Salimos de Barcelona el 29 de Julio de 2014, a las 12.00 del medio día con la compañia Turkish Airlines (588 e/pax). Tras tres horas de vuelo y una escala de casi cuatro horas, volvimos a despegar en el aeropuerto de Attaturk con destino a Delhi. Con puntualidad británica y tras un viaje de ver una peli tras otra, aterrizamos en el aeropuerto Internacional Indira Gandhi a las 4.20 de la mañana, con una diferencia horaria de 3 horas y media respecto a España. Pasamos el control de pasaportes sin mayor problema, recogimos las maletas, cambiamos 20 euros, a una conversion de 75 INR con comisión, y salimos directamente al chiringuito de taxis prepago, donde nos pidieron 400 INR por llevarnos al hotel, situado en PAHARGANJ -OLD DELHI-, a 23 km del aeropuerto. Aqui ciudado porque cuando te diriges al taxi, aparecen unos cuantos indios amables que, si darte opción, casi te arrancan las maletas de las manos para ayudarte y luego pedirte dinero a través de la ventanilla cuando ya estas metido en el coche. El taxi era un híbrido entre coche y tuk-tuk, una especie de carromato achatado que nos llevó al hotel. Durante el trayecto empezó a amanecer, la humedad era muy alta pero el calor todavía no. Había vegetación por todas partes, y lo que me sorprendió fue que vi a bastante gente haciendo running, tanto civiles como militares. Una vez que entramos en la ciudad, la atravesamos por grandes avenidas en dirección a la vieja Delhi, donde los monos campaban a sus anchas. Aún no había mucho tráfico, pero claro tan solo eran las 5 y pico de la mañana. Entramos en la vieja Delhi y todo empezó a cambiar. Basura por todas partes, olores indeterminados, calles sin asfaltar, vacas, gente, perros, millones de cables sobre tu cabeza... Paharganj es un auténtico suburbio, similar a los que hay en las grandes ciudades del sudeste asiático. Llegamos al hotel, a pesar de que tuve que guiar al taxista hasta la ubicación exacta gracias a una aplicación movil. Bueno, exctamente nos dejó en una calle principal y fuimos con las maletas a través de una callejuela directos al hotel, trayecto suficiente para que a mi madre le horrorizace aquel lugar



Seguimos caminando hasta el Fuerte Rojo cuya entrada está al final de Chadni Chowk. Atravesamos sus enormes murallas de arenisca roja por la Puerta de Lahora, orientada hacia Pakistán, segunda ciudad en importancia durante el imperio Mogol. Recorrimos el fuerte protegiendonos del calor en los pabellones que hay dentro de sus murallas. La verdad es que no me impresionó mucho, lo mas destacable en mi opinión es su murala y las puertas que dan acceso a el. Por lodemas solo sirvió de escape al calor y el buccilio de la vieja Delhi. Dr aqui segimos caminando hasta la mezquita Jama Masjid, la mas grande de la India que rivaliza con la de Fatehpur Sikri. La mezquita del viernes, como se la conoce, tiene capacidad para 25000 personas y esta situada en Old Delhi, mayoritariamente musulmana. Como el calor empezaba a agobiar buscamos un "restaurante" en las inmediaciones de la mezquita para tomar un refresco. La verdad que la ciudad de Delhi es bastante dura, el calor, el ruido, la basura y la miseria hace que en ocasiones sea dificil transitar por sus calles destartaladas. Por esta razon quizas mucha gente que llega a la India, evita Delhi desde el munuto cero, a pesar de los grandes monumentos, mercados y templos que presenta la ciudad. No en vano, apenas vimos turistas, ni siquiera en los puntos monumentales mas importantes como el Mausoleo de Humayun o el Templo de Loto. Una vez que recuperamos fuerzas decidimos volver al hotel a descansar, recordad que emplamamos el segundo día directamente sin dormir. Una hora después llegamos caminando al hotel, donde el calor crecía. Compramos una botella de agua fria y subimos a la habitación con el aire acondicionado a tope.
Dormimos un par de horas, coincidiendo con las horas centrales del día y salimos de nuevo, primero paramos a comer en uno de los restuarnrtes a pie de calle en Main Bazar, una calle donde venden todo tipo de artesanías de TODA la India y con los mejores precios de TODA la India. Pedimos noodles con pollo, y dos de arroz tambien con pollo, agua y cerveza (600 INR). En cuanto terminamos salimos rumbo a Connaught Place, relativamente cerca de Paharganj. Aqui la cosa ya empezaba a cambiar drásticamente, aceras, largas avenidas, jardines, edificios nuevos y habitables...en fin la Nueva Delhi, atrás dejábamos la locura de la vieja Delhi. Llegamos a CP, como lo llaman los locales, a través del círculo exterior hasta el la plaza central, atravesando casas blancas repletas de tiendas y restaurantes elegantes. Caminamos hasta el parque donde ondeaba una inmensa bandera de la India. Aquello ya parecía otra cosa y se reflejaba en la cara de mis padres. Por suerte se había nublado completamente y la temperatura era agradable, además ya estábamos cerca del atardecer. Decidimos caminar hasta la Puerta de la India, a una media hora caminando. Cruzando avenidas de tráfico caótico donde te jugabas la vida para cruzarlas. Los jardines que rodeaban India Gate, estaban hasta la bandera de familias haciendo picnic, pasando la tarde y reuniéndose con familiares y amigos al atardecer...todos ellos con sus mejores galas, ellas vestidas con saris megacoloridos, niños y niñas vestidos de principes y princesas y ellos con camisas blancas nucleares impolutas. Y lo mas importante, todos se querían fotografiar con nostros, aunque fuese nuestra cámara. Bien entrada la noche, decidimos volver en tuk-tuk a la zona de Main Bazar para cenar. Regateamos la vuelta por 40 INR y nos dejó justo en la entrada de la calle. Caminamos hasta la plaza donde están todos los restaurantes con terrazas en lo alto y entremos en uno de ellos, así al azar. Buenos precios, limpio y unas vistas increibles de toda la zona, y además cerveza y milkshakes de todo tipo de frutas. Cenamos tranquilamente mientras veíamos la vida en la plaza, coches pitando, vacas, barullo, puestos de comida, gente arriba y abajo...estábamos en Delhi por si aún no nos había quedado claro. Alli conocimos a dos chavales que terminaban su viaje India Nepal y se iban al día siguiente a recorrer Tailandia y Camboya...qué envidia poder viajar durante dos meses, algún día pensé. En cuanto terminamos, nos despedimos y bajamos a la calle a recorrer las inmediaciones y callejuelas aledañas. Muchas de las calles estaban sin asfaltar y medio innundadas, y era un contibuo de tiendas de especias y puestos callejeros donde se vendía desde frutas y verduras hasta recambios de coche. Al cabo de un rato, el cansancio empezaba a hacer mella en nosotros y decidimos irnos al hotel a dormir. Eran cerca de las 22 y al día siguiente nos esperaba un día duro.


A la mañana siguientenos levantamos pronto y el plan del día era ir a recorrer parte de la Nueva Delhi...esperando que las impresiones en esta parte de la ciudad fueran algo mejores. Decidimos ir en metro hasta Qutub Minar, cogiendo el metro en la cercana parada de New Delhi station, donde tambien se ofrece el aservicio Airport Express directo al aeropuerto. Pasamos las vias del tren y llegamos la estacion, compramos en la taquilla tres bonos de ida (107 INR). El bono del metro se rige por distancias, y cuanto mas lejos mas caro, lo cual si lo piensas es lógico para una gran urbe con 18 millones de habitantes. Fuimos hasta las vias del tren, reparando en que había una seccion de vagones exclusivamente para mujeres, para evitar posibles acosos o algo peor. Entramos en un vagón mixto donde las mujeres que allí viajaban iban acompañadas por hombres en todos los casos. En fin, Increible India. Todo esto sin mecionar que cada vagón iba de gente hasta la bandera y todos ellos mirándonos descaradamente de arriba a abajo. El trayecto, de pie, duró algo mas de 40 minutos y la última parte al aire libre, es decir, en plan skytrain de Bangkok. Cuando bajamos, nos vimos en medio de una autopista rodeada de jungla y vacas. ¿Y ahora que? según el GPS seguimos una dirección determinada y pensando por qué narices llaman a esta estación Qutub Minar cuando el recinto arqueológico está a tomar vientos de allí. Caminamos bajo el sol a 40 grados, con un tráfico infernal hasta que por fin vimos la indicación correcta. Llegamos a la entrada al tiempo que comenzaba a nublarse... gracias a Dios. Pagamos la entrada -250 INR- y allá fuimos. Este complejo es un recinto arqueologico construido por sultanes. Entre todo ello, destaca la porpia Qutub Minar, una torre de 73 m de altura erigida para conmemorar la vitoria sobre los hindues. Consta de 5 niveles, alternando arenisca y versiculos del Corán tallados. A los pies de ella, se extiende la que fue la primera mezquita de la India, con invreibles tallajes sobre sus muros. El recinto es bastante grande y situado en un entorno tranquilo y alejado de la locura de la ciudad. También vimos Alai Minar, otra torre pensada para ser el doble de alta que la primera pero solo consta de un nivel, ya que ninuguno de los sultanes posteriores se arriesgó a financiar esta extravagancia. Al cabo de hora y media mas o menos, decidimos volver a la ciudad, pero esta vez a visitar solo lo más emblemático. Tras mucho regateo en la entrada del complejo conseguimos un taxi a los Jardines Lodi por 400 INR. El taxista nos comentó muchas cosas a cerca de su familia, su alimentación, como que solo se alimantaba de leche de bufala y cebolla...que vivian 13 personas en la misma casa...que tenia 45 años y no tenia ni una cana...conversaciones típicas para romper el hielo


JARDINES LODI

De allí nos fuimos por 40 INR al Mausoleo de Humayun (250 INR), impresionante tumba de arquitectura mogol precursora del Taj Majal. El templo, está rodeado de jardines muy bien cuidados que tambien albergan pequeños mausoleos. Hacía un calor y humedad infernales, asi que una vez pasada la gran puerta que se abria al templo nos quedamos un buen rato a la sombra observándolo. Es igual que el Taj Majal pero en color rojo y por supuesto sin sus cuatro minaretes rodeándolo. Entramos en su interiror, visitando sus tumbas hasta que el hambre o mas bien la sed nos decidieron a marchar. Ya en la salida contratamos un tuk-tuk que nos llevó al Indian Bazaar, donde comimos en un restaurante indio. De allí callejeamos por los alrededores hasta que decidimos irnos al Templo de Loto. Regatemos hasta 120 INR por llevarnos a los tres y, segun el conductor, bastante lejos de allí, lo cual pudimos comprobar porque tardamos como media hora en llegar a su entrada. El mismo tuktukero nos dijo que esperaría a que saliésemos para llevarnos al hotel por 100 INR si accedíamos en el trayecto a visitar un par de emporios por los que el se lleva una comision, compremos algo o no. Esto sale en la Lonely Planet, pero como ya deben estar al tanto, te lo confiesan, asegurándote que no es necesario comprar, pero que ellos solo por llevar turistas se llevan algo...y la verdad que siendo así, no nos importaba para nada dedicar unos minutos a ver la carísima artesanía india que se puede por encontrar por mucho menos dinero en los puestos callejeros. El templo de Loto es una moderna construcción en el sur de Delhi que tiene forma de flor de Loto (de ahi su nomnbre jeje) y da una idea de la buena convivencia de todas la religiones en el país, ya que todos, absolutamente todas las personas, sean de la religión que sean, pueden acudir a rezar, orar, meditar...a este templo que carece por completo de representaciones religiosas. Es bastante enorme y merece la pena verlo, tanto el templo en si, como a todas las personas que estaban allí rezando. Los visitantes entran en su interior por tandas para que no se sature y el que quiera se puede quedar en su interior rezando. Justo cuando estábamos dentro empezó a llover y como nuestra intención no era rezar, salimos bajo la lluvia caliente de vuelta al tuk-tuk. Le dijimos al conductor que no nos apetecia ir a ver nada, que era nuestro segundo día en Delhi y que nos llevase al hotel, a lo cual accedió finalmente. Tardamos como 45 minutos-1 hora en atravesar la ciudad. La conducción es bastante temeraria, en las carreteras de la india no hay leyes de ningun tipo, ni códigos de circulación, es un poco como si los sueltas a todos y les dices...tonto el último, y venga a la locura, y todos pitando sin parar, motos, coches, carros, tuk-tuks, vacas, rickshaws, perros y todos con preferencia



MAUSOLEO DE HUMAYUN Y TEMPLO DE LOTO
Una vez en Paharganj, caminamos por Main Bazaar hasta la plaza, paramos en una agencia de viajes donde ofertaban transfer al aeropuerto por 350 INR y lo contratamos sin pensarlo. Seguimos hasta la plaza y subimos a uno de los muchos restaurantes con terraza en la azotea y cenamos mientras observábamos como transcurría la vida desde lo alto. Hicimos una larga sobremesa antes de dar una vuelta por el bullicioso barrio, entre tenderetes de verduras, frutas y demás comida fresca del país. Después volvimos al hotel para dejarlo todo preparado para el día siguiente. Nos venían a buscar a las 8.30 y nuestro vuelo salía hacia Varanasi a las 10.30, asi que nos metimos en la cama cerca de las 23.00 de la noche, con ciertas ganas de dejar atrás la locura de Delhi y conocer una de las ciudades mas sagradas del hinduismo y de la que todo el mundo recalcaba como imprescindible en cualquier viaje a la India.
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