Pues el día comenzó nublado pero no llovía, aunque tenía toda la pinta de que iba a hacerlo. Lo que teníamos claro era que no queríamos estropear la visita a la Acrópolis con la lluvia, así que por si acaso decidimos dejarlo para mañana que según el pronóstico del tiempo dice que tendremos sol. Antes de salir del apartamento, mientras desayunábamos unos dulces típicos que compramos la tarde anterior, organizamos el plan del día. La idea era visitar el Ágora antigua aprovechando que ahora mismo no llovía, visitar el museo arqueológico y según el tiempo ver atardecer en Filopapo o si seguía lloviendo visitaríamos el museo de la Acrópolis. Vámonos a la calle!
Para no perder tiempo y aprovechar que ahora mismo no llueve nos vamos a la parada de metro de Acrópolis y sacamos un ticket válido para 24 horas que nos costó 4€ por persona. Nos bajamos en Monastiraki, la misma plaza en la que estuvimos anoche pero ahora la disfrutamos con la luz del día.
Lo primero que nos encontramos al lado de la plaza son unas columnas romanas que formaban parte de la Biblioteca de Adriano, aquí fue donde compramos el ticket combinado que cuesta 12 € por persona. Este ticket te incluye la visita a la Biblioteca de Adriano, Templo de Zeus, Ágora Romana, Cementerio de Kerameikos, Teatro Dionisio y la joya de la corona la visita a la Acrópolis, todo esto está incluido en este ticket.
De la Biblioteca de Adriano queda más bien poquito y en la entrada no hay audioguías disponibles ni nada por el estilo por lo que el lugar sin una explicación que ayude a conocer lo importante que fue este lugar en la antiguedad pierde bastante. Estuvimos unos diez minutos por el recinto y seguimos en busca del Ágora. Siguiendo la calle Areos unos 300 metros nos encontramos con el Ágora romana, al igual que en el lugar anterior se conserva muy poco, pero hay un edificio muy interesante en su interior, la Torre de los vientos, la pena fue que estaba totalmente cubierta porque la están restaurando.
Al día siguiente hicimos un freetour en el que nos explicaron muchas cosas sobre estos lugares, en la proxima etapa os ampliaré la información sobre el tour.
Lo que nos interesaba de verdad era llegar al Ágora Antigua, la griega, el lugar en el que se comerciaba y transcurría la vida en la antigua Grecia hace miles de años. Lo más destacable del Ágora es sin duda el Templo de Hefesto, el mejor conservado que encontramos en toda la ciudad. Al igual que en los lugares anteriores se echa en falta algo más de información sobre lo que estás viendo... aún así el templo es una pasada.
Otros lugares importantes del recinto son el Museo Stoa de Átalo, para ello reconstruyeron este edificio tal y como fue en la antiguedad con lo que te da una idea muy buena de lo grande que eran las construcciones de la época, en el museo encontráis restos de cerámica y esculturas hallados en las excavaciones del lugar.
De momento nos hemos librado de la lluvia aunque nos han caído algunas gotas no nos han estropeado la visita al ágora, pero el cielo pinta muy feo. Salimos por la calle Adrianou, llena de bares y restaurantes, son las 12 de la mañana y nos sentamos en DIODOS a tomarnos unas cervezas y un mousaka para compartir, por picar algo, el mousaka estuvo de diez, buenísimo. Nos gastamos 15 €. Volvemos a Monastiraki pasando por la calle Ifaistou, aquí encontraréis un mercado muy chulo, todavía no entiendo por qué hay tantas tiendas que venden ropa militar? si alguién lo sabe que me lo diga, tengo curiosidad... además se encuentran souvenirs y lo típico de todos los mercados, aunque estos abridores no los había visto antes ajajaja.
Pillamos el metro en Monastiraki hasta la parada de Omonoia para acercarnos al Museo arqueológico en el que se encuentran esculturas de mármol y bronce de toda la grecia clásica y también colecciones de vasijas y restos de la prehistoria anteriores a la civilización griega como el tesoro de micenas. La entrada cuesta 7 € por persona y la visita al museo resultó ser bastante decepcionante, pues una vez dentro descubrimos que casi la mitad de las salas estaban cerradas, cosa que no nos dijeron antes de comprar el ticket. Pregunté a uno de los empleados y me dijo que las salas están cerradas por falta de personal, básicamente no hay dinero para mantener abiertas todas las salas, una pena por que las que vimos nos gustaron bastante, en especial me gustó la galería de escultura.
En general no volvería a hacer esta visita, por lo menos hasta que no tenga todas sus salas abiertas, ya que la entrada es bastante cara para ver sólo medio museo.
Cuando íbamos a salir estaba lloviendo fuerte, a la carrera cruzamos la plaza y nos metimos en un bar en el que probamos los típicos Gyros, nos vino perfecto. Nos pedimos 3 gyros, 2 raciones de patatas fritas y un Kalamaki, que es una brocheta de carne. Comimos mientras estaba diluviando en la calle, el total con la bebida incluida fueron 15€ entre los tres, y encima estaba todo buenísimo, lo siento pero no nos fijamos en el nombre del lugar. Cuando la lluvia aflojó un poco, nos marchamos de nuevo al metro hasta la parada Acrópolis, la idea era tomarnos un cafe y ver si mejoraba la tarde para subir a la Colina de Filopapo. Al salir del metro ya no llovía y después de un tomarnos un café con sus correspondientes pasteles típicos nos pusimos rumbo a la cima de la colina. La subida es suave y con un entorno muy bonito, no se hace para nada pesada.
Pasamos por un lugar en el que había una iglesia como de madera, que no llegué a entender muy bien de que época era, justo al otro lado nos encontramos una especie de cueva donde supuestamente estuvo preso Sócrates.
Unos 5 minutos más tarde empezamos a contemplar una de las vistas más famosas de la ciudad con la Acrópolis dominando toda la ciudad.
Pero no os quedéis en este punto, seguir hasta el monumento de Filopapo y desde allí se tienen vistas en 360º, incluso se ve toda la zona del Pireo y las islas al fondo con el sol cayendo por el horizonte. Para mí el atardecer que pudimos ver desde esta cima fue uno de los momentazos del viaje.
Al bajar la colina nos fuimos al apartamento a descansar un par de horas, Manu se puso a buscar con el móvil y descubrió el barrio de Gazi, el barrio nocturno y de la fiesta en Atenas, perfecto para un viernes noche. Mientras tanto Vanesa aprovechó para echar un vistazo en tripadvisor sobre dónde cenar por la zona y yo iba anotando algunos apuntes del día en mi libreta de viajes. Sobre las 8 y media nos fuimos con el metro hacia la parada de Kerameikos, desde aquí tuvimos que andar unos 10 minutos por unas calles que no nos inspiraban mucha seguridad, bastante oscuras, llenas de Studios con luces rojas e intentando de no ser atropellados por los coches atenienses, lo de la circulación y los semáforos para los peatones merecen un caso aparte, nadie los respeta. Llegamos a Tirbouson, un restaurante en el que comimos de lujo y platos muy típicos de la cocina griega. El que más nos gustó fue una lubina a la brasa muy rica y un guiso de castañas que el camarero nos dijo que era típico de Creta, en total pedimos 4 platos para compartir, 2 copas de vino y una cerveza y pagamos 35 € entre los tres. Con el estómago lleno nos fuimos a la zona de los bares junto a la parada del metro de Kerameikos, había un ambientazo y no paraba de llegar gente, nos sentamos en una de sus terrazas y nos tomamos unas copas, sobre las 12 y media de la noche yo me volví con Vanesa al apartamento y Manu decidió que para él todavía quedaba mucha noche... ajaja acabó llegando a las 4 de la mañana. Si queréis un poco de fiesta en Atenas, el barrio de Gazi es vuestro lugar.