Eran las 8:30h cuando nos vinieron a recoger en una minivan.

Tras recoger a más gente por los hoteles pusimos rumbo al Doi Inthanon National Park, en donde se encuentra la montaña más alta de Tailandia, el Doi Inthanon.
La hora y media de camino se hizo muy amena pues coincidimos con una pareja vasca y un chico granaíno, y pasamos todo el trayecto explicándonos nuestras vivencias!
El día estaba bastante nublado, pero al llegar a la entrada y bajar del vehículo comenzó a diluviar!

A pesar de la inoportuna lluvia, el paseo fue precioso pues, oye, tiene su encanto estar rodeado de espesa vegetación y aquella manta de agua cayendo! Eso sí, apenas tenemos fotos porque corríamos el riesgo de que cámara y móviles se mojasen demasiado.

El camino es circular con lo que es complicado perderse, aun así, creo que nos desviamos y nos metimos justo por el tramo que la guía nos había desaconsejado…

Finalizado el paseo, nos dirigimos a ver las pagodas del Rey y la Reina. Son 2 pagodas enormes en homenaje a los omnipresentes reyes; alrededor hay algunos miradores y cuidadísimos jardines. Sinceramente es la visita que me resultó más indiferente.

Al fin había dejado de llover y nos llevaron a un poblado Karen en donde pudimos ver las construcciones típicas de madera elevadas…,me sensibilizó ver estas condiciones de vida, aunque ya lo he visto en otros países. Increíble ver como tejían los vestidos y fulares, yo no aguantaría ni medio segundo en esa posición!
Ya era la hora de comer, así que nos llevaron a un restaurante cercano a una cascada espectacular.
La comida muy rica: sopa, verduras al estilo chino, arroz, pollo asado y piña natural de postre.
Durante la comida aprovechamos para entablar conversación con el resto de compañeros de excursión, que venían de lugares tan exóticos como Malasya, Corea o China. Y qué mejor conversación a la mesa que explicar la gastronomía típica de nuestro país! Fue un rato de lo más entretenido, y didáctico!

Para bajar la comida nos acercamos a la cascada y la bordeamos pasando por algunos miradores…qué caudal y con qué fuerza cae el agua! Asombroso!
Esto fue lo último que vimos pues ya emprendimos el camino de regreso a Chiang Mai.
Nos despedimos de nuestros compañeros por un día, y nos fuimos como locos a la habitación en busca de los bañadores para ir a la piscina. Paradójicamente, en la ciudad había mucho sol y calor!
Tras el relax y posterior acicalamiento, nos dirigimos al Wualai Walking Street ó mercado de los sábados para los amigos.
Hay días en que se tiene una predisposición especial a las compras, se encuentran artículos inmejorables y a muy buen precio…pues, por suerte para nosotros, este era uno de esos días!!!


La entrada al mercado estaba flanqueada por terrazas y puestos de comida, una vez pasada esta zona llegabas a la calle principal del mercado. Nos disponíamos a entrar cuando un puesto de comida me llamó la atención, pues la especialidad eran unas brochetas de champiñones baby con jamón york a la parrilla y con una salsa deliciosa…de lo mejor que hemos probado nunca!


Tanta compra da hambre, y dimos con una zona de puestos de comida, bebida, frutas, helados, etc. con mesas y sillas en el centro donde tomarlo. Desde gyozas (empanadillas japonesas) a brochetas de carne, pad thai, más brochetas de jamón york con champis, espárrago… todo acompañado de unas cervezas bien fresquitas!



Tras varias horas por el mercadillo y cargados de bolsas, decidimos volver al hotel…caminar, caminar, y más caminar… “Qué raro! Esto no me suena de antes, Oscar!” Revisión al mapa…¿dónde estamos?...vamos a seguir caminando un poquito más. Un poquito más y por poco salimos de Chiang Mai!


Era tarde, y al día siguiente nos esperaba uno de los días más divertidos de todo el viaje, aunque aun no lo sabíamos, claro!