Como nuestro vuelo no salía hasta las 14:10 h pues nos levantamos tranquilamente y desayunamos y terminamos de hacer la maleta. A las 12 llegó nuestro taxi y nos fuimos al Aeropuerto. Llegamos a nuestra terminal de Satélite en Metro y nos sentamos a esperar sin que mi chico se pasara antes por su sala de Business (viaja frecuentemente con Emirates) para sacarnos unas bebidas. Salimos con unos 20 minutos de retraso de Madrid. ¡Que nervios!
En el avión nos sentamos dos y dos. Como el avión no iba lleno pues nadie se sentó a nuestro lado, por lo que genial.
El vuelo muy bien, tranquilito. Había pocas pelis en español lo que era un poco rollo. La comida muy rica y a nuestra pequeña Luci le llevaron menú infantil que moló.
Llegamos a las 12 de la noche a Dubái.


Nuestro primer flipe fue ver a todos los hombres vestidos con sus trajes típicos que se llaman kandura en el control de pasaportes. Por sorpresa nos tocó una mujer (vestida con su abaya).
Pasamos el control y nos fuimos hacía los taxis, dónde cogimos uno de “mujeres”. Significa que lo conduce una mujer y que está reservado para mujeres y familias. Me senté delante junto a ella y nos fuimos dirección hotel. El viaje pues otro flipe porque era nuestra primera visión del Dubái de noche. Hasta que vimos a un taxista conduciendo, sujetando con las dos manos su móvil sin mirar a la carretera. ¡Qué locura!
Llegamos a nuestro NOVOTEL AL BARSHA de 4 estrellitas e inaugurado en 2012. Habíamos pillado una oferta por lo que nos salió muy económico.
