Día 4: Rías Altas (Norte) El paraíso de los acantilados ✏️ Diarios de Viajes de España

Eran las 6h de la mañana y teníamos que levantarnos para poder ver la famosa Praia das Catedrais en plena salida del sol. A pesar de que el madrugón costó bastante, el motivo valía mucho la pena. Así pues, recogimos las pocas cosas que nos había dado tiempo a desmontar en aquella breve noche y bajamos con las maletas hacia el coche.
Algo que nos sorprendió claramente fue el hecho de que sobre las 6:30h de la mañana las calles de A Coruña más céntricas están vacías, solo hay coches policía y taxis. A diferencia de grandes ciudades como Barcelona y Madrid, A Coruña sí que descansa por las noches.
Para aquel día, teníamos preparado descubrir el norte de las fantásticas y salvajes Rías Altas aunque no sin antes adentrarnos en dos lugares de la Mariña Lucense, un lugar menos conocido que el anterior pero con verdaderas joyas naturales.

Playa en realidad llamada de las Aguas Santas. Es una playa conocida por las formaciones rocosas que se crean al bajar la marea. Estos arcos tienen más de 30 metros de altura y se encuentran sobre un arenal de arena. Las formaciones se forman por los efectos del agua salada y el viento.

Praia das Catedrais realmente impresiona. Un lugar así, solo parece salido de los sueños más mágico y especiales que uno pueda tener. El paraíso que se forma en esta playa en la bajamar es increíble. Los acantilados quedan al descubierto y el azul del mar junto con el dorado de las rocas y arena se entremezclan de manera perfecta.

Si a todo aquello, le sumamos la fantástica salido del sol, tenemos uno de los paisajes más bonitos de toda Galicia. Aunque no contentos con aquellas primeras vistas, decidimos avanzar más por el litoral de la playa. Aquello no resultó tan fácil puesto que a unos 200 metros, ya empezamos a ver que la marea estaba subiendo y que quizás ya no podríamos obtener más imágenes de aquel lugar.

Así que no nos lo pensamos dos veces, nos quitamos el calzado y nos subimos los pantalones para avanzar un poco más en aquel lugar. Y no sabríamos como explicarlo pero la sensación de entrar al agua del norte, en el mes de octubre es una experiencia que como mínimo es increíble. A pesar de que las temperaturas rondaran los 9 Cº, no sentíamos apenas frío al estar en pleno éxtasis.
Con las imágenes en las cámaras, decidimos empezar a volver. Estábamos mojados hasta más arriba de las rodillas y en ese momento empezamos a notar algo más de frío así que decidimos iniciar nuestra vuelta al coche.

Y de camino de vuelta al coche solo teníamos un único pensamiento, que grande es la naturaleza cuando de una simple montaña o zona rocosa consigue crear paisajes de ensueño año tras año con las fuerza del océano y transformar el lugar en música celestial…
Cerca del coche, decidimos emprender una nueva aventura que no estaba en nuestros itinerarios. Seguimos más allá del coche y bordeamos la Praia das Catedrais pero esta vez desde arriba.
Ya eran más de la 9h de la mañana y justo en aquel momento el sol empezó a aparecer de forma tímida. La salida del sol en aquel momento era ya indescriptible y el paisaje parecía sacado de Irlanda. Con todo aquello, teníamos la excusa perfecta para disfrutar un rato más de aquel idílico lugar.

Conocido también como el eucalipto de Chavín, es un paraje natural de algo más de 3 hectáreas situado cerca del municipio de Viveiro. En el año 2000 fue declarado espacio natural protegido con el título de Monumento Natural. Éste, es un bosque de eucaliptos plantados entre los años 1880 y 1912. El árbol más significativo de este lugar es el eucalipto conocido como O Avó de Chavín,es uno de los ejemplares más antiguo del bosque del año 1880 y tiene más de 10 metros de grosor en su perímetro. Como datos curiosos, señalar que precisamente este árbol, O Avó, es el árbol más alto de toda España con 67 metros de altura aunque se dice que dentro de este mismo paraje hay árboles más altos.

Cuando llegamos al Souto da Retorta, nunca nos hubiéramos imaginado que detrás de una especie de almacenes habría un lugar tan bello y digno de visitar. Justo antes de iniciar el paseo por este paraje, hay un cartel donde se puede ver el recorrido que hay que hacer hasta llegar al gran atractivo turístico de este lugar, O Avó.
Con la ruta clara, empezamos el recorrido hacia el interior de aquel lugar que a poco metros de comenzar ya nos sorprendió. En su forma más sencilla es un estrecho camino rodeado de eucaliptos sobretodo al margen izquierdo y con un precioso río.

A medida que se va avanzando en el camino, los eucaliptos que vamos encontrando son más ancianos y por lo tanto de mayor tamaño y anchura en su tronco. Sorprende bastante pensar que es un bosque artificial y no natural como sabéis plantado a partir del año 1880. A pesar de ello, actualmente se podría apreciar como un parque natural y un lugar que existe desde antaño.

Hay un momento que llegamos a una bifurcación del camino. A pesar de ello, los dos llevan a O Avó aunque el de la izquierda de manera más rápida.
Cuando estás al lado de O Avó, eres consciente de que no es un árbol cualquiera. Algo que choca de primeras como eucalipto, es el ancho tronco que posee. La altura es impresionante y más sabiendo que es el árbol más alto de España.

Siguiendo el río Leandro, pudimos conocer otros ejemplares ancianos del Souto da Retorta. A nuestro parecer, es probable que alguno de ellos superara la altura de 67 metros de O Avó aunque sí que es cierto que el lugar es menos accesible y más frondoso.

Después de aquel precioso paisaje cálido y repleto de vegetación, llegamos al coche para seguir con nuestro ruta planificada. Después de conocer aquellos dos fantásticos lugares dentro de lo que se conoce como Mariña Lucense entramos ya de pleno a lo que se consideran las Rías Altas entrando por el norte. En aquel trayecto, empezamos a disfrutar de las rías gallegas. No paraban de sorprendernos y con cámara en mano intentamos retratarlas. (Si deseáis ver estas rías, las podréis descubrir en el vídeo)
En poco más de media hora, llegamos a nuestro siguiente destino y como no podía ser de otra manera, entramos a las Rías Altas por su punto más septentrional, la Estaca de Bares.

La Estaca de Bares marca la separación entre el mar Cantábrico y el océano Atlántico. Desde este punto a la frontera con Portugal se extiende la costa más recortada de todo el litoral español solo comparable a las famosas costas de Gran Bretaña. En este lugar se cuenta el paso de más de 280.000 aves anuales y está declarado Sitio de Interés Nacional. En ella también encontramos un faro y una instalación militar abandonada. Como curiosidades, sabemos que es la punta más septentrional (Norte) de toda España y la península Ibérica.

Dirección:
O Porto de Bares.

Lo primero que vemos al llegar a la Estaca de Bares es su instalación militar abandonada. Si la bordeamos, llegamos al cabo en un breve pero interesante paseo. El lugar es bastante plano en general a pesar de que a derecha e izquierda solo se vean zonas rocosas.

Estando en un lugar como este, uno solo desea ver las costas británicas e irlandeses que es lo que tiene más cerca a nivel terrestres en dirección recta. Estaca de Bares, es algo menos conocido dentro de los cabos gallegos y españoles aunque precisamente es eso lo que le hace más especial. Salvaje, ventoso, imponente y natural son los adjetivos más adecuados para un lugar que ofrece la sensación de final terrestre.

Seguimos el viaje, y en menos de medio hora, llegamos a Cabo Ortegal. Al contrario que Estaca de Bares, el Cabo Ortegal es mucho más conocido y famoso. El camino que hay hasta llegar a él, sobretodo en sus últimos kilómetros sorprende por su belleza. Eucaliptos y algunos pinos en las cimas de montañas que mediante escarpados y rocosos acantilados consiguen llegar al mar creando verdaderos bellezas. (Si deseáis apreciar estos paisajes, podéis descubrirlos en el vídeo)

Después de la Estaca de Bares este es el segundo cabo más septentrional de España aunque con diferencia es el más atractivo y emblemático. En este lugar existen tres peñáscos donde los percebeiros cada año arriesgan su vida para conseguir el valioso percebe. Este lugar además es de gran interés geológico nacional. Algunos de sus materiales surgieron de la colisión de fragmentos continentales del Noratlántico y Báltico. Como datos curioso podemos decir que el granito negro que encontramos aquí es el más antiguo de la Península Ibérica y el 4ª del planeta, de antigüedad similar al que encontramos en las zonas de Australia, Canadá o Polonia

Al llegar a Cabo Ortegal, la diferencia respecto al anterior es clara. Este es mucho más pequeño, cuenta con un faro y sobretodo está muy habilitado y asfaltado para poder ser visitado sin problemas. A pesar de ello, los paisajes que se pueden ver desde este realmente son increíbles y a nuestro parecer los mejores en cuanto a cabos se trata.

Algunas de las vistas que se aprecian desde este lugar incluyen otros cabos entre los qyue cabe destacar la Estaca de Bares. La sensación desde este lugar es increíble y al estar menos al norte que el anterior, se pueden disfrutar de un mayor número de vistas.
Finalizada la visita, seguimos en coche hasta Vixia Herberia, un lugar de vértigo. El trayecto es bastante breve aunque nosotros lo alargamos lo más que pudimos. Resultaba curioso poder ver como un paisaje típicamente de montaña se iba a convertir en acantilados del mar.
En aquel breve trayecto, disfrutamos de las rías vistas desde arriba lo que daba la sensación de ir en avión. (Si deseáis verlas, están en el vídeo) Y también pudimos encontramos algo que nos encantó y es otro de los animales típicos de los paisajes gallegos, los caballos.

Acantilados con vistas al infinito de más de 610 metros de altura sobre el nivel del mar. Como datos curiosos podemos decir que son los acantilados más altos de España, los acantilados más altos de Europa continental y los cuartos acantilados más altos de todo el continente europeo incluidas las islas aunque siempre más altos que los famosos acantilados de Escocia.

Cuando nos bajamos del coche, el único hecho que hizo que nos percatáramos que estábamos al lado del mar a pesar de no poder verlo fue la humedad que había en el ambiente. Y es que el paisaje de este lugar es más de montaña que de mar.
Caminamos unos 250 m que hay desde el coche hasta los acantilados. Lo único que hay en ellos es una pequeña ermita vacía. Esta ermita posee una facultad genial y es que cuando entramos en sus cuatro paredes (que es lo único que queda) la temperatura ascendió varios grados aparte de que el viento paró.

Los acantilados de Vixia Herberia se ven como un balcón al vacío. Aquel lugar fue la culminación de nuestra filosofía de viaje y es que las montañas se unen al océano de forma total y perfecta. Cuando llegas al mirados, realmente te sientes en un balcón que te lleva hacia el infinito y es que a más de 600 metros de altura en caída casi directa, no se puede tener otra sensación que la de grandiosidad y libertad.

Al llegar al pueblo ya eran las 19h de la tarde. El sol empezaba a esconderse aunque nosotros nos resistimos y completamos la última visita de aquel fantástico y completo día. Sant Andrés de Teixido es un pueblo con una historia y una leyenda del pasado relacionada con el apóstol Sant Andrés.

En este pueblo son muy características sus casas. Casas blancas combinadas con la típica piedra antigua. Lo único que hay para realizar en este lugar es un brevísimo paseo por el pueblo y entrar a su iglesia. A parte de ello, a uno de los laterales de la iglesia (Por donde se entra al pueblo) hay dos o tres tiendas de souvenirs de la misma familia que sinceramente nos trató realmente bien y que aconsejamos visitar para conocer parte de la historia de Sant Andrés de Teixido.

Finalizada esta última visita del día se nos presentó un gran dilema. Quedarnos por aquella zona a pasar la noche o ir hasta el siguiente punto del viaje para el día siguiente. Y es que en nuestro itinerario, decía que había que ir hasta Camelle y eso suponía 3 horas y media por tan solo 180km. Eran las 20:30h de la noche y pensamos en comer alguna cosa y a las 21h salimos hacia Camelle.
En el trayecto, nos encontramos varios caballos que bajaban como nosotros por unas carreteras en las que apenas se veía alguna cosa. Entre la niebla y la oscuridad estuvimos varias veces cerca de atropellar a alguno de ellos.
Ya a las 00:30h de la noche, llegamos a Camelle y os podéis imaginar como dormimos aquella noche. Habíamos madrugado a las 6h de la mañana, habíamos estado todo el día completo llenos de visitas y para colmo un viaje a oscuras de 3 horas y media.
Paramos el coche en la misma ría en Camelle, cerca del puerto y empezamos a dormir rápidamente puesto que mañana nos tocaba conocer la parte Sur de las Rías Altas empezando en la Costa da Morte y en el Museo de Man en Camelle, la única víctima mortal del hundimiento del Prestiege.