El viernes comenzamos yendo a visitar aquello que nos quedó en Caen: la Abadía de los Hombres que estaba cerrada el otro día. La entrada es libre y dentro pudimos ver la tumba de Guillermo del Conquistador (omnipresente en toda Caen).
Tras esta parada pusimos rumbo a Rouen donde aparcamos en el parking de la Place Saint Marc (6 euros unas 5 horas) en la que había un mercadillo (toilette arriba a la entrada del ascensor).
Cogimos la rue Martainville, que me dejó prendada con la primera impresión de las casitas de fachadas de vigas de madera y distintos tonos, hasta la catedral, donde se halla la tumba de Ricardo Corazón de León.
Comimos en una callecita comercial cerca de allí y pasamos por debajo del arco del Gros-Horloge, un reloj que solo marca horas ya que no tiene minutero y además marca día de la semana y fases lunares. Desde allí llegamos a la Place du Vieux Marché en la que se encuentra la Iglesia de Juana de Arco, muy original con forma de barco, así como su espaciosísimo interior.
En nuestro paseo pasamos por el Palais de Justice, la Place du 19 avril 1944 y la rue Jean Lecanuet hasta la Abatiale St. Ouen, que por desgracia estaba cerrada al ser viernes. Esta se encuentra en un parque (con toilette a la entrada, muy útil yendo con niños) con buenas explanadas de hierba para relajarse y unos columpios donde dejamos pasar un ratito de esparcimiento a los niños.
Quisimos visitar la Iglesia St. Maclou pero también cerraba los viernes (mal día hemos elegido). Entramos en el atrio Saint Maclou cuyo origen se remonta a la Gran Peste Negra de 1348 y decorado con motivos que evocan la muerte.
Aquí pusimos final a la excursión y volvimos a Caen donde decidimos cenar en el típico barrio de los restaurantes que tanto nos gustó unos moules y pizzas.