó sólo en la intención porque una vez en carretera intentamos buscarla en el GPS y no aparecía. Intentamos localizarla por instinto (ya que la habíamos visto desde la carretera en uno de nuestros trayectos) y no fue posible Estuvimos tranquilamente una hora dando vueltas como tontos empecinados en encontrarla, pero cuando vimos que la hora se nos estaba echando encima, ya que cierran a las 22 horas, y que íbamos a poder estar muy poquito rato decidimos plantearnos un plan B.
Mi marido propuso volver a intentar entrar en el Emirates Palace, y aunque daba un poco de perecilla volver al centro de Abu Dhabi era una pena dejar de verlo. Así que para allí fuimos, esta vez con nuestra indumentaria cuqui, jeje.
Al pasar la barrera de entrada con el coche ni nos preguntaron a donde íbamos, genial!!!
Aparcamos en el parking del hotel y nos pusimos a recorrerlo como Pedro por su casa.
Cuanto lujo, madre mía cuanta ostentación. Vimos el famoso cajero de oro!!
Había bastante gente por el hotel y nos llamó la atención que la gente no iba muy arreglada, no se si serian clientes o visitantes como nosotros.
Estuvimos mucho rato dando vueltas para arriba y para abajo hasta que nos cansamos y nos fuimos a la zona de las fuentes de la entrada a hacer unas fotos increíbles con las Etihad Towers detrás, antes fuimos al coche a por nuestro trípode, vaya par de frikis, suerte que no lo desplegamos entero y actuamos con disimulo, jaja.


Después de esto había que cenar y estábamos tan hechos polvo que a mi me daba totalmente igual no cenar con tal de no pararme, pero mi rizos no perdona una, así que nos dirigimos de nuevo al Marina Mall y decidimos seguir con nuestra tónica de comprar comida en el Carrefour y ya cenar en el hotel tumbaditos en nuestro sofá.
Llegamos al hotel, engullimos lo que habíamos comprado y a dormir que al día siguiente tocaba Ferrari World!!!!!