![]() ![]() DÍA 4: SAINT MALÓ- CANCALE - DINAN- PERROS GUIREC (PLOUMANACH) ✏️ Diarios de Viajes de Francia
Nos despertamos y para ganar tiempo y por comodidad, bajamos a d esayunar al bar que regenta el dueño del alojamiento. 6 euros por persona creo recordar. Un desayuno completo y muy cuidado, ese señor guardaba todo detalle. Con las pilas cargadas...![]() Diario: Bretaña francesa en 8 días⭐ Puntos: 4.5 (2 Votos) Etapas: 10 Localización:![]() Nos despertamos y para ganar tiempo y por comodidad, bajamos a desayunar al bar que regenta el dueño del alojamiento. 6 euros por persona creo recordar. Un desayuno completo y muy cuidado, ese señor guardaba todo detalle. Con las pilas cargadas, fuimos a por la costa de Saint Maló e Intra-muros. Hacía un día parcialmente despejado, mucha gente paseaba por la costa y la arena de la playa. El paisaje era espectacular, lo que la noche ocultaba el día lo revelaba. Una serie de troncos salían de la arena formando lo que creíamos que era un primer filtro de protección y dividir el grueso de las olas antes de romper contra el rompeolas. Playas norteñas, vastas y con la marea muy atrasada respecto a la orilla, donde entre otros, los perros disfrutaban. Nos encontramos a dos preciosos galgos franceses. *** Imagen borrada de Tinypic *** *** Imagen borrada de Tinypic *** Disfrutamos de un agradable paseo, hasta que decidimos adentrarnos en “Intra-muros”, donde la ciudad corsaria ocultaba una pequeña fortaleza, otro submundo del que tuvo que ser reconstruido en varias ocasiones, tras los achaques de la I y II Guerra Mundial. Allí dentro había una actividad comercial muy activa. Coches, furgonetas de reparto y repartidores, se mezclaban entre los turistas y residentes que realizaban sus compras en los comercios. Paseando por el interior, era fascinante intentar regresar a la I Guerra Mundial, y poder ver el despliegue militar… soldados por allí, soldados por allá… tanquetas, etc. Era un viaje al pasado, y ver como los Nazis dominaban el terreno. La estética y arquitectura de algunas edificaciones, tenían (aunque quizás me equivoque) rasgos de la antigua Alemania Nazi. *** Imagen borrada de Tinypic *** *** Imagen borrada de Tinypic *** Tras vueltas y más vueltas, pusimos rumbo al nuevo destino. Cancale, el paraíso de las ostras nos esperaba. Un camino de cerca de una hora, habiéndonos equivocado de dirección. Hay que tomar dirección Cancale, PUERTO-PORT. Al llegar a Cancale, ya intuimos donde se encontraban los criaderos de ostras. Cuesta abajo, en la zona costera. Aparcamos muy cerca del punto zero, y sin pagar ningún tipo de tíquet de estacionamiento limitado. Y a medida que avanzamos, vemos tractores hacia un lado y a otro, con el remolque lleno de lo que claramente eran OSTRAS. Y en seguida nuestros ojos descubrieron el origen. Una extensa área con la marea muy adentro, dejaba algunas embarcaciones posadas sobre la arena, dejaba a la vista centenares y centenares de cangrejos enormes ya muertos, y la joya de la corona, un impresionante criadero de ostras en el que perdías la vista al horizonte y aún había gente faenando. Tractores por un laberinto de ostras iban recogiendo la cosecha y transportándola a sus receptores. Con la boca aguada, ya pudimos ver los puestos de venta de ostras, había unos 6 montados, todos formando un rectángulo, y tanto curiosos, como potenciales clientes, estábamos alucinando y fotografiando la escena. *** Imagen borrada de Tinypic *** Era nuestro turno, entre tanto donde elegir, fuimos a uno de ellos y pedimos la primera docena, una talla ni grande ni pequeña, por 4,5 euros, más 0,5 de limón y 0,5 del “alquiler del plato”. Para la siguiente docena, ya teníamos el plato. Era un verdadero espectáculo, allí todos comiendo mirando al horizonte, de donde provenían las ostras y a nuestro paso, los tractores no paraban de transportar ostras y más ostras. Llovieron cuatro gotas, pero no impidió que disfrutáramos de semejante situación. ¿Las cáscaras?, al suelo ( a los pies del muro desde donde empezaba el criadero), cientos y cientos de cáscaras… qué situación más única. Eso hay que vivirlo para saber lo que realmente estoy describiendo. *** Imagen borrada de Tinypic *** Acto seguido fuimos a comer a uno de los restaurantes que había allí, todos tenían menús a un precio de unos 12 euros creo recordar. Estuvo muy bueno, no recuerdo el nombre del restaurante, pero comimos los típicos mejillones con patatas fritas. Pero no congeladas como en muchos sitios hacían, eran patatas ¡¡¡homemade!!! Al hacer la digestión, ya con pena, pusimos rumbo a la localidad de Dinan, que no Dinard, ¡ojo! Allí de nuevo un retroceso en el tiempo, viajando al siglo XVIII, sus edificios en madera desvencijada, inclinados y de aspecto medieval, crean el clima perfecto para evadirte del mundo real mientras paseas por sus callejuelas. *** Imagen borrada de Tinypic *** En Dinan, si nos dirigimos en dirección a salir del pueblo, encontramos a mano izquierda un aparcamiento central, donde hay que pagar para estacionar, pero que está muy bien situado y no es nada caro (tampoco tan barato como en Vitre). Tras una incursión por sus callejuelas, retomamos la ruta y vamos hacia Perros Guirec, desde donde tomaremos camino hacia nuestro destino, Ploumanach, una pedanía de dicho municipio, que tiene una escasa pero adecuada oferta turística. Tiene una playa preciosa, y un restaurante para darse un buen capricho, que si uno puede darse el gusto, es recomendable. Algo cansados por el trayecto, ya que si observáis nuestra ruta del día de ayer, fuimos desde Saint Michel hasta Saint Malo, en lugar de ir a Cancale que estaba más cerca, cuyo motivo era la falta de tiempo, ya que los puestos de las ostras tienen un horario, y lo suyo es estar allí a partir de las 11:30 hasta máximo las 17h ó 18h, por ello fuimos a Saint Malo y luego retrocedimos. Con algunos kilómetros de más acumulados, estábamos deseando llegar a Ploumanach, al Hotel de L’Europe, ubicado en a escasos metros de la playa. Una vez llegamos a Perros Guirec, continuamos hacia Ploumanach, y tras cerca de 10 minutos entre ambos lugares, localizamos nuestro alojamiento. Perfecta ubicación, parking propio ( eso sí hay que reservarlo porque es limitado, tienes unas 5 plazas) y los regentes, muy amables y serviciales. *** Imagen borrada de Tinypic *** La habitación era super confortable y el día (en ese momento llovía) invitaba a quedarse mirando por la ventana. A las 20:30 aproximadamente dejó de llover y decidimos salir a ver la playa. Una pequeña playa de unos 30 metros de longitud muy tranquila e “íntima”. Paseamos por allí y los alrededores del alojamiento ( que no había mucho recorrido), y fuimos en busca de nuestra apuesta segura, Le Ker Lois. Con un precio superior entre el resto (si tomas agua puede salir por unos 60-65 dos personas, nosotros tomamos vino y subió unos 15 euros), el ambiente era muy cálido y tranquilo, donde sabías que ibas a tomar calidad y precisión en el servicio. Fue nuestra “cena de lujo” (adjunto foto de dos de algunos de los platos que degustamos). Con esa buena sensación, nos fuimos al hotel a descansar, que mañana nos esperaría una bonita excursión. *** Imagen borrada de Tinypic *** Índice del Diario: Bretaña francesa en 8 días
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