UNAS BODAS DE PLATA CON ACENTO FRANCES
Bueno, lo mejor para empezar es ponerse delante del teclado. Este es un año especial, hace 25 años que llevamos una alianza en el dedo y había que celebrarlo por todo lo alto. Así que como ninguno de los dos conocíamos Paris nos decidimos a realizar ese viaje y conocer la que siempre ha sido la ciudad del amor por excelencia.
Salimos el domingo a las 19,00 horas de la estación de Chamartin (Madrid) en el Trenhotel Francisco de Quevedo, por aquello de hacer el viaje lo más romántico posible. El compartimento pequeñito pero acogedor y disfrutamos de una cena a la luz de las lamparitas, sin dejar de hacer equilibrios por aquello del movimiento – el AVE se mueve menos – pero tampoco nos importó demasiado….. teníamos 13 horas por delante para disfrutar del traqueteo y terminar un poco hasta el gorro, sobre todo cuando nos dijeron que llevábamos unos 50 minutos de retraso. Pero por fin llegamos a Paris después de una duchita reparadora y un buen desayuno en el tren.
LUNES, 18 DE MAYO
Nada más bajarnos nos dirigimos a buscar una entrada el metro y las taquillas correspondientes, pero nada de maquinitas, teníamos que encontrar una taquillera de carne y hueso y hacernos entender que queríamos comprar los “Navigo Decoverte – Carta Orange” Zona 1 y 2, que eran los que nos interesaban para nuestros recorridos preestablecidos y decididos según las indicaciones de los foreros.
No tuvimos problema. Fotocopia en mano y después del bonjour, dijimos “queremos dos de estos” s'il vous plaît. A pegar foto, escribir apellido y nombre y a pasar por el torno. Nos fuimos al hotel sin ninguna complicación a la hora de hacer transbordo en la estación correspondiente dado que íbamos armados con los planos del metro, eso sí, nos dimos enseguida cuenta de por que nos habían comentado que ¡ojo con el metro!…. ¡Abren las puertas antes de parar! ¡Casi nos tenemos que bajar en marcha!, pero pronto le pillamos el tranquillo.
Una vez instalados en el hotel, nos pusimos los zapatos que suponíamos los más cómodos y a empezar a patear las calles.
Los primero el SacreCour, por aquello de que estaba más lejos de todo, usamos el funicular (incluido en el Navigo) y después nos fuimos a ver la Place del Tertre, en donde nos compramos nuestro primer bocata.
*** Imagen borrada de Tinypic ***
Bajamos callejeando hacia Blanche en busca del Mouling Rouge pasando por delante del Mouling de la Gallette.
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De allí de nuevo al metro hacia la Square Louise XVI a ver la Chapelle expiatoire, pero ante nuestra decepción (aunque sabíamos que estaba cerrada por obras, gracias a un forero) estaba totalmente tapiada, con lo que no la pudimos ver, pero nos situamos bastante bien para continuar por el Boulevard Haussmmann y llegar a las Galerías Lafayette en donde merece la pena subir a la 7ª planta y contemplar el panorama que se ve desde allí después de haber visto las Galerías por dentro y reconocer que El Corte Ingles se queda un poco lejos .
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Después de salir de Lafayette, pasamos por la Opera y buscamos un sitio para comer en donde como ya estábamos advertidos, nos metieron un palo con el tema de las cervezas, pero teníamos muchas ganas de beber y no nos apetecía pedir “an garraff do”, así que nos metimos pal cuerpo una cerveza mediana a la que no creo le faltara mucho para ser un litro y por las que nos cobraron 11 € por cada una. Fue aquí donde nos preguntaron si nuestro español era de España o de México (única vez que alguien nos recordó el tema de la Gripe A).
Después de comer, a la Place de la Vendome, pasar por Maxim´s, la Madeleine (entrando), Place de la Concorde, uno de los lugares que más me gustaron por la de cosas que se pueden ver desde allí simplemente girándote. Y después de estar un rato nos fuimos hacía el Trocadero (otra vez en el metro) El palacio Chaillot (Museo de la Marina – por dentro), miles de fotos bajo la Torre Eiffell y viendo que no había demasiada cola nos decidimos a subir sin esperar más a la famosa torre.
*** Imagen borrada de Tinypic ***
Teniendo en cuenta que mi marido sufre de vértigo y a pesar que todo el mundo le había comentado que ese no era problema para estar arriba, hicimos un trato. Dado que yo quería subir hasta arriba y el solo era capaz de quedarse en la primera (como mucho), le convencí para que me mirara a los ojos durante todo el trayecto del ascensor (que es su problema) y fuéramos a la segunda –os puedo asegurar que ya tenía experiencia en dichos ataques pues me costó dios y ayuda bajarle de la Sagrada Familia en Barcelona, así que sabía que no fingía cuando empezó a sudar solo de pensar en subir en el ascensor “panorámico”. *** Imagen borrada de Tinypic ***
Allí permanecimos todo el tiempo que nos pareció oportuno haciendo fotos a diestro y siniestro, protegidos por la valla que nos separaba del abismo. Realmente fue espectacular así que supongo que subir hasta la cima debe ser alucinante, seguro que se ve hasta mi casa.
Una vez en tierra firme nos dirigimos hacia la zona en donde salen los Bateaux Parisien que es donde al día siguiente teníamos reservada la cena de celebración, para ver exactamente a donde teníamos que ir, y después nos encaminamos hacia el Puente del Alma (el metro que más cerca quedaba). Fue en este momento cuando nos quisieron liar con el famoso timo del anillo, pero ante nuestra reacción, creo que el susodicho timador se quedó alucinado….. ¡a unos foreros se la vais a dar con fromage!
Pasamos por delante de la antorcha de la Estatua de la Libertad y entramos en el metro para dirigirnos al hotel, a darnos una merecida duchita y volver a salir para nuestro paseito nocturno.
Antes de subir al hotel, hicimos acopio de agua y algún sanwichs para cenar un poco en un super que ya habíamos localizado por la mañana. Descansamos un poco y a la calle de nuevo.
Como nuestro hotel estaba por la zona de Arts et Metiers nos quedamos paseando por allí, pasando junto al Pompidu (que teníamos claro no ibamos a entrar –cuestión de gustos) y recorrimos la calle Ramboteau, en donde vimos alguno de los sitios que los foreros habían indicado para comer o cenar y bajando otra vez hacia el Sena que siempre fue nuestro punto de referencia, así pudimos ver el Hotel de la Villa, hacernos una idea de Notre Dame, la Concergerie, por supuesto ver algunos puente sobre el río y ya regresar al hotel para recuperar fuerzas (que falta nos hacia) para poder continuar al día siguiente con nuestro itinerarío.