Sinaia-4-8-2015 ✏️ Diarios de Viajes de Rumania

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Nos levantamos prontito puesto que a las 7:30h venían a dejarnos el coche en la puerta, en vez de un Chevrolet Aveo que habíamos contratado, al final nos dejaron un Dacia Duster con 119850km, mucho mejor y bonito Después de 30 minutos de espera en la calle, decidí subir al apartamento a llamar a la chica que nos traería el coche (Adriana), ya estaba pensando que nos daban plantón y no nos traería el coche. La llamé y por la voz yo creo que la desperté en ese momento, me dijo que en 30 minutos llegaba, tardó una hora, al final llegó a las 8:35h, yo que soy una persona super puntual y seria para estas cosas, ya me tocó la moral y otro día que íbamos de culo, además, a esas horas ya hay un tráfico tremendo en la ciudad. Por fin llegó y después del papeleo y regateo que tuve que hacer (pues me quería cobrar más de lo hablado en el aeropuerto), conseguí mi propósito que me rebajara dinero y que me cobrara la mitad de la franquicia, encima de que llega una hora tarde es lo menos que podía hacer, por la pérdida de tiempo y así se lo hice saber. Una vez hecho todo y entregado llaves, sólo tenía ganas de irme y empezar a disfrutar de mi viaje. A las 9:00h nos ponemos rumbo a Sinaia puesto que ya íbamos mal de tiempo decidí dejar Cluj Napoca para otro día y cambiar de planes a última hora. A la mitad del camino, a unos 90km de Bucarest, paramos para ver la Iglesia Nașterea Maicii Domnului que se encuentra junto a la carretera en medio de la nada, jajajajaja. Entramos y estaba el sacerdote con unas pocas personas entregando pan y se acercó a nosotros y nos dío un trozo de pan, yo lo rechacé porque como no lo íbamos a comer no quise tocarlo y dejarlo para otra persona, tampoco entendí para que era el pan, si para comerlo o como ofrenda o algo así, jajajajajaja, pero leyendo ahora en internet, resulta que es la Eucaristía, el pan sacramental simboliza al Cristo resucitado, algo así me imaginé. La iglesia es bastante pequeña y sencilla, por dentro no le hice fotos porque el sacerdote no me quitaba ojo y me dio un poco de respeto por si me decía algo, es que con esas barbas imponen lo suyo, jajajajajaja.


Continuamos nuestro viaje y llegamos a Sinaia, lo primero que hicimos fue ir a cambiar leis a un banco o cajero, no recuerdo bien. Teníamos pensado coger el teleférico por 40 leis pero sólo nos subían hasta la mitad del trayecto y 70 leis hasta la cota de 2000 y ya me pareció caro y no subimos, como íbamos mal de tiempo pues optamos por seguir a otro lugar. Hicimos algunas fotos alrededor mientras fuimos a cambiar los leis. La ciudad de Sinaia pertenece a la región de Valaquia y se encuentra en los Montes Bucegi, es famosa esta zona sobre todo por su turismo alpino, es muy visitada para quienes practican senderismo, esquí alpino o cualquier tipo de deporte de invierno. Si tienes tiempo para pasear por la ciudad, en sus calles se pueden ver sencillas casas de madera y elegantes edificios del siglo XIX. Y es que la nobleza siguió al rey Carlos I cuando éste hizo construir en Sinaia su residencia de verano, el famoso Castillo de Peles. Sus magníficas casas hacen de Sinaia una de las ciudades más bonitas de Rumanía.


No podía faltar los murales que tanto me gustan y también vimos la típica cabina londinese roja.



Este es el precioso Ayuntamiento de Sinaia con una bonita fuente ornamental en la entrada principal.


Son las 13h cuando llegamos al Castillo de Peles, un impresionante palacio construido entre los años 1873/1914 para vivienda de verano de la familia real rumana. Dejamos el coche en uno de los aparcamientos gratuitos que hay en la zona e hicimos unos metros andando. Ya en la distancia vemos un palacio que corta el hipo, que preciosidad!!!


En el año 1948 el palacio deja de ser residencia de la realeza y es tomado por el gobierno comunista. El castillo es destinado como museo en 1953, pero hasta 1990 no es visitable para el público en general. Un detalle interesante es que fue el primer edificio europeo con servicio de electricidad, ascensor y calefacción. Cuando llegamos a la entrada del palacio había algo de gente, nos tocó esperar como unos 15 minutos ya que se accedía por grupos de unas 30 personas aproximadamente.


Para visitar el Castillo de Peles hay que sumarse a alguna de sus visitas guiadas, no se puede visitar por libre. Los idiomas son rumano, inglés, alemán, francés o ruso, entramos en el primer grupo que era rumano para no tener que esperar, total, no nos íbamos a enterar en ninguno La entrada básica nos costó 20 leis sin fotos y con fotos 13 leis más, un poco caro, optamos por la de sin fotos. Una vez dentro, accedes a un pequeño patio interior donde ya puedes imaginarte lo que te espera dentro, que maravilla de lugar.



En la construcción de este bello castillo se invirtieron 34 años y participaron miles de trabajadores y unos 400 artesanos. Aunque el castillo fue finalizado en 1914, pocos meses antes del fallecimiento del monarca, la familia real disfrutó del edificio desde 1883.



Para visitar el castillo hay dos opciones de tour, el básico (sólo planta baja) o el largo (incluye las dos plantas). No se puede hacer fotos en el interior, hay que pagar un extra, yo creo recordar que no pagué nada, empecé hacer fotos al ver tanta gente haciéndolas, me extraña mucho que todo el mundo pagase ya que el precio subía bastante, de ahí que salgan algunas fotos borrosas, pero la verdad que nadie nos dijo nada ni nos pidieron entrada. Una de las zonas más espectaculares del recorrido es el salón de armas donde se encuentran los sables, armaduras, caballos, espadas, etc...


Son tantos los detalles en la arquitectura y decoración del interior del castillo que no sabes para donde mirar, está super cargado, pero a mi me encanta. Todas las salas son una maravilla pero la biblioteca merece una especial atención, preciosa.



El Castillo de Peles es actualmente el segundo museo más visitado en Rumanía y uno de los más importantes de Europa por su construcción. Durante la dictadura de Ceausescu el Castillo cerró sus puertas al público y se convirtió en residencia para invitados, entre ellos estuvieron Yasser Arafat o Richard Nixon.



La mayoría de la decoración que hay en el palacio es de madera, tanto los techos, muebles, artículos de decoración, escaleras, etc... El castillo cuenta con más de 160 habitaciones y 30 baños y es de estilo neorrenacentista.


El tour acaba en un pequeño pero precioso teatro que al igual que el resto del palacio, está lleno de detalles, destacan las pinturas en la parte alta de las paredes y que son obras de Gustav Klimt. Este pequeño teatro se convirtió en cine a principios del siglo XX.


Finalizamos la visita saliendo por la misma escalinata que entramos y que es muy pintoresca.


Ahora vamos a visitar los jardines que son gratuitos aunque no visites el palacio los puedes ver, pero yo os aconsejo que no dejéis de visitar el palacio porque es una joya, tanto por dentro como por fuera. En sus siete terrazas podrás ver algunas fuentes, estatuas de piedras y macetas decorativas.


La parte de los jardines en la parte frontal del castillo es la más concurrida ya que se encuentra cerca del acceso al palacio.


Un poco más alejada se encuentra la escultura de la Reina Elisabeta Carmen Silva. Fue reina consorte de Rumanía por su matrimonio con el rey Carlos I, además de una célebre novelista bajo el pseudónimo de Carmen Silva. Isabel demostró inclinaciones artísticas siendo muy niña, y en su infancia asistió a sesiones de espiritismo y visitas al asilo local para enfermos mentales. Durante la guerra ruso/turca de 1877/1878, también conocida como la Guerra de la Independencia Rumana, Isabel se dedicó al cuidado de los heridos y fundó la Orden de Isabel, destinada a honrar a las personas que se distinguen en dicho servicio. Promovió la educación superior para las mujeres rumanas y creó varias sociedades de caridad. En 1882 fue elegida miembro de la Academia Rumana.


Damos una vuelta rápida por los alrededores del palacio y los jardines ya que tenemos que continuar ruta y aparte hace bastante calor.



En los jardines también se puede ver la Estatua del rey Carol I.


También visitamos por fuera el Castillo de Pelisor que se encuentra a pocos metros del Castillo de Peles en el valle del río Prahova. Fue construido entre 1899 y 1902 y a partir del año 1903 fue la residencia de verano de los príncipes herederos Fernando y Maria.



Este es el Hotel La Tunuri-Vila Economat donde también hay tienda de souvenirs.


Al lado nos encontramos con estos moteros a los que le pedí el chaleco para hacerme la foto con ellos.


También hay varios restaurantes y bares para tomar algo, todos con forma de castillos y torreones, precioso el entorno.


En nuestro paseo dirección al parking, pasamos por delante del Castillo de Peles.


Posando con una cesta de frutos del bosque, no se aprecia bien por la sombra.


Toda esta zona está llena de chiringuitos con ropa, souvenirs, comida, etc...


Nos fuimos por otro camino y salimos junto al Monasterio de Sinaia que fue fundado por el príncipe Mihail Cantacuzino en 1695 y recibió este nombre por el gran Monasterio de Santa Catalina en el monte Sinaí, Egipto. En 2005 estaba habitado por trece monjes ortodoxos pertenecientes a la archidiócesis de Bucarest.


Fue diseñado para servir como monasterio, así como fortaleza de camino entre Braşov y Bucarest. En medio de la guerra ruso/turca de 1735/1739, antes de abandonar el monasterio los monjes escondieron los objetos más valiosos en una campana. Gracias a los esfuerzos del rey Carol I, la gran iglesia del complejo fue la primera del país en usar luz artificial.


El acceso al monasterio como a la iglesia y el claustro, es totalmente gratuito.



El patio interior cuenta con un cuidado jardín de flores En el centro de cada patio hay una pequeña iglesia de estilo bizantino.


La iglesia vieja fue construida en 1695. En 2006 se cerró al público para su restauración. Las pinturas originales del interior fueron completadas por Pârvu Mutu y fueron restauradas por primera vez desde 1795. La iglesia reabrió de nuevo en 2015. La verdad que es una preciosidad.




El pórtico de entrada a la vieja iglesia está lleno de detalles y en el techo se pueden ver estos impresionantes frescos.


La hermosa iglesia está rodeada de un hermoso patio con preciosos claveles chinos.


Pasear por el interior del monasterio es disfrutar de un lugar lleno de paz, con preciosos detalles en su arquitectura y encima gratis, como a mi me gusta



La construcción de la gran iglesia comenzó en 1842 con fondos del propio monasterio y fue completado en 1846. Es de estilo tanto moldavo como brâncovenesc de Valaquia. Se dice que la campana con tres rayas verdes esmaltadas que rodea el edificio representa la Santa Trinidad en un Dios y la unión de los tres reinos rumanos, Valaquia, Moldavia y Transilvania.


El campanario fue añadido al muro y terminado en 1892. Con sus 1.700 kilos, fue trasladado desde la torre de Coltea en Bucarest.


Después de visitar el monasterio continuamos.


Un poquito más abajo por el mismo camino del monasterio, nos encontramos con éste peculiar Cementerio de los Héroes y Monumento a los Caídos en la Primera Guerra Mundial. Dentro del sitio se encuentran las tumbas de 95 soldados rumanos, 12 húngaros y un serbio y en un terreno separado, se encuentran los restos de 15 alemanes que lucharon en contra de Rumanía y perdieron la vida en éste país.


En el ingreso al cementerio se puede leer una placa en idioma rumano que agradece a la Sociedad Cultural de los Héroes del Comité Central de Bucarest por la construcción de este sitio conmemorativo.


Fachada principal del Casino de Sinaia que fue construido por iniciativa de Carol I. La construcción comenzó en 1911 y se completó en menos de 7 meses. El casino fue inaugurado el 5 de julio de 1912 que tuvo como primer accionista al barón Edgar de Marçay, también accionista del Casino de Montecarlo. El casino funcionó hasta 1947, cuando el sistema comunista prohibió los juegos de azar. Ahora se utiliza para dar conferencias, congresos y encuentros nacionales e internacionales.


De camino a nuestro próximo destino, pasamos por delante de los impresionantes Montes Cárpatos.


En la carretera que baja el puerto de Sinaia, pillamos bastante tráfico. Cerca de la carretera vimos este coche con varios cachorros de perros mastín, no sé si los vendía o los regalaba, paramos a verlos ya que avanzábamos poco en la caravana.


Sin duda, nos ha gustado mucho esta visita de Sinaía

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