Roussillon, Apt, Abadía de Senanque, Gordes, Fontaine de Vaucluse ✏️ Diarios de Viajes de Francia

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El primer destino de hoy será Rousillon, otro de los Plus Beaux Villages de France, que linda con el Parque Nacional del Luberon. Es característico por su color ocre. El pueblecito es encantador y sobre todo, llama la atención la gama de rojos que podemos encontrar en sus edificios y en sus calles. Aparcar aquí es algo más barato, 2€ por todo el día. Aquí nos topamos también con el mercado semanal, mucho más pequeño que el de Saint Remy, pero también muy coqueto. Existe la posibilidad de realizar un camino llamado “Sentier des ocres” con 30’ o 60’ minutos de duración y que cuesta 2,50€. Roussillon es un pueblo encantador y los paisajes merecen la pena.

*** Imagen borrada de Tinypic ***

Para comer elegimos Apt, una ciudad cercana más grande sin mucho que reseñar, pero donde paramos a comer en un restaurante recomendado en la Lonely Travel, el restaurante Thym, te Voilà. Llegamos un poco tarde, aproximadamente a las 14 horas, pero ya se sabe lo que ocurre con los horarios de comida europeos...Comimos lo que quedaba del menú del día porque estaban cerrando la cocina y no pudimos hacer casi sobremesa porque cerraban el restaurante, así que lo de menos fue finalmente la comida.

Desde Apt nos dirigimos hacia la zona de Gordes y Abadía de Senanque. La zona de la Abadía es preciosa y siempre que voy me recuerdo a mí misma que en alguna ocasión hay que ir en julio, a deleitarse con los campos de lavanda que recolectan los monjes y que ahora están pelados. La Abadía tiene parking gratuito y además de darse una vueltecita por los campos, se puede visitar, eso sí, cuidado con la indumentaria porque en la entrada expone bien clarito el largo de los pantalones, faldas y mangas requeridos a los turistas. No entramos, pero la abadía es cisterciense, por lo que su interior es un ejemplo de suma austeridad. Lo que sí se puede visitar es la iglesia que ya nos muestra la sencillez con la que viven.

*** Imagen borrada de Tinypic ***

Ponemos camino a Gordes, otro de los Plus Beaux Villages de France de este viaje cuya vista exterior como “pueblo colgante” es digno de ver. Yendo en coche se puede apreciar que es una zona donde deben refugiarse un montón de personas con un alto poder adquisitivo. Se intuyen casas espectaculares tras las vallas de las fincas y no es de extrañar, la zona es preciosa. Dentro del pueblo el paseo es agradable, calles adoquinadas y un mirador.

*** Imagen borrada de Tinypic ***

Ya está atardeciendo y decidimos dirigirnos a la Fontaine de Vaucluse. Son casi las 7 de la tarde y cuando llegamos aparcamos el coche en la entrada y ni nos molestamos en pagar con la hora que es; los comercios que están a lo largo del paseo ya están cerrando y en el camino hacia el nacimiento del río Sorgue tampoco hay mucha gente, pero la temperatura y la tranquilidad son perfectas para la visita.

Cuando llegamos, tal y como habíamos previsto, de la fuente no emana agua (es la más caudalosa de Francia), pero tras la época de lluvias sí lo hace y debe ser espectacular. Es un lugar rodeado de un halo de misterio, puesto que se desconocía dónde estaba el fondo hasta que una cámara tripulada lo alcanzó. Incluso Jacques Cousteau se sumergió para tratar de encontrarlo. En la Fontaine de Vaucluse también puede visitarse un molino de papel.

*** Imagen borrada de Tinypic ***

Antes de volver al alojamiento paramos a cenar en una pizzería de Bedoin, un pequeño pueblo sin mucho que reseñar salvo que es el lugar elegido por muchos ciclistas para afrontar la subida al Mont Ventoux de casi 2000 m., donde han tenido lugar algunas de las etapas más duras del Tour de Francia. La montaña, que se puede ver desde muchos puntos de la zona, va cambiando de tonalidad conforme va ascendiendo hasta que en su pico no existe vegetación, sino un paisaje casi lunar. Es muy emocionante ver el esfuerzo de los ciclistas en llegar a la cima.

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