Sarlat-Castelnaud-Belvés-Villafanche du Perigord ✏️ Diarios de Viajes de Francia

---

En la tercera etapa de nuestro recorrido decidimos recorrer de cabo a rabo Sarlat. Llegamos a eso de las 10 de la mañana y aparcamos en el mismo lugar que el día anterior: simplemente hay que poner el GPS en dirección al centro de Sarlat y ahí ya llegas a los pies de una plaza rodeada de zona azul y a un parking. Nosotras nos decidimos por la zona azul porque era muchísima más barata, y, además, no te cobraban las horas de la comida, que allí es de 12 a 14h. Así que aparcamos el coche y sólo tuvimos que cruzar el parking (al aire libre, lleno de árboles) para estar en una de las calles principales del centro.

Et voile la! Tropecientas tiendas para comprar productos del Perigord. Es muy pero que muy difícil decidirse por alguna, pero luego os contaré dónde compramos finalmente y por qué, ya que dejamos las compras para el final. En esa misma calle, está la oficina de turismo, donde te dan un mapa no demasiado útil de los sitios más emblemáticos. En la mayoría de las oficinas de turismo del Perigord hay WIFI abierto, así que se puede aprovechar para descargar un mapa en citymaps en google maps para continuar la visita. La oficina está en el antiguo edificio del obispado, así que os podéis hacer una idea de lo bonito que es.

Lo primero que vimos fue la linterna de los muertos, del s. XII y 10m de alto. Por dentro tiene poquita cosa que ver por no decir que nada. No se tiene muy claro qué es lo que era, pero lo cierto es que el monumento tiene una forma de bala peculiar y merece la pena visitarlo. Además, estaba en el interior de una abadía románica. O mejor dicho, en el cementerio. No se sabe a ciencia cierta el por qué de este tipo de edificios que yo personalmente sólo he visto en Francia, pero hay bastante leyenda acerca del contacto con los muertos y se los considera como "faros del más allá". Posiblemente, su función fuese mucho más prácticas, como de servir de refugio en los cementerios. Se cuenta que Bernardo de Claraval, en el s. XII, visitó la linterna y, esa noche, él mismo obró un milagro de curación colectiva. De ahí que a la torre también se la conozca como "Torre de Saint Bernard".

Después fuimos a visitar Catedral Saint-Sacerdos (siglo XII- s.XIV). Es bastante bonita, pero no nos entretuvimos mucho. Sarlat es una ciudad para pasearla, así que, a pocos pasos de la catedral, nos encontramos con La Casa de la Boëtie y otros edificios emblemáticos.

[img]*** Imagen borrada de Tinypic ***

No hay más que seguir las calles para ver infinidad de palacios y casas medievales y renacentistas muy bien conservadas. Incluso hay una con mobiliario del s. XVII que se puede visitar.

[img]*** Imagen borrada de Tinypic ***


Caminando unos cinco minutos llegamos a Iglesia Sainte-Marie, reconvertida en mercado y espacio cultural por el arquitecto Jean Nouvel. Las puertas me parecieron sencillamente impresionantes. Los productos del interior aún más, porque como vayas como hicimos nosotros a media mañana, el olor al salchichón puede volver loco a cualquiera. Tras varias vueltas más descubriendo rincones a cuál más bonito de la ciudad, decidimos subir a la Torre de Bourreau, desde donde se obtiene una panorámica de la ciudad, de los alrdedores y pueden verso restos parciales de antiguas murallas. Subir vale 5€ por persona y la visita dura unos 12 min. Sólo en francés (una vez más...), así que los que no sabemos el idioma nos tenemos que conformar con ver una cartulina plastificada que te dan con los perfiles de los edificios más significativos. Aún así, recomiendo la visita porque las vistas de la ciudad parecen de cuento.

[img]*** Imagen borrada de Tinypic ***

Siguiendo los horarios franceses, a las 13:30 nos sentamos a comer en el mismo lugar en el qeu cenamos el día anterior, y seguimos la misma ruta para acabar comiéndonos un magnífico crepe. Habíamos recorrido Sarlat durante cuatro horas y pensamos que las hordas de turistas (entre ellos nosotras), no nos iban a dar mucho más margen. Así que replegamos y pusimos rumbo a Castelnaud. Antes, por supuesto, nos paramos en la calle principal a hacer unas compras de productos típicos, y, para ser más concretos, blocs de foie de pato enteros. Los precios son más o menos los mismos en casi todos sitios, hay pequeñísimas variaciones. Sin embargo, nosotras nos decantamos por entrar en la tienda donde la chica que vendía nos saludó. Ya veis que no somos de pedir mucho, pero es que hay tantísimos turistas que la gente de las tiendas muchas veces ni se levanta para atender. La chica en cuestión fue majísima, nos explicó todos y cada uno de los productos con una paciencia infinita, y finalmente, nos fuimos con las manos llenas de foie. La tienda pertecece a una cooperativa y es fácilmente reconocible. Si no recuerdo mal, es la primera a la izquierda de la calle entrando hacia el centro. El emblema es simplemente el patito del Perigord, y os la recomiendo porque doy fe de que las cosas estaban buenas.

Lo dicho, que fuimos rumbo a Castelnaud y a su maravilloso castillo. Como nos sentimos aventureras, aparcamos abajo y decidimos hacer la subida andando (unos 3 km). Nos es mucha distancia, pero os recomiendo ir en coche porque vaya pedazo de cuestas. Eso sí, el castillo precioso!! Y el pueblo, también.

Acto seguido nos dirigimos a Belvés. Es otro de los castrum que pueden visitarse por la zona. A pesar de no estar especialmente explotado, la visita nos resultó preciosa. Las calles, quitando la principal que lleva al Castillo, son muy auténticas, y la gente también. La mayoría de estas bastidas conservan sus mercados cubiertos del s. XIV, y Belvés no es menos.

[img]*** Imagen borrada de Tinypic ***

[img]*** Imagen borrada de Tinypic ***


Una estampa preciosa la de la plaza! También visitamos, en el otro extremo de la ciudad, una iglesia del s. XII muy recomendable si sois amantes de la arquitectura. En el interior, algunos frescos restaurados renacentistas y otros menos conservados medievales. El castillo es del s. XVI y es muy bonito verlo desde fuera. Dentro no entramos, pero sí lo hicimos a una sala que había en la entrada donde se mostraba una maqueta de la ciudad. Es imprescindible asomarse desde los muros de la ciudadela. Hay unas vistas impresionantes de la Dordogna.

Después de esto, pusimos rumbo a Villafranche. Eran ya las cinco y pico de la tarde y habíamos quedado con la Carolyn, la señora del B&B, en que llegaríamos antes de las 6. Y a las 6 en punto llegamos tras dar un par de vueltas. La entrada a Villafranche es impactante. Parece que no ha pasado el tiempo. Si no fuera por el asfalto, dirías que estás, como mucho, en el 1900. Si sigues mirando, te das cuenta de que no, que estás en el s. XIV.

[img]*** Imagen borrada de Tinypic ***

Me pareció un puntazo que, por la noche, viniese un camión que abría sus laterales para vender pizzas y hamburguesas. Supongo que para quien esté hartito de pato es una opción, pero nosotras no nos la planteamos.

La mayoría de las casas datan de los siglos XVI y XVII. La nuestra, del XVII. Una pasada de bonita, y, como en el pueblo hay apenas 800 habitantes, puedes aparcar prácticamente donde quieras.

[img]*** Imagen borrada de Tinypic ***

Nuestra anfitriona resultó ser toda un personaje, una inglesa la mar de simpática (y chovinista) que nos invitó de momento a una cena que se hace todos los lunes de los meses de Julio y Agosto en el pueblo en el mercado medieval. Montan sillas y mesas y cada uno lleva lo que puede o quiere. TAmbién hay gente que cocina cosas, bien en su casa, o bien allí mismo, y las vende. Como la señora en un principio nos pareció un poco plasta, no nos quisimos comprometer con ella para cenar, y nos recomendó un par de sitios para cenar.

[img]*** Imagen borrada de Tinypic ***


[img]*** Imagen borrada de Tinypic ***


Tampoco había muchas más opciones en un pueblo tan pequeño...Así que nada, dejamos las cosas en la habitación y nos fuimos a pasear las calles de Villafranche, que son pocas. ¡Vaya pueblo bonito! Me alegro muchísimo de haber ido, ha sido la mayor sorpresa del viaje. Porque, aunque éramos reticentes, a eso de las 7, todo el pueblo olía a pato, pan recién hecho y dulces. No pudimos resistirnos y en el mercado nos plantamos. Un magret de pato enorme, 4€. Parrillada de verduras, 3. PAnes caseros, 2. Pasteles de pecado, 2€. Nos volvimos locas comiendo pato. Pero lo peor de todo fue cuando fui a pedir dos copas de vino. No sé cómo, pero al final me dieron una botella de vino enterita por sólo 6€. Y qué vino...!! No entiendo demasiado de vinos, pero este estaba muy rico y era una cosecha de 2010.

[img]*** Imagen borrada de Tinypic ***

Nos sentamos con nuestra casera, que nos presentó a sus amigos (había 12 ingleses en la fiesta, todos vivían en la zona). Hablamos con todo el mundo, todo el mundo se interesó por nosotras y nos invitaban a todo lo que tenían. Claro que yo acabé regular por culpa del vino que compramos...y al que me invitaron luego los franceses de Villafranche. Fue toda una experiencia y nos faltó sacar la guitarra y ponernos a cantar ahí en medio. Lo pasamos de lujo. A eso de las 21:30 ya no quedaba casi gente en las calles, así que nos fuimos a casa. CArolyne nos invitó a una copa, café té etc en su casa y nos sentimos más como familiares de visita que como huéspedes. Una persona estupenda nuestra casera! La casa parecía un museo, la mujer no se había molestado en quitar ni una sola de las tropecientasmil figuritas que tenía en la casa y nuestra habitación no iba a ser menos. La habitación era enorme pero daba yuyu pensar en que te podrías tropezar y cargarte alguna pieza de museo. Aún así, la estancia maravillosa. A las 11 ya estábamos en la camita con una borrachera tremenda pero dispuestas a descansar para afrontar el día siguiente.

---