Nos levantamos por la mañana y nos habían pasado por debajo de la puerta un pronostico del tiempo, todo un detalle. Como no, decía que iba a llover...
Bajamos a desayunar; nos habían comentado que la perra no podía entrar al comedor, pero frente a éste tienen unas mesas altas con taburetes donde se podía sacar el desayuno, así que todo genial.
Hacemos el check-out y nos vamos rumbo a Gante. La idea era pasar allí el día aparcando en un parking por comodidad y por seguridad ya que teníamos todas nuestras cosas en el coche. Ya habíamos visto que el que hay bajo la Plaza Vrijdagmarkt nos venía bien.
La llegada a Gante fue un desastre. No paraba de llover y bastante fuerte, así que ni con paraguas podíamos darnos una vuelta. La única solución fue meternos en una terraza de la plaza a tomar un café y esperar que escampara un poco.
Al rato parece que mejoró un poco y empezamos a dar una vuelta. Llegamos hasta la plaza bajo el Belfort y nos metimos bajo el Pabellón Municipal; al menos estábamos secos y podíamos leer y ver algo de los edificios que rodean la plaza.
Bajamos a desayunar; nos habían comentado que la perra no podía entrar al comedor, pero frente a éste tienen unas mesas altas con taburetes donde se podía sacar el desayuno, así que todo genial.
Hacemos el check-out y nos vamos rumbo a Gante. La idea era pasar allí el día aparcando en un parking por comodidad y por seguridad ya que teníamos todas nuestras cosas en el coche. Ya habíamos visto que el que hay bajo la Plaza Vrijdagmarkt nos venía bien.
La llegada a Gante fue un desastre. No paraba de llover y bastante fuerte, así que ni con paraguas podíamos darnos una vuelta. La única solución fue meternos en una terraza de la plaza a tomar un café y esperar que escampara un poco.
Al rato parece que mejoró un poco y empezamos a dar una vuelta. Llegamos hasta la plaza bajo el Belfort y nos metimos bajo el Pabellón Municipal; al menos estábamos secos y podíamos leer y ver algo de los edificios que rodean la plaza.


Parece que aquí empieza a mejorar un poco el tiempo y para de llover. Así que logramos seguir un rato el paseo. Nos acercamos al canal principal y a la zona desde donde salen los barcos que dan una vuelta por los canales de Gante. No es que nos apasionen este tipo de rutas, pero era una opción que llevábamos apuntada por si hacía mal tiempo o por si se nos hacía tarde y no teníamos mucho tiempo para ver la ciudad.


Aprovechamos que salía en breve un barco cubierto para tomar algo y al rato nos montamos con nuestra chica. La ruta no fue una maravilla pero al menos estuvimos secos una hora porque siguió lloviendo mientras que estábamos en el barco.


Tuvimos más o menos suerte porque dejó de llover al bajarnos y aprovechamos para seguir dando una vuelta y de paso buscar un restaurante que nos habían recomendado para comer costillas (que parece ser son muy típicas de la zona). Nuestro gozo en un pozo cuando al llegar estaba cerrado a mediodía... Así que acabamos comiendo frente al ayuntamiento en una hamburguesería (un poco cara!). Nos tuvimos que quedar un buen rato porque se puso a llover de nuevo a lo bestia, aunque nos dimos cuenta que a la gente de allí no les molestaba tanto...
Con el tiempo así poco podíamos hacer, así que decidimos volver al coche y seguir hacia nuestra primera casa en Holanda.
Ya nos habíamos dado cuenta que una vez pasado París nos encontramos con un mayor número de camiones en la carretera pero ya llegando a Brujas y al ir hacia Gante aun aumentaron más. La ruta desde Gante hasta Sint Maartenszee fue horrible: tuvimos un atasco constante hasta casi Alkmaar y no paro de llover o más bien de diluviar hasta casi el final del viaje. Sinceramente fue un viaje bastante malo y acabamos tardando casi 2h más de lo previsto en hacerlo.
Bueno, el caso es que llegamos a nuestra casa. La zona nos gustó desde el principio. Era una zona rural, con canales y parecía bastante tranquila. La casa también nos gustó mucho.
Con el tiempo así poco podíamos hacer, así que decidimos volver al coche y seguir hacia nuestra primera casa en Holanda.
Ya nos habíamos dado cuenta que una vez pasado París nos encontramos con un mayor número de camiones en la carretera pero ya llegando a Brujas y al ir hacia Gante aun aumentaron más. La ruta desde Gante hasta Sint Maartenszee fue horrible: tuvimos un atasco constante hasta casi Alkmaar y no paro de llover o más bien de diluviar hasta casi el final del viaje. Sinceramente fue un viaje bastante malo y acabamos tardando casi 2h más de lo previsto en hacerlo.
Bueno, el caso es que llegamos a nuestra casa. La zona nos gustó desde el principio. Era una zona rural, con canales y parecía bastante tranquila. La casa también nos gustó mucho.




Como no teníamos nada para cenar, la dueña nos dijo que nos podíamos acercar a Callantsoog porque allí hay un supermercado que está abierto hasta tarde. Es un súper bastante completo que utilizamos durante toda nuestra estancia en esta casa.
Una vez de vuelta, nos hicimos la cena y nos vimos una peli tranquilamente.
Lo mejor es que la casa tiene un prado amplio donde la perra puede correr y hacer sus cosas sin necesidad de sacarla lejos.
Una vez de vuelta, nos hicimos la cena y nos vimos una peli tranquilamente.
Lo mejor es que la casa tiene un prado amplio donde la perra puede correr y hacer sus cosas sin necesidad de sacarla lejos.