Los Ángeles (19 y 20 de mayo) ✏️ Diarios de Viajes de USA

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Antes de empezar a narrar esta etapa, me gustaría decir que los Ángeles nos tenía bastante intrigados, ya que habíamos leído en muchos foros que no merecía la pena. Sinceramente, tras haberla visitado, sí que es cierto que no tiene cosas realmente impresionantes, pero me parece que tiene sitios tan míticos que es obligatorio visitarla (como el Paseo de la Fama en Hollywood, o las casetas de Los Vigilantes de la Playa en Santa Mónica). Vamos que estoy totalmente en contra de las personas que dicen que no merece la pena. De hecho, si hubiese tenido más tiempo, me hubiese quedado un día más para poder ir a la Universal.

El problema que realmente hay de fondo es el transporte y la extensión de Los Ángeles, ya que es inmensa y los taxis son prohibitivos. En realidad no es una sola ciudad, sino un conglomerado de ciudades independientes con casas unifamiliares, cuasi-autónomas, cada una con sus propios servicios (por ejemplo Bel Air tiene ayuntamiento, policía o transportes propios, al igual que pasa con Santa Mónica, con Hollywood, etc). Por eso no hay un transporte público único que entrelace todas esas ciudades de una forma útil.

Parece entonces que la única posibilidad que queda es alquilar un coche... con el problema de atascos, riesgo de conducir en una ciudad desconocida, pagar la gasolina, buscar aparcamiento o pagar parkings en las zonas turísticas...

¡¡¡Pues no!!! Nosotros, a sugerencia de una chica americana que conocimos un autobús y aprovechando que teníamos una SIM americana de Red Pocket para nuestro teléfono, nos movimos utilizando UBER[u], combinado con el transporte público en algunos sitios puntuales. Sin duda Uber fue el gran descubrimiento de nuestro viaje, y nos permitió movernos por muy poco dinero y con total despreocupación para ver todo lo que queríamos, tanto en Los Ángeles como en Miami.



MARTES 19 de MAYO.

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A las 09:30 de la mañana aterrizábamos en los Ángeles, cogimos el autobús Flyaway y nos dejó en Hollywood, no demasiado lejos de nuestro hotel: el Best Western Hollywood Plaza, que fue sin duda el peor hotel de nuestro viaje, y en el que no nos libramos de un apestoso olor a cenicero por culpa del suelo de moqueta, ya que no conseguimos una habitación de no fumadores...

Comimos algo en Hollywood y cogimos la línea roja de metro hasta la estación de Union Station. La estación es digna de ver, con sus suelos de mármol, sillas de cuero o lámparas de araña. En la estación hay una oficina de turismo en donde se pueden obtener mapas e información. A nosotros nos prepararon un pequeño tour por el downtown, explicándonos las cosas con todo lujo de detalles. Nos dijeron que visitásemos El Pueblo de Los Ángeles, de origen español, pero con gran número de puestos mexicanos, tanto de sourvenirs como de comida a buen precio y de calidad. En el pueblo se puede visitar Ávila Adobe, el edificio más antiguo de los Ángeles.

De ahí nos recomendaron ir por la calle Main hasta el Town Hall de los Ángeles. Esto no lo habíamos leído en ninguna guía, y el edificio es una maravilla, y se rodaron en él montones de películas. Hay que identificarse al entrar, y una vez dentro, se toman dos ascensores y se llega la planta 27, desde donde se pueden hacer unas buenas panorámicas de Los Ángeles y ver el downtown a vista de pájaro.

No hay que salir por la misma puerta por la que se entró al edificio. En su lugar, es mejor salir por la planta 3 del lado opuesto a la entrada, llegando al Grand Park, y al Centro Cívico. Un poco más allá está Walt Disney Concert Hall, y caminando un poco más entre los rascacielos se llega al Grammy Musseum, y al Staples Center, en estadio de Los Ángeles Lakers (y de los Clippers también), en donde había jugado Pau Gasol los últimos años.

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A continuación, fuimos hasta la calle Grand, que estaba a pocos metros, y buscamos la parada del autobús Rapid 10 de la compañía BigBlueBus, que nos llevó, tras casi una hora de viaje (como dije antes, Los Ángeles es enorme........), hasta la playa de Santa Mónica.

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Vimos la noria, las casetas de Los Vigilantes de la Playa, y bajamos andando en dirección Venice Beach, disfrutando del paseo de la playa, y viendo a la gente hacer deporte. A medida que uno se acerca a Venice Beach el ambiente es mucho más alternativo y bohemio, y al llegar se puede ver skater park y la Muscle Beach, el gimnasio al aire libre en donde se entrenada Arnold Schwarzenegger cuando se preparaba para ser Mr Universo.

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De ahí visitamos los canales de Venice, y tomamos el autobús 33, que nos sirvió para volver a Santa Mónica y llegar al Third Street Promenade, que está lleno de bares y restaurantes y es un buen sitio para cenar. En este autobús, conocimos a la chica de Los Ángeles que nos recomendó usar UBER para movernos, ya que estaba muy extendido en Los Ángeles y era la forma más fácil y barata de moverse. Nosotros, como aún no habíamos descargado la aplicación y no sabíamos cómo funcionaba, no nos quedamos a cenar en Santa Mónica, sino que cogimos la línea 4 para volver a la zona de Hollywood (el autobús nos dejaba unas manzanas más abajo) a cenar, por miedo a perder el último autobús, ya que estábamos bastante lejos.

Después de la paliza de turismo que nos habíamos dado, cenamos algo y nos fuimos a dormir sin tan siquiera salir a tomar una cerveza.



MIÉRCOLES 20 de MAYO.

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Al día siguiente, después de haber caminado tanto el día anterior, estábamos totalmente decididos a probar lo de Uber, así que instalamos la aplicación en el móvil antes de salir del hotel. Lo primero, desayunamos en el Starbucks, y fuimos a conocer Hollywood. Estuvimos un rato viendo las estrellas del Paseo de la Fama (están bastante sucias y descuidadas, por cierto), el patio del Graumn's Chinese Theatre y el teatro Kodak, en donde se entregan los Oscars.

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Luego llamamos a nuestro primer Uber, y en menos de medio minuto estábamos montados en un coche que nos llevó a Rodeo Drive, en donde vimos las tiendas de lujo y el hotel de la película Pretty Woman. Fuimos entonces hasta la zona de Beberly Hills, en donde la verdad no hay nada de gran interés, pero queríamos ver el famoso barrio de lujosas casas unifamiliares (como la de El Príncipe de Bel Air, que por cierto es el barrio que está justo al lado).

Cuando nos cansamos de caminar, pedimos nuestro segundo Uber, que nos dejó en la zona de Melrose Avenue, con sus extravagantes tiendas. Comimos una hamburguesa en la cadena Johnny Rockets, y nuevamente, cogimos otro Uber hasta los estudios de la Warner, en la zona de Burbank.

Hicimos el Warner Bros Studio VIP Tour, en el que te enseñan los estudios por dentro, e incluso puedes ver platós (con todo el montaje) en los que actualmente se están grabando series. Pudimos ver el descansillo con el ascensor que sale en casi todos los capítulos de The Big Bang Theory, una exposición por el aniversario de Batman con los trajes originales, y un montón de escenarios que, cambiando ligeramente su decoración, se reutilizan en montones de series y películas. Siempre había oído que lo que sale en las películas es todo mentira, pero ahora me doy cuenta de que es todo aún más falso de lo que yo pensaba, jajaja. ¡Todo atrezzo!

Tomamos el último Uber del día, que esta vez nos llevó hasta el observatorio de Parque Griffith. Desde ahí hay buenas vistas de la ciudad y también de las famosas letras de Hollywood que están en la colina de enfrente.

*** Imagen borrada de Tinypic ***

*** Imagen borrada de Tinypic ***

Bajamos caminando por la senda del monte hacia el barrio de Los Feliz, y tomamos el metro para volver a Hollywood. Cenamos algo, tomamos unas cervezas, y a dormir, que al día siguiente cambiábamos de país.

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