Día 28, 5 de septiembre: Dubai
Para viajar a Dubai hay que tener en cuenta una cosa importantísima y es la existencia del famoso libro de descuentos Entertaiment Dubai. En él se pueden obtener descuentos, en muchos casos 2x1, en hoteles, restaurantes, actividades, parques, etc. lo que resulta muy interesante, a pesar de que Dubai no es una ciudad especialmente cara. Desplazarse en taxi es barato, y, teniendo en cuenta el calor, lo más aconsejable. Además, las distancias son enormes, ya que Dubai es una ciudad muy grande y alargada.
Lo primero que hicimos fue un sobrevuelo en helicóptero de la ciudad, que, con el descuento, viajamos los dos pero sólo pagamos uno. No nos gustó demasiado por dos motivos. El primero es que había una cantidad enorme de polvo en suspensión, con lo que la visibilidad era bastante mala y eso que nos dijeron que no era de los peores días. El segundo motivo es que el helicóptero no se elevaba mucho, así que la perspectiva no era demasiado buena, pero aún así nos pudimos hacer una idea de lo enorme que es Dubai y el grado de despilfarro tan supremo, a pesar de la crisis, que se gastan estos árabes con pasta.
El helipuerto está en el hotel Atlantis, situado en la Palmera Jumeirah al que llegamos en un taxi. Todo es lujo en este hotel incluso en la forma en la que te acompañan desde el taxi. El vuelo dura 25 minutos y este es el resumen gráfico de lo que vimos.
Para viajar a Dubai hay que tener en cuenta una cosa importantísima y es la existencia del famoso libro de descuentos Entertaiment Dubai. En él se pueden obtener descuentos, en muchos casos 2x1, en hoteles, restaurantes, actividades, parques, etc. lo que resulta muy interesante, a pesar de que Dubai no es una ciudad especialmente cara. Desplazarse en taxi es barato, y, teniendo en cuenta el calor, lo más aconsejable. Además, las distancias son enormes, ya que Dubai es una ciudad muy grande y alargada.
Lo primero que hicimos fue un sobrevuelo en helicóptero de la ciudad, que, con el descuento, viajamos los dos pero sólo pagamos uno. No nos gustó demasiado por dos motivos. El primero es que había una cantidad enorme de polvo en suspensión, con lo que la visibilidad era bastante mala y eso que nos dijeron que no era de los peores días. El segundo motivo es que el helicóptero no se elevaba mucho, así que la perspectiva no era demasiado buena, pero aún así nos pudimos hacer una idea de lo enorme que es Dubai y el grado de despilfarro tan supremo, a pesar de la crisis, que se gastan estos árabes con pasta.
El helipuerto está en el hotel Atlantis, situado en la Palmera Jumeirah al que llegamos en un taxi. Todo es lujo en este hotel incluso en la forma en la que te acompañan desde el taxi. El vuelo dura 25 minutos y este es el resumen gráfico de lo que vimos.
Desde luego si te gusta la arquitectura, Dubai es el paraíso. Lástima el polvo y la suciedad del cristal del helicóptero...
Después del paseo nos vamos al Mall of The Emirates, muy cerca de nuestro hotel, a echar un vistazo. La verdad es que todos los centros comerciales son enormes, tienen de todo y es donde más a gusto se está teniendo en cuenta que en la calle hay 44º C.
Los precios en las tiendas son prácticamente los mismos que en España, pero nosotros compramos una maleta, ya que en este viaje hemos conseguido romper las asas de arrastrar de las dos maletas que traíamos, así que una de ella va a morir en Dubai.
Después comemos en el mismo centro comercial empleando un vale descuento del libro y desde aquí, caminando al hotel. Intentamos conectar con la familia a través de Skype, pero está capado para hablar con el extranjero.
Terminado nuestro descanso nos vamos a hacer una de las cosas que más nos apetecía de esta estancia en Dubai: bucear en el acuario de Atlantis y alimentar a las rayas que viven allí, la “Ultimate Dive Experience” la llaman (esta no tiene descuento). La verdad es que la experiencia resultó increíble. Se hacen dos inmersiones en el Ambassador Lagoon. En la primera de ellas simplemente nadas entre la inmensa variedad y cantidad de peces que hay en el acuario (20.000 peces en 11 millones de litros de agua salada) y te paseas por The Lost Chamber que simula las ruinas de la mítica ciudad hundida de Atlántida. Es muy curioso porque tú estás dentro y ves a la gente que está fuera mirando los peces y mirándote a ti. De hecho todo el mundo te saluda y te hace fotos.
Los precios en las tiendas son prácticamente los mismos que en España, pero nosotros compramos una maleta, ya que en este viaje hemos conseguido romper las asas de arrastrar de las dos maletas que traíamos, así que una de ella va a morir en Dubai.
Después comemos en el mismo centro comercial empleando un vale descuento del libro y desde aquí, caminando al hotel. Intentamos conectar con la familia a través de Skype, pero está capado para hablar con el extranjero.
Terminado nuestro descanso nos vamos a hacer una de las cosas que más nos apetecía de esta estancia en Dubai: bucear en el acuario de Atlantis y alimentar a las rayas que viven allí, la “Ultimate Dive Experience” la llaman (esta no tiene descuento). La verdad es que la experiencia resultó increíble. Se hacen dos inmersiones en el Ambassador Lagoon. En la primera de ellas simplemente nadas entre la inmensa variedad y cantidad de peces que hay en el acuario (20.000 peces en 11 millones de litros de agua salada) y te paseas por The Lost Chamber que simula las ruinas de la mítica ciudad hundida de Atlántida. Es muy curioso porque tú estás dentro y ves a la gente que está fuera mirando los peces y mirándote a ti. De hecho todo el mundo te saluda y te hace fotos.
Una vez que te familiarizas con el entorno sales y tras un pequeño descanso en el que te dan algo de fruta, esta vez con capucha y guantes vuelves a entrar para dar de comer a las rayas. Te asusta un poco, ya que te advierten de que no hagas movimientos bruscos, tengas cuidado de que no te muerdan las manos (de ahí los guantes) y no te enganchen el pelo. Además te dicen que habrá un buzo, además del guía, por seguridad, pero no por cuestiones relacionadas con el buceo, sino por la posibilidad de que se acerquen a comer animales no tan amistosos como las rayas (en el acuario hay varias especies de tiburones).
Ya aleccionados vamos de nuevo al acuario. Íbamos los dos buceadores del Atlantis, un kuwaití y nosotros. Nos llevan hasta delante de la mayor ventana del acuario (no hay que olvidar que somos el espectáculo de las 7:30 de la tarde para los que pagan una pasta por entrar en el acuario) y nos empiezan a dar la comida para que vengan las rayas. Comen calamares y, como todo, tiene su técnica para que no te muerdan. Aunque al final hay tantas que te muerden la cabeza, los hombros y, en mi caso, que llevaba la cámara, me la mordían porque pensaban que era comida. Pero no hacen daño, aunque impresiona verlas tan cerca. Son animales preciosos. Estas son las fotos que, con mucha dificultad debido a los empujones de los bichos hicimos nosotros.
Ya aleccionados vamos de nuevo al acuario. Íbamos los dos buceadores del Atlantis, un kuwaití y nosotros. Nos llevan hasta delante de la mayor ventana del acuario (no hay que olvidar que somos el espectáculo de las 7:30 de la tarde para los que pagan una pasta por entrar en el acuario) y nos empiezan a dar la comida para que vengan las rayas. Comen calamares y, como todo, tiene su técnica para que no te muerdan. Aunque al final hay tantas que te muerden la cabeza, los hombros y, en mi caso, que llevaba la cámara, me la mordían porque pensaban que era comida. Pero no hacen daño, aunque impresiona verlas tan cerca. Son animales preciosos. Estas son las fotos que, con mucha dificultad debido a los empujones de los bichos hicimos nosotros.
Y estas las que nos hicieron desde fuera.
Después del subidón una ducha y cena típica árabe con nuestros guías al borde de la laguna. Estaba todo riquísimo y pasamos un buen rato charlando con ellos. Los guías eran keniatas y nuestro compañero de buceo un kuwaití, así que un grupo de lo más heterogéneo.
Una vez satisfechos, tanto por la experiencia como por la exquisita cena, volvemos a nuestro hotel.
Día 29, 6 de septiembre: Dubai
Hoy ha sido el día que más calor hemos pasado en Dubai y posiblemente uno de los días que más calor he pasado en mi vida. Venir aquí en verano es una locura. Aunque en invierno la temperatura no baja de los 30º C no tiene nada que ver con los 45 que hemos tenido hoy.
Nuestro plan para hoy era coger el metro e ir a la ciudad vieja, en Deira, construida a ambos lados del río Dubai Creek y visitar los zocos de oro y especias y el fuerte de Dubai. La verdad es que tiene muy poco atractivo turístico, ya que no se trata de una ciudad típica árabe, con una medina, muy comercial y llena de gente. Antes de la inmensa “modernización” a base de grandísimas inversiones de dinero procedentes del petróleo, debía ser un pueblo pequeño sin ningún atractivo especial. No olvidemos que Dubai está en medio del desierto y en ella vive la mayoría de la población del emirato, que por otro lado, es en su mayoría extranjera, que trabaja en los innumerables negocios de los príncipes árabes.
Cuando llegamos para coger el metro nos dicen que está cerrado hasta la una. No nos hemos dado cuenta, pero hoy es viernes, día sagrado para los musulmanes, así que no se trabaja por la mañana. Con idea de probar el transporte público y dejarnos de tanto taxi, intentamos coger un autobús, pero resulta que no podemos pagar con dinero, que tenemos que comprar una tarjeta en un quiosco que también está cerrado por ser viernes. Así que finalmente hemos tenido que subirnos a un taxi.
Le hemos dicho que nos llevara a la zona de los zocos, por si había algún despistado que abriera a pesar de ser viernes, pero nada, todo cerrado a cal y canto. Lo único que podíamos ver era el Fuerte de Dubai, que estaba al otro lado del río, que hemos cruzado en un barco.
Una vez satisfechos, tanto por la experiencia como por la exquisita cena, volvemos a nuestro hotel.
Día 29, 6 de septiembre: Dubai
Hoy ha sido el día que más calor hemos pasado en Dubai y posiblemente uno de los días que más calor he pasado en mi vida. Venir aquí en verano es una locura. Aunque en invierno la temperatura no baja de los 30º C no tiene nada que ver con los 45 que hemos tenido hoy.
Nuestro plan para hoy era coger el metro e ir a la ciudad vieja, en Deira, construida a ambos lados del río Dubai Creek y visitar los zocos de oro y especias y el fuerte de Dubai. La verdad es que tiene muy poco atractivo turístico, ya que no se trata de una ciudad típica árabe, con una medina, muy comercial y llena de gente. Antes de la inmensa “modernización” a base de grandísimas inversiones de dinero procedentes del petróleo, debía ser un pueblo pequeño sin ningún atractivo especial. No olvidemos que Dubai está en medio del desierto y en ella vive la mayoría de la población del emirato, que por otro lado, es en su mayoría extranjera, que trabaja en los innumerables negocios de los príncipes árabes.
Cuando llegamos para coger el metro nos dicen que está cerrado hasta la una. No nos hemos dado cuenta, pero hoy es viernes, día sagrado para los musulmanes, así que no se trabaja por la mañana. Con idea de probar el transporte público y dejarnos de tanto taxi, intentamos coger un autobús, pero resulta que no podemos pagar con dinero, que tenemos que comprar una tarjeta en un quiosco que también está cerrado por ser viernes. Así que finalmente hemos tenido que subirnos a un taxi.
Le hemos dicho que nos llevara a la zona de los zocos, por si había algún despistado que abriera a pesar de ser viernes, pero nada, todo cerrado a cal y canto. Lo único que podíamos ver era el Fuerte de Dubai, que estaba al otro lado del río, que hemos cruzado en un barco.
Tras la visita el calor se ha hecho insoportable, ya era más de medio día, así que nos hemos tenido que refugiar en una parada de autobús (están cerradas y tiene aire acondicionado) antes de marcharnos al hotel Radisson a comer en un restaurante que nos habían recomendado, por supuesto, con descuento y de vuelta al hotel.
Tras un rato, no muy grande, de descanso en el fresco hotel, vienen a recogernos para hacer el “Desert Safari”, también con oferta 2x1 del librito.
Ya sabíamos que no nos iba a gustar mucho porque iba a ser una turistada, además ya hemos estado en otros desiertos de arena y las comparaciones siempre son odiosas, pero ya que estábamos aquí, cómo no lo íbamos a hacer…
La excursión consiste en, tras más o menos una hora por carretera, llegas a la zona de dunas del desierto, donde, en procesión, con un montón de todoterrenos más, el conductor hace “sand board” pero usando el coche como si fuera una tabla. Es divertido, nunca lo habíamos hecho, pero hay quien se marea…
Ya sabíamos que no nos iba a gustar mucho porque iba a ser una turistada, además ya hemos estado en otros desiertos de arena y las comparaciones siempre son odiosas, pero ya que estábamos aquí, cómo no lo íbamos a hacer…
La excursión consiste en, tras más o menos una hora por carretera, llegas a la zona de dunas del desierto, donde, en procesión, con un montón de todoterrenos más, el conductor hace “sand board” pero usando el coche como si fuera una tabla. Es divertido, nunca lo habíamos hecho, pero hay quien se marea…
Después se llega a una zona en la que se para para caminar un poco por la arena y ver la puesta de sol. La arena es rojiza, no blanca como la que hay más cerca de la ciudad. La puesta de sol sí merece la pena, pero hay tanto turista que resulta difícil sacar una foto del desierto desierto.
Para terminar el día te llevan a un poblado donde te dan una cena típica beduina, una tremenda turistada en la que yo no probé ni bocado, porque hacía un calor horrible (35º C a las 10 de la noche y un viento que te metía la arena por todas partes), donde no faltó el espectáculo de danza del vientre+turista moviendo la barriga.
Por hoy ya hemos tenido suficiente, así que tras esto a la cama a dormir, que ¡este calor te deja agotado!
Día 30, 7 de septiembre: Dubai
Esta mañana Rafa se levanta nervioso: va a tirarse en paracaídas. Yo no, tengo vértigo. El sitio elegido es el Skydive, una inmensa nave muy equipada cerca de Dubai Marina. Así que antes aprovechamos para ver alguno de los edificios más impresionantes de Dubai.
Por hoy ya hemos tenido suficiente, así que tras esto a la cama a dormir, que ¡este calor te deja agotado!
Día 30, 7 de septiembre: Dubai
Esta mañana Rafa se levanta nervioso: va a tirarse en paracaídas. Yo no, tengo vértigo. El sitio elegido es el Skydive, una inmensa nave muy equipada cerca de Dubai Marina. Así que antes aprovechamos para ver alguno de los edificios más impresionantes de Dubai.
La verdad es que el sitio de los paracaídas es una pasada: las instalaciones impresionan, tienen unos prados verdes donde aterrizan los paracaidistas como alfombras. Una vez allí, y ya habiendo firmado el papelito de la exención de responsabilidad, te presentan al que va a ser tu cámara, porque desde el momento en que te empiezan a colocar el equipo hasta que vuelves del salto hay una persona que salta en otro paracaídas a la vez que tú y se dedica a hacerte fotos y grabarte en video en exclusiva.
El salto es en tándem, es decir en el mismo paracaídas que el instructor y preguntamos si había alguno que hablara español. Resultó que no sólo eso, si no que había un instructor madrileño, bombero en excedencia y paracaidista de afición al que habían ofrecido el trabajo de su vida en Dubai. ¡Qué pequeño es el mundo! Así que esto nos tranquilizó mucho, ya que él insistía en que estábamos en el mejor sitio para saltar. La verdad es que sí que daba todo una sensación de confianza y tranquilidad importante.
El avión sube a 4000 m y desde allí se salta, en caída libre unos 50 segundos, para después abrir el paracaídas y dar algunas vueltas. Yo lo veía todo desde abajo y todo el mundo bajaba encantado.
El salto es en tándem, es decir en el mismo paracaídas que el instructor y preguntamos si había alguno que hablara español. Resultó que no sólo eso, si no que había un instructor madrileño, bombero en excedencia y paracaidista de afición al que habían ofrecido el trabajo de su vida en Dubai. ¡Qué pequeño es el mundo! Así que esto nos tranquilizó mucho, ya que él insistía en que estábamos en el mejor sitio para saltar. La verdad es que sí que daba todo una sensación de confianza y tranquilidad importante.
El avión sube a 4000 m y desde allí se salta, en caída libre unos 50 segundos, para después abrir el paracaídas y dar algunas vueltas. Yo lo veía todo desde abajo y todo el mundo bajaba encantado.
Una vez que termina tu salto tienes que esperar un rato, ya que te preparan un dvd con la fotos y los videos que te han grabado (incluido en el precio del salto) y que nosotros aprovechamos para ver allí mismo, ya que tenían la pantalla de TV de alta definición más grande del mundo (cómo no).
Cuando terminamos era la hora de comer, así que procedimos y luego otra vez al hotel. En las horas centrales del día es imposible estar en la calle.
Nuestro último plan es subir al edificio más alto del mundo el Burj Khalifa. Esta vez sí conseguimos ir en el metro, muy moderno, sin conductor y bastante rápido. Desde la estación de metro hasta el Mall Burj Khalifa, también el más grande del mundo, desde donde se accede al edificio, hay una distancia considerable, pero que se hace caminando por pasillos refrigerados.
Habíamos reservado las entradas en la web meses antes, así que no tuvimos que hacer colas, las recogimos, y hasta las seis, que era la hora en la que teníamos que subir, estuvimos dando una vuelta por el centro comercial y a intentar ver el Burj sin que se nos rompiera el cuello de mirar tan arriba. Es enorme, 828 m de altura.
Cuando terminamos era la hora de comer, así que procedimos y luego otra vez al hotel. En las horas centrales del día es imposible estar en la calle.
Nuestro último plan es subir al edificio más alto del mundo el Burj Khalifa. Esta vez sí conseguimos ir en el metro, muy moderno, sin conductor y bastante rápido. Desde la estación de metro hasta el Mall Burj Khalifa, también el más grande del mundo, desde donde se accede al edificio, hay una distancia considerable, pero que se hace caminando por pasillos refrigerados.
Habíamos reservado las entradas en la web meses antes, así que no tuvimos que hacer colas, las recogimos, y hasta las seis, que era la hora en la que teníamos que subir, estuvimos dando una vuelta por el centro comercial y a intentar ver el Burj sin que se nos rompiera el cuello de mirar tan arriba. Es enorme, 828 m de altura.
Un poco antes de las seis de la tarde subimos al piso 124, a 452 metros de altura, en un ascensor muy muy rápido, en el que ni siquiera notas que te mueves, a una terraza rodeada de cristales. Decepción, ya que entre la cámara y el exterior siempre hay un cristal que te llena las fotos de reflejos.
Las vistas no están mal, pero no se ve lo más impresionante de Dubai. Además, sigue haciendo bastante calima y es difícil distinguir muy lejos. La noche va cayendo y los edificios se iluminan, comienzan los espectáculos de luz y sonido de las fuentes del Mall y todo cambia de aspecto.
Para rematar nuestra estancia en Dubai bajamos a ver desde el suelo el espectáculo de las fuentes y después a cenar. Estas son las fotos que hicimos del Burj Khalifa.
Día 31, 8 de septiembre: Dubai-Madrid
Hemos madrugado mucho, a las 4:30 porque hoy, después de un mes, volvemos a casa. El vuelo de vuelta ha sido muy agradable. Era la primera vez que volábamos con Emirates y la verdad es que es una compañía estupenda. Perfecta para rematar un viaje que ha sido excepcional.
La verdad es que este ha sido uno de los viajes más completos que hemos hecho. No sólo hemos ido al otro lado del mundo, sino que hemos visto animales y plantas que sólo existen en ese sitio, hemos conocido la impresionante barrera de coral y también una de las zonas desérticas más grandes del planeta, hemos visto ciudades en las que parece que es más fácil vivir y otras en las que te das cuenta de lo difícil que es sobrevivir, hemos coincidido con mucha gente, de muchos sitios y muy diferente, hemos visitado una ciudad que realmente es un parque de atracciones para adultos, en donde, si tienes dinero, puedes hacerlo todo. En fin, hemos viajado…
Hemos madrugado mucho, a las 4:30 porque hoy, después de un mes, volvemos a casa. El vuelo de vuelta ha sido muy agradable. Era la primera vez que volábamos con Emirates y la verdad es que es una compañía estupenda. Perfecta para rematar un viaje que ha sido excepcional.
La verdad es que este ha sido uno de los viajes más completos que hemos hecho. No sólo hemos ido al otro lado del mundo, sino que hemos visto animales y plantas que sólo existen en ese sitio, hemos conocido la impresionante barrera de coral y también una de las zonas desérticas más grandes del planeta, hemos visto ciudades en las que parece que es más fácil vivir y otras en las que te das cuenta de lo difícil que es sobrevivir, hemos coincidido con mucha gente, de muchos sitios y muy diferente, hemos visitado una ciudad que realmente es un parque de atracciones para adultos, en donde, si tienes dinero, puedes hacerlo todo. En fin, hemos viajado…