Teníamos todo un día por delante para dedicarle a esta fabulosa ciudad. Antes de empezar nuestra aventura, fuimos a desayunar a una cafetería cercana al hotel, ya que con una tarjeta que te daban en el hotel, te hacían un descuento y te servían un full scottish breakfast por 5.5BGP, que visto los precios por allí, no estaba nada mal...La cafetería se llama Ryan's y todo lo que pedimos para desayunar estaba bueno y a un precio razonable.
Habíamos decidido que nuestra primera visita del día iba a ser la del castillo, así que para allí nos fuimos directos a empaparnos de historia

El castillo es enorme y tiene muchos sitios para visitar, por lo que estuvimos allí toda la mañana hasta la hora de comer. Al cruzar el arco de entrada están las baterías de cañones y el cañón de la una en punto. Cerca de allí está el antiguo hospital y un museo militar, que estaba cerrado. Cerca de allí, las prisiones. En el siguiente nivel, el cañón Mons Meg, que está al lado de la capilla de Santa Margarita, y el cementerio de las mascotas de los soldados y la plaza donde están el edificio con los Honores de Escocia y la piedra del destino, el gran salón y el edificio alzado en memoria a los caídos en guerra. A mí me pareció una visita imprescindible y muy interesante. Además, las vistas que se ven desde allí arriba de toda la ciudad son impresionantes.
*** Imagen borrada de Tinypic ***
*** Imagen borrada de Tinypic ***
Al salir del castillo empezamos a bajar la Royal Mile. Entramos a unas cuantas tiendas de souvenirs a chafardear y comprar regalitos para nuestras famílias y amigos, y paramos en la catedral de St. Giles. Entramos dentro para ver su interior y descansar un poco las piernas. Pero enseguida volvimos a ponernos en marcha porque el estómago nos rugía de hambre. Teníamos apuntado The Piemaker, un lugar donde hacen pastelitos de hojaldres rellenos de muchas cosas. Pedimos un par de latas de beber, y tres pastelitos para compartir entre dos, y la verdad es que acabamos bien llenas, porque aunque parezcan pequeños tienen mucha sustancia. Estaban buenísimos y además súper barato

Pues ya con la tripa bien llena seguimos el descenso por la Royal Mile, ojeando algunos de sus callejones y entrando en muchas de sus múltiples tiendas de recuerdos. Entramos a una tienda que era exclusiva de Fudge. El fudge es un dulce que no sólo es típico de Escocia, o por lo menos no es de origen escocés (aunque lo venden todas las tiendas) y que recuerda mucho al toffee, o por lo menos a mí me lo recuerda. Se hace con azúcar, mantequilla y leche, y los hay de varios sabores (vainilla, chocolate, whisky...). Se venden en tabletas o en forma de caramelo. El caso es que entramos a esa tienda y nos dejaron probar un trozito de fudge y estaba tremendo!! Mucho más rico que las tabletas que venden en casi todas las tiendas. Claro, para eso era una tienda exclusivamente de fudge

Después de soltar el rollo del fudge

*** Imagen borrada de Tinypic ***
Por el camino y ya estando allí se nos puso a llover, así que no hicimos muchas fotos




Y así es como acabó nuestro segundo y por desgracia último día en Edimburgo. A mí me ha dado la impresión de que es una ciudad pequeña, muy fácil de visitar y muy bonita. Le hubiese dedicado, por lo menos, tres días enteros para verla bien, poder visitar algún museo e ir a Dean Village y a los museos de arte moderno, y cómo no, subir a Arthur's seat, pero no hay tiempo para todo y hay que elegir. Espero poder volver algún día!
