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Esta mañana también inauguramos los desayunos del hotel a las 6:00h pues cogíamos un vuelo a las 9:20h con destino a Chiang Mai.
Antes de las 7 ya estábamos montados en un taxi camino del aeropuerto Don Mueang, no llegó a 1 hora de trayecto y creo que el viaje, con meter, fueron unos 320THB + 1 peaje.
La seguridad en los aeropuertos tailandeses nos dejó pasmados pues para acceder al aeropuerto hay que pasar por un arco de seguridad y el equipaje es escaneado y precintado; si sales al exterior para caminar, fumar…, debes volver a pasar por el control al entrar.
El vuelo lo hacíamos con la low cost Nok Air, y su servicio nos dejó con la boca abierta! Puntuales, avión limpio, personal amable, ninguna pega con el equipaje de mano… y lo nunca visto en una low cost española, nos dieron desayuno!! Y estaba rico!!
Al cabo de 1:15 minutos aterrizábamos en Chiang Mai y en poco más ya salíamos con nuestras maletas en busca del cartelito con nuestro nombre, pues esta vez nos venía a recoger personal del hotel, el Raminglodge Hotel & Spa.
Apenas tardamos 15 minutos en llegar al hotel pero fueron suficientes para percibir la atmósfera más tranquila que envuelve a esta gran ciudad del norte.
Respecto al hotel explicar que habíamos elegido una deluxe room de decoración tradicional Lanna, como el resto del hotel, por lo que predominan las maderas de teca con grabados y relieves relativos a la agricultura y ganadería. En cuanto a la limpieza de la habitación decir que el día de entrada no la encontramos muy bien, también tuvimos algún problema con el cierre de la puerta y con la caja fuerte aunque también es cierto que todos estos problemas se solucionaron de inmediato al comentarlo en recepción.
Para el desayuno tenían comida occidental y oriental aunque era totalmente repetitivo y con poca gracia... y pasamos allí 6 días!
El hotel cuenta con una piscina en un edificio anexo, el espacio es reducido por lo que únicamente hay 6 tumbonas y algunas sillas.
El personal del hotel es servicial y amable, en mi opinión este es el gran valor del hotel.
La situación del hotel es inmejorable pues en la misma calle a mano izquierda encuentras el Night Bazaar y, a mano derecha una de las puertas de entrada a la old city, Tapae Gate.
En cuanto llegamos al hotel dejamos las maletas y nos fuimos en busca de un tuktuk, queríamos ir al Tiger Kingdom. En la puerta de nuestro hotel negociamos con un tuktukero que accedió a llevarnos y traernos esperando el tiempo que hiciera falta por 300THB.
La verdad es que estaba bastante lejos y la carretera principal en obras por lo que el viaje en tuktuk fue bastante incómodo y tragamos todo el polvo y humo del mundo!
Llegamos a la hora de comer y creímos oportuno comer en el propio restaurante del lugar para después estar ya tranquilos y pasar todo nuestro tiempo con los tigres. Hay 2 restaurantes, uno a la carta y el otro bufet; comimos a la carta porque los precios eran muy buenos y la comida del bufet no nos llamó mucho la atención.
Las mesas del restaurante están en una terraza desde la que ves a la gente interactuando con los tigres…ya me estaba cayendo sudor frío por la espalda
de pensar que en un rato estaríamos nosotros con los misinos.Se pueden comprar entradas individuales según la edad de los tigres ó pack con varios, que sale mejor de precio; nosotros elegimos un pack para entrar con los bebes, medianos y grandes.
Nos dirigimos a entrar con los bebés, para ello debes ponerte unas chanclas de goma en la entrada a su jaula además de lavar y desinfectar bien las manos pues los gatitos tienen solo 1 mes y medio y en esta época somos más letales para ellos que al revés.
Ya en la jaula el cuidador que nos acompañaba nos indicó qué hacer y qué no y conocimos a nuestro primer tigre…qué cosa más tierna! Qué ricura!!! Y qué revoltoso!!!
No se estaba quieto ni un segundo y no paraba de jugar con los otros tigres! Sinceramente me ponía muy nerviosa ver esos pequeños felinos tan animados porque no sé yo cómo sentaría un mordisquito suyo! 
Fue un rato muy bien aprovechado pues pudimos pasar algo de tiempo con todos los bebes. Hicimos mil fotos y el propio cuidador nos sacó varias fotos con nuestra cámara. Jamás olvidaré a estos pequeñajos. 
La siguiente parada eran los tigres medianos…esta jaula ya era diferente! Comenzaba a chispear con lo que todo era más engorroso porque el tirarte al suelo o tocar el tigre no era tan agradable, pero poco importa esto cuando tienes ante ti estos magníficos animales.
Los tigres medianos tenían 7 meses de vida y pesaban unos 200 kg (cuánto jamón york habrán engullido!
), en la jaula había 4 ó 5 tigres a los que abrazamos, toqueteamos y hasta “mordisqueamos” la cola! Es impresionante estar tumbada encima de un tigre y notar cómo se está acercando otro desde atrás…es una calma tensa, relajada pero alerta, no sé si me explico. El único “arma” de la que dispone el cuidador es un palito tamaño lápiz con el que hace recular al animal, increíble. 
Era el turno de los grandes…2 años de vida y casi 300kg de animalito! Aquí ya desaparece la relajación y predomina la alerta! Bufff, cómo impresionan! Nos subimos en una tarima de madera con 2 ejemplares enormes; los tocamos, nos tumbamos encima solos y en pareja...qué dientes, qué zarpas! Mientras, el cuidador le iba dando “tapillas” con un palo más largo…suerte que el tigre no nos confundió con un snack!!
En otra zona de esta jaula estaba EL tigre, con mayúsculas porque era enooorme! Allí tumbado parecía estar esperando a devorarnos, no tardamos mucho en abalanzarnos sobre él para sobatearlo; parecíamos enanos a su lado!!! Mientras aguardaba a que Oscar me hiciera algunas fotos tumbada encima del gatito, intenté aislarme del entorno y sentir la respiración y el calor que desprendía el animal…qué pasada!!!
Respecto al debate acerca de si están drogados o no, decir que, si bien es cierto que encontramos tigres espabilados y otros adormilados, tampoco podemos olvidar que son animales acostumbrados a la gente y que los felinos son dormilones. No me dió la sensación de que estuvieran drogados aunque, siempre queda la duda.
Oliendo a tigre
y felices como perdices 
, salimos en busca de nuestro tuktuk.Durante el camino de regreso al hotel comenzó a caer un diluvio de esos que caen en Tailandia… entraba el agua por todas partes!
Al llegar a las callejuelas cercanas a nuestro hotel el tuktuk se convirtió en lancha pues el agua cubría parte de este!
Aprovechamos la lluvia para descansar un poco en el hotel pues desde que nos levantamos tempranísimo en Bangkok, no habíamos parado ni un minuto!
En un momento que dejó de llover aproveché para pasarme por una lavandería que vi cerca del hotel y dejar toda la ropa sucia que habíamos acumulado en estos días, el precio brutal: 40THB/kg por lavar y secar; 60THB/kg por lavar, secar y planchar.
Me pareció una calle perfecta para alojarnos pues estaba llena de restaurantes, zonas de masaje, bares de copas…subí emocionada a la habitación explicándole a mi marido la de sitios chulos que había descubierto! Por la noche vimos que la mayoría de locales tenían lucecitas de neón, chicas ligeritas de ropa y ladyboys en la puerta…ohhhh
!!!!Cuando cayó la noche seguía lloviendo, algo desconcertados preguntamos en el hotel el camino para llegar al Restaurante Riverside, nos aconsejaron ir en tuktuk pues el camino era largo. El tuktukero que entró en nuestro regateo era un chico muy simpático que nos iba explicando dónde nos encontrábamos y explicando alguna que otra curiosidad. En un pis-pas estábamos en la puerta del Riverside.
El sitio está muy bien, tiene muy buen ambiente y tocan música en directo! Además de la zona interior tiene varias terrazas pegaditas al rio; cenamos en una de ellas, aunque estaba bastante tapada debido a la lluvia.
La cena estuvo muy bien, Oscar aprovechó para tomar una hamburguesa con patatas y yo, guiada por nuestro camarero, elegí un curry massaman de pollo que estaba delicioso , todo regado con unas estupendas cervezas Chang
! Pasamos allí un buen rato pues el grupo que tocaba era realmente bueno. No nos dio la impresión de estar tan alejados del hotel como nos habían dicho, así que, aprovechando que ya no llovía, fuimos dando un agradable paseíto hasta el hotel.
El 1r día en Chiang Mai había estado muy pero que muy bien!
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