Llegamos sobre las 7 de la mañana a la estación término de Khajuraho, aún me encontraba bastante mal y no estaba, ni mucho menos preparado para emprender la visita a la ciudad. Fuera contratamos un tuk-tuk por 200 INR, sin regateo ni leches, que nos dejó en la calle principal justo a la entrada del conjunto de templos del "grupo oeste". Le pedí a mis padres si podiamos coger una hotel por unas horas para seguir durmiendo; llevaba casi día y medio sin comer y el cuerpo todavía me pedía reposo. Entramos en varios hoteles del terror antes de quedarnos en uno que tampoco les hacía mucha sombra, por 300 INR 8 horas, 4 de las cuales pasé durmiendo. Tal cual entré en aquella habitación destartalada y vacia me tiré en la cama y seguí durmiendo profundamente hasta pasadas las 12 del medio dia, tiempo que mis padres emplearon y dar una vuelta por la ciudad vieja de Khajuraho. Cuando volvieron a la habitación acababa de despertarme y estaba dandome una ducha que casi ponía punto y final a las consecuencias del jodido blue lassi de Varanasi. Otra vez con fuerzas y con un hambre para devorar una vaca, nos disponíamos a salir para visitar los templos de Kamasutra cuando...monzón como nunca había visto. En menos de 15 minutos se inundó la calle-ciudad, millones de litros caian por segundo llegando casi a cubrir las ruedas de los coches, mientras los motoristas levantaban las piernas por encima del torrente. Atroz. ¿Que mas podía pasar?. Nos apostamos en terraza de la habitación a disfrutar del espectáculo monzónico. Casi media hora estuvo lloviendo sin parar, hasta que se fue calmando, pero las calles eran intransitables. Como no disponíamos de mucho tiempo, salimos a pesar de todo hacia los templos principales. A tan solo 5 minutos del hotel, se encontraba el conjunto mas impresionante de Khajuraho. Pagamos la entrada (250 INR) y nos metimos de cabeza. Estos enormes santuarios hinduistas, son famosos por su profunda ornamentación tallada en piedra, muestran la vida de hace un milenio: dioses, guerras, muerte, seres mitologicos, animales y contínuas orgías sexuales. Además las sensuales posturas de las mujeres, insinuan sensación de baile que preceden a contínuas poses eróticas. En todo el recinto, había unos 5 templos de incomparable belleza, separados por jardines pulcramente ciudados. Me reconfortó bastante encontrarme con toda esta maravilla después de todo lo que había pasado desde la llegada a Delhi. Recorrimos todos y cada unos de los templos, por dentro y por fuera donder los tallajes se sucedian por todas partes.
Los templos de Khajuraho fueron levantados por la dinastía Chandela allá por el siglo X d.C., para poco después trasladar la capital a la actual Mahoba, con lo cual pasaron desapercibidos para los invasores musulmanes y poco a poco se fueron ocultando entre la maleza y conservándose hasta que fueron descubiertos en el siglo XIX por los colonizadores ingleses...como casi todos los recintos arqueológicos de la India. Tras patearlos enteros, comenzó a llover y con la lluvia un hambre imparabable comenzaba a rugir por los días de ayuno. Salimos del recinto y nos dirigimos a la plaza que está justo en frente, donde reparamos en un restaurante que ofrecía european-indian-italian food...de cabezaaaaaaaa. El sitio estaba lleno de turistas, tomamos asiento, pedimos pizzas y arroz con pollo y devoramos como si no hubiera un mañana. En la sobremesa tuve la sensación de estar casi al 100% recuperado y justo cuando empezaba a disfrutar de ese pensamiento la llamada al váter me arrancó de la mesa. Tranquilidad, no eran mas que efectos residuales, volví a sentarme a la mesa y me fumé un cigarro que me supo a gloria. Como eran casi cerca de las 16 de la tarde, decidimos volver al hotel a recoger las cosas y volver a la estación para subir el tren con destino a Orchha que salía a las 18.20. Dicho y hecho. Regateamos un tuk-tuk por 100 INR y nos plantamos en la estación de Khajuraho, deambulamos por los andenes contemplando la fascinante vida que rebosan en las estaciones de tren de la India, vendedores de las cosas mas inverosímiles, vacas, familias enteras durmiendo al pie de las vías esperando el tren, perros, mendigos...A las 18.20 en punto subimos al tren con destino a Agra, nos dirigimos a la clase sleeper y nos sentamos a contemplar el espectacular paisaje del estado de Madhya Pradesh a través de un enrejado sin cristal que constituía la ventana. En este tren conocimos a Shiko, una chica china de 23 años que viajaba con sus amigos en second sitting porque no había mas billetes, y como se negaba a ir hacinada se habia colado en sleeper a pesar de que el revisor la perseguía continuamente. Empezamos a hablar de nuestro viaje por la India. Era muy simpática y se reia constantemente, fuimos hablando todo el viaje hasta Jhansi a pesar de que cada poco llegaba el revisor indignado para intentar echarla...pero no habia manera. Ella le replicaba sin amedentrarse. "Comportamiento de tigre, nunca de oveja" decía ella, recordando los consejos de su abuela. Le dije que no me importaba compartir litera con ella y así no la podrían echar. Aun hoy mantengo el contacto con Shiko, hablamos cada poco vía facebook a pesar de estar prohibido en China. Nos despedimos en la estación de Jhansi, cerca de las 23 de la noche, tras intercambiar teléfono, face y hotmail. En la misma estación contratamos un tuk-tuk por 250 INR que nos llevaría a Orchha, un pequeño pueblo a 23 km de la estación de tren.
El viaje fue de todo menos tranquilo, el conductor recorrió los 23 km a mas de 90 por hora, en ese carromato que tiene poca o ninguna sujeción en las curvas, además ni siquiera aminoraba cuando se cruzaban rebaños de vacas en el arcén y se pasaba al carril contrario obligando a los demás coches a echarse a un lado. Nos dejó a la puerta del hotel The Orchha Resort, un autentico remanso de paz y tranquilidad con todas las comodidades, piscina incluida por 7 euros la noche con desayuno incluido. Botones, zumo de bienvenida, aire acondicionado, plasma, agua caliente...no imaginaba nada mejor para recuperarme del todo y poner un poco de relax a nuestros primeros días. Nos duchamos y nos metimos en la cama cerca de la una de la mañana...al día siguiente pensaba devorar una vaca en lugar de desayunar.
Nos despertamos cerca de las 10.30, despues de 9 horas y media de descanso absoluto. Nos vestimos y fuimos al increible desayuno buffet...siento decirlo pero en mis viajes creo totalmente necesario pegarse estos pequeños lujos (7 euros al día ojo eh?) para recuperar fuerza y ver el país desde el punto de vista del bienestar. Desayunamos cereales, tostadas, tortillas al gusto recién hechas, café, té... y decidimos parar porque si no aún seguiriamos allí comiendo a dos carrillos y con dos manos. Tras ello volvimos a la habitación y fuimos echar un vistazo a las instalaciones del hotel. Tenía unos jardines inmensos y muy bien cuidados, con una enorme piscina en medio de las habitaciones. Y por encima de todo ello, sobresalian los enormes cenotafios justo al pie del hotel en medio de la jungla. Increible. El hotel estaba situado al borde la ribera rocosa del rio Betwa, y a su vera se alzaban los inmensos y serenos chhatris, propiedad de los antiguos gobernadores de Orchha. Paseamos entre ellos, mientras los lugareños se bañaban en el rio y hacian ofrendas...desde luego aqui el agua era mucho mas limpia que el Ganges a pesar de ser su afluente, aunque aún distaba bastante de ser cristalina, pero de no estar nublado me hubiese pegado un baño de buena gana.
CHHATRIS JUNTO AL RIO BETWA
LOS CHHATRIS DEL RIO BETWA
Al poco salimos caminando en dirección al conjunto monumental de Orchha, por lo cual es famoso este pueblo, entre otras cosas. Pasamos por la entrada de la Reserva Natural, que recorreriamos el día siguiente si el tiempo lo permitía. A casi un km de distancia se encontraban los templos y palacios de los antiguos rajás Bundela, un conjunto tan monumental e impresionante que hacia sombra casi hasta el mismísimo Taj Majal. Y practicamente desconocido. Cruzamos el puente de granito que da acceso a ellos, pagamos la entrada custodiada por algún santón hindú y nos adentramos al enorme Jehangir Mahal. Este palacio, representación de la arquitectura islámica medieval es algo acojonante, repleto de estancias al aire libre, pasarelas, torreones, diferentes niveles con vistas tanto al interior como al exterior y rodeados por la jungla y otros templos centenarios diseminados por una vasta llanura a rebosar de vegetación. Recorrimos el palacio entero, sacando fotos desde sus atalayas, con el espectacular templo Chaturbhuj, en lo alto de la ciudad de Orchha, entramos en los establos, en el cercano Raj Mahal y en los templos hinduistas que reciben cada año a cientos de peregrinos. Total que recomeindo encarecidamente la visita a este pueblo remoto y aún hoy desconocido para muchos.
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