Desayunamos en familia (probamos esa papilla típica del desayuno) y quisieron enseñarnos un lago que hay cerca de su casa, así que allá fuimos. Nos sacamos unas fotos juntos y dimos un agradale paseo mañanero.
Es el último día de ruta, toca entregar el coche, y en esas nos enteramos de que hay que hacerlo al mediodía, pues tienenen cuenta la hora a la que lo recogiste, así que abandonamos la idea de mostrar nuestros respetos a Rob Roy, así como la de ver el lago Katrina. Nos dirigimos directamente a Glasgow, bordeando el Loch Lomond en su vertiente oeste. Si veíamos un pasaje que nos gustaba, parábamos. En una de esas café, y continuar. No queríamos llegar con el tiempo muy justo, porque ya tuvimos la experiencia callejear por Glasgow, y no llevábamos GPS, aunque sí algunas fotos de google maps. Todo fue bien y nos fuimos acercando mucho a la nave de Arnold Clark, pero estando muy cerca no conseguíamos ubicarnos. Empezamos a sentirnos como el primer día cuando no había narices de encontrar el hostal. Preguntamos a un señor que iba en coche pero no tenía ni idea. La cosa se empezaba a torcer, y de repente aparece el mismo señor a toda velocidad y en extraña maniobra hasta plantarse a nuestra altura: follow me. Nos llevó hasta la calle de Arnold Clark. Sí, Escocia es así

Entregamos el coche, ningún problema, aunque de todas formas le hice el seguro a todo riesgo sin franquicia. Un empleado nos llevó hasta la estacíon, y ahí cogimos el tren a Edimburgo. Menudo timo, casi 34 LIBRAS dos billetes para un trayecto de 65km. Pero bueno, para lo caro que es Escocia nos estaba saliendo bastante bien la bolsillo, así que nada, con ciertas cosas cuentas. Cogimos un taxi al alojamiento porque el cansancio era ya bastante, y estábamos deseando llegar, darnos una ducha y cocinar algo elaborado.
En Edimburgo nos alojamos en un apartamento vía airbnb, en Roseburn Street, situado a unos 10min andando de Haymarket. La ubicación no era céntrica pero Edimburgo es pequeño y en esa zona era llano, en el centro estábamos en 20-25 min a pie, así que no estaba mal. Estuvimos allí 5 noches y muy a gusto.
Ya era casi de noche, decidimos que nos merecíamos un descanso, y nos quedamos en casa. Comida caliente, café, ducha, peli y manta.