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CAMINAR ENTRE VOLCANES: DESDE EL REFUGIO DEL PILAR HASTA FUENCALIENTE
(Tramo del GR 131 o "Sendero del Bastón")
Hoy era el día.
Hoy tocaba “LA RUTA”.
Así, con mayúsculas. ¿En qué otro lugar podrías caminar sobre una dorsal de volcanes activos en época histórica? Forma parte del sendero al que llaman “El Bastón” por su forma al contornear caldera y dorsal. Debe ser una gozada completarlo haciendo acampada.
El tramo de hoy lo encontrarás frecuentemente como “Ruta de los volcanes”. Al ser lineal, requiere algo de estrategia. Sopesé situar vehículo al final pero encontré más práctico servirnos íntegramente de transporte público. Al Refugio del Pilar no llegan las guaguas. Existen agencias que acercan a los excursionistas hasta allí (Natour, Tanausú, La Palma Natural, Oasis entre las más nombradas). En algunos casos se incluye el servicio de guía que encuentro innecesario dada la buena señalización del sendero. Particularmente prefiero un poco de lectura previa e ir a mi aire. El transporte con agencia puede ser una buena opción para una sola persona. Para mi grupo de cuatro encontré que lo más ventajoso era:
-Guagua al Centro de Visitantes de la Caldera de Taburiente, cerca de El Paso. Es la parada más próxima al refugio.
-Taxi, previamente pactado, que nos esperó puntual en el Centro de Visitantes y nos acercó al refugio por 12 € / trayecto.
-Al terminar, guagua desde Fuencaliente-Los Canarios al punto de partida, Santa Cruz en nuestro caso.
Hay quien lo resuelve haciendo parcialmente ruta de ida y vuelta. No me parece buena idea pues el inicio es un ascenso moderado de 5 Km entre pinares que depara buenas vistas hacia Los Llanos de Aridane pero se tarda en ver volcanes, la esencia de la ruta.
La dureza del sendero es moderada. Los puntos a tener en cuenta son la duración (17 Km, y 5-6 horas ampliables otros 7 Km, 2 horas si se desea llegar hasta los faros y salinas de Fuencaliente), el ascenso inicial y algún otro a lo largo de la ruta, el firme de lapilli en el que se hunden los pies dificultando el avance (los corredores de la Transvulcania no deben de ser de mi misma especie) y la escasez de fuentes. No obstante, la encontré más arbolada de lo que había esperado, sombreada al principio y al final y con pinos dispersos en toda la ruta que hacían un bonito contraste sobre el gris oscuro del lapilli.
Ver aparecer de improviso el primer cráter te dejará sin aliento (el tramo de ascenso inmediatamente anterior ayudará también
). A partir de aquí las aberturas volcánicas se irán sucediendo casi a cada paso a uno y otro lado del camino. De cuatro de ellas conocemos la fecha de la erupción. Si sientes curiosidad, en la guía de Pedrianes y Martín puedes encontrar una detallada enumeración de las bocas que nos irán saliendo al paso, aderezada con alguna crónica histórica incluso. En mi memoria, el inquietante Hoyo Negro y el Volcán Martín con sus rojizos.
La ruta debe ser más dura y me figuro que bastante concurrida en verano. Yo la conocí con esta magia.
Las nubes acudieron puntuales a su cita con la isla de cada mañana, creando por momentos el efecto de humo saliendo de las bocas revividas. Fue muy curioso divisar las islas de Tenerife, El Hierro y La Gomera asomando por encima del mar de nubes desde esta atalaya.
En Los Canarios, dada su posición estratégica sobre el GR 131, encontrarás bastantes servicios para el senderista, como los bocadillos a la plancha del bar Parada, famoso también por sus dulces palmeros. Hoy nos hemos ganado un café con trucha de almendra.
La Propuesta “mini” para caminar entre volcanes es recorrer el tramo de fácil bajada que va desde los Canarios hasta los faros y salinas de Fuencaliente (7 Km, 2 horas) y regreso en guagua. Nadie debería perderse este recorrido. Si las horas de luz o las fuerzas no dan para más se podría situar en un día diferente, como hicimos nosotros, lanzándonos a conquistar el gran sur desde el mismo aeropuerto la tarde de nuestra llegada y sin deshacer las maletas. Dicen que está muy bonito cuando la primavera pone notas de color en las cenizas. Yo lo conocí con los ocres de las viñas dorando las laderas y precioso también.
A por la contera del bastón. El camino cuenta con muchos alicientes. El primero, el volcán de San Antonio con su centro de interpretación. No nos importó pagar entrada y que lo conserven. El sendero-mirador que ciñe su cráter, con vistas al interior y al Teneguía merece mucho la pena.
Cráter de San Antonio con el pueblo de Los Canarios al fondo.
Volcán Teneguía desde el San Antonio.
Al lado mismo de la entrada al Centro de Interpretación se retoma el GR-131 comenzando un descenso entre huertas y viñedos por la ladera sur del San Antonio. A la derecha se recortará sobre el mar el Roque Teneguía, que debió tener gran significado para los Auaritas y al que dejamos tranquilo en espera de que una necesaria intervención delimite los caminos y proteja su frágil patrimonio arqueológico.
Esta formación rocosa dio su nombre al volcán que irrumpió en 1971 ampliando la superficie de La Palma en unos 2 Km cuadrados. ¡Estás ante el paisaje más joven de España! Nos acercamos respetuosamente al Teneguía sin abandonar los senderos ni olvidar que transitamos por ecosistemas frágiles, a pesar de la sensación de fuerza que transmiten.
Y un poco después, nuestro destino a vista de pájaro.
Las lavas del Teneguía respetaron milagrosamente este rincón en el que sigue extrayendo la sal a la manera tradicional. Con las últimes luces del día, tomo unas fotos de estos supervivientes antes de comprar varios paquetes de flor de sal –fáciles de transportar- que harán estupendo papel como regalos. Los hay al vino, al mojo…Esos cristales con un leve tono de color pueden poner la nota original en algún manjar. ¡Llevar a los amigos más cocinillas puede ser una inversión!
Es importante llevar anotados los horarios de paso del autobús a Los Canarios. Tomamos el último del día que partió puntualmente a las 17:45 de la explanada junto a los faros.
¿Qué hacer tras la caminata?
Lo suyo es visitar una bodega. ¿Recuerdas los viñedos centenarios dorando las laderas del volcán San Antonio? Esos terrenos tienen que dar caldos muy especiales. Y el sol, y los aromas de la madera de pino canario para las barricas…Habrá que probarlos ¿No? Elegimos un malvasía de Bodegas Teneguía, la joya de los vinos palmeros a base de variedades de uva desaparecidas en Europa a raíz de la plaga de filoxera. Inglaterra se rindió hace siglos al néctar ambarino de La Palma y Shakespeare y Lord Byron han cantado sus virtudes. Se trata de un vino naturalmente dulce. No te quedes en lo de vino de postre. Sírvelo con un paté y triunfarás.
Para que vayas estudiando cual puede ser el tuyo: www.vinoslapalma.com/
Y la cena-homenaje
En La Casa del Volcán, sin duda. Acogedor, todo rico, bien servido y bien de precio también. Nos encantó. Pedimos platos palmeros para compartir y repetimos el queso canario con miel. De postre, bienmesabe. Lo sirven con helado y el contraste es interesante. Solo para golosos profesionales ¿Eh?
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