Nos levantamos sin prisa y vamos de nuevo al supermercado junto al hotel, donde cogemos galletas y leche para desayunar en la cocina que hay en el hotel para los huéspedes. Está muy bien. Tiene lo básico para cocinar e incluso tiene restos básicos que han debido ir dejando los húespedes, como aceite, sal, etc. El único requisito es que lo dejes todo como estaba.
Cogemos el metro en Schottenring hasta Stephanplatz, donde visitamos la catedral, la parte que se puede ver gratuitamente. Dando un paseo por los alrededores hemos llegado hasta la casa de Mozart, pero no la hemos visitado por dentro, pues según nos han dicho no merece la pena.
Volvimos al Hohermarkt, para ver si veíamos desfilar los muñecos en el Ankeruhr. Pero es demasiado pronto, así que cogemos un bus que nos lleva a Schottentor y desde ahí el tranvía 38, para ir a Grinzig.
Grinzig es un pueblecito a las afuera de Viena que ya forma parte de ésta como un barrio del extrarradio. Tiene casitas pequeñas y muchas Heurigen, que son tabernas típicas donde se come la gastronomía local, se beben los vinos jóvenes que ellas mismas producen, y se puede escuchar música en directo. Lo de la música es por la tarde, a partir de las 18horas. Al ser víspera de Nochebuena y por la mañana, muchas de las tabernas se encentran cerradas.
Comemos el menú del día en un sitio llamado Neuland. No es para nada una taberna, pero el menú está muy bien y el camarero es muy amable. Definitivamente, si vais a Viena, intentad comer de menú del día. Es lo más barato y más completo.
Cogemos el tranvía de vuelta y vamos hasta Schonbrunn, para ver el castillo por fuera. Los jardines prometen en primavera, pero ahora mismo están muy desangelados. Aun así, las vistas desde la parte de arriba están muy bien (¡y hay wifi como os dije!).

El día está frío, así que para entrar en calor nos tomamos dos chocolatitos calientes en el mercadillo navideño que hay en la entrada. No más punsch en este viaje.
Aprovechando que tenemos el bono de dos días, volvemos al hotel para descansar un ratillo.
Después vamos al MAK, el Museo de las Artes Aplicadas, que es gratis los martes de 18 a 22 horas según hemos visto en la página web y que además tiene una exposición de Adolf Loos y de Josef Hoffman, sucesores de Otto Wagner, que nos interesa ver. En este museo se encuentra también el cuadro de Klimt El Árbol de la Vida.
Volvemos al hotel y cenamos en un chino cercano que se llama Flugfisch (Untere Augartenstrasse, 1-3). Se cena mucho y bien con el menú. Después de la cena nos vamos a pasar nuestra última noche en el hotel.
GASTOS DEL DÍA
Leche (1 litro) y galletas, 2,14 euros
Comida en Neuland, 2 menús (sopa del día+schnitzel) y 1 cerveza de 0,5L, 18,90 euros
Dos chocolates calientes, 6 euros
Ropero MAK, 70 cents/persona
Cena en Flugfisch, 1 yaki soba, 1 menú (ensalada, sopa miso, 4 sushi y 4 maki, 1 salmón teriyaki, 1 noodles fritos), 2 botellas de agua, 17,60 euros (el menú sólo fueron 6,90 euros)