Miercoles 7 de Octubre
Nos despertamos a las 6:30 para estar a las 7 desayunando. Hemos quedado con Patrick a las 7:30 para irnos al punto de partida del tracking de los gorilas que se encuentra a sólo 100mts de nuestro hotel. La verdad es que la elección del hotel ha sido buenísima.
Desayunamos, y en el hotel nos preparan una mochila con dos tuppers de comida y dos botellas de agua grandes. Después de repasar 100 veces que llevamos todo lo necesario (guantes, gorra, botas y calcetines altos) salimos hacia el punto de partida.
Llegamos y está todo lleno de gente local, unos son guías que van con uniforme, otros también uniformados van con sus metralletas y luego unos cuantos más sin uniforme ni nada. Nosotros llevamos 2 mochilas, la que nos preparan en el hotel y la nuestra con las cámaras de fotos y demás. Al llegar nos indican que nos vayamos hacia una chocita donde están el resto de visitantes, pero allí dentro sólo había una señora de unos 65 años y más tarde se nos unen un par de tíos con pinta de mochileros de unos 35-40 años. Lucía decide que estos 2 van mucho mejor preparados que nosotros.
Según nos habían explicado, la visita a los gorilas se suele organizar en 3 grupos de 8. No más porque los gorilas no están en espacios abiertos sino que llegas a ellos atravesando con machetes la jungla. Son los guías los que una vez encontrados los gorilas se encargan de abrir un poco el terreno para ayudar a los visitantes a verlos mejor.
Todo esto lo cuento porque tras sacarnos de la chocita a los 5 (solo eramos 5!!) y recibir una breve explicación, me llama un guía, Amox, nos aparta a Lucía y a mí, y me dice que ya les ha contado Patrick que estamos de viaje de novios así que han decidido que vayamos solos en el grupo que va a salir a buscar a la familia de gorilas Maruba. Nos saca un cartel con fotos y nombre de cada uno de sus 15 miembros y nos cuenta las particularidades de cada uno. El líder, la hembra que tiene un bebe y le gusta comer hormigas, y así con cada uno. Mientras tanto nosotros como locos de la ilusión de pensar que íbamos a hacerlo todo solos con los guías así que tampoco estábamos muy pendientes de lo que nos contaba Amox.
Nos explican el funcionamiento de la búsqueda de gorilas. Hace ya un buen rato que han salido unos trackers a buscar a esta familia de gorilas que calculan se encuentra a unas 2 horas de distancia del punto de partida. Éstos (son 4) van con walkies de manera que informarán a nuestro grupo de la zona donde están una vez los encuentren. Nuestro grupo se compone de Amox (el guía), una portadora que llevaba la mochila de la comida y dos hombres uniformados con metralletas. Los hombres con metralletas vienen con nosotros porque en esta zona también hay elefantes y si nos topamos con alguno (algo muy poco común) podría atacarnos.
Así que nada, salimos los 6 mientras Amox va hablando con el walki de forma recurrente con los trackers. El paisaje desde dentro es alucinante. Árboles inmensos en altura y una capa de helechos densísima. Absolutamente todo es verde. Incluso la pequeña vereda por la que avanzamos está cubierta de musgo verde. El camino es exclusivamente cuesta arriba y la pendiente bastante alta. Vamos subiendo en zigzag y, efectivamente, es mucho más duro de lo que pensábamos.

Al cabo de media hora de subida estaba completamente empapado en sudor..
Amox se preocupa mucho de hacernos paradas y de que bebamos. Imagino que nos vería medio muertos subiendo.
Después de una hora y media de subida y después de decir unas palabras por el walki se oye un sonido.. "woooooooooo".. Son los trackers. A lo lejos pero ya los tenemos localizados. Media hora más tarde atravesando (ya no hay ni rastro de veredas, todo es a base de atravesar lo que tengas por delante con un machete). Los encontramos y volvemos a movernos, pero ahora solo Amox, un tracker y nosotros.

Seguimos atravesando jungla hasta que de repente oímos un gruñido y mucho ruido. Avanzamos un poco más y ahí estaban!! Al primero que vemos es al espalda plateada.

Este es el líder de la familia Mubare. Nos quedamos de piedra. Es increible la sensación. Es Amox el que nos indica que nos acerquemos más y quien nos va guiando sobre donde situarnos. Al poco tiempo aparece otro gorila, es una hembra y tiene una cría en su brazo. Es indescriptible el mimo con la que la cuida y protege. Nos quedamos maravillados. Luego aparece otra hembra y vuelve a aparecer el espalda plateada.



El espalda plateada empieza a moverse y se viene directo hacia nosotros.



No creemos que han pasado más de 20 minutos cuando Amox nos informa que ya había pasado una hora.

Pero Amox nos pregunta si queremos seguir!! Sabemos que la norma es una hora máximo así que le decimos que por favor solo 10 minutos más. Nos dice que por supuesto y nos movemos unos metros a buscar a algún otro. Aparece una hembra justo encima mío y tambíen nos encontramos de nuevo con la madre y su cría encima de una rama.

No nos lo podemos creer. Con permiso de Amox me acerco creo que demasiado a la madre por lo que se gira y tranquilmente se marcha.



Sin darnos cuenta habían pasado otros 20 min. Miramos a Amox y le decimos que muchísimas gracias y que había sido suficiente. Ha sido espectacular. Mucho mejor de lo que habíamos imaginado.
Volvemos con el resto del grupo y comenzamos la bajada de vuelta. Ahora que se ha pasado toda la adrenalina es cuando de verdad empezamos a notar el cansancio. Todavía no hay vereda alguna y no hacemos más que apoyar mal y caernos. Cada caída es un ataque de risa de todo el grupo. Y así, poco a poco vamos volviendo.
Llegamos de nuevo al punto de partida empapados de sudor y llenos de barro de las caídas. Ha sido durísimo! Comenzamos a andar a las 8:30 y estamos de vuelta a las 13:30. Nos cuentan que el otro grupo se fueron a buscar otra familia mucho más cercana y que a las 10:30 estaban de vuelta. Decidimos que lo nuestro nos ha gustado más por la recompensa después de tanto esfuerzo.
De ahí nos fuimos al hotel a tomarnos algo de beber (yo una super cerveza que sabía a gloria) y a ver todas las fotos y vídeos que habíamos hecho. Tambíen pedimos un masaje de una hora (solo para mí porque a Lucía no le gustan) que en nuestro hotel son gratis.
Y así nos pasamos la tarde, en el lounge con vistas a las montañas a las que habíamos subido, comentando también con nuestras familias la experiencia.
Más tarde decidimos dar un pequeño paseo y nos encontramos por el camino a Amox ya sin uniforme. Nos cuenta que su pasión son las aves y nos invita a acompañarle para enseñarnos sus nombres.


Terminado nuestro paseo volvemos al hotel y al poco tienen la cena lista. Se cena relativamente pronto en Uganda, a las 19:30, lo cual agradecemos después de la paliza de día que hemos tenido. Terminamos de cenar y nos vamos de cabeza a dormir que estamos que nos caemos. Dos detalles del hotel que no he comentado. Uno es que despues de cenar ya es noche cerrada, por lo que hay un empleado del hotel en las escaleras de nuestra choza esperando nuestra llegada para iluminarnos con una linterna. Una vez entramos nos da las buenas noches y se despide. El otro es que dentro de la cama hay siempre dos bolsas de agua caliente. Con lo que me gustaban de pequeño.
Así que nada, el día ha sido espectacular. No podíamos estar más felices los dos.