Comenzamos el día desayunando ligero en casa charlando con Tom, esto sí que es empezar el viaje practicando inglés a tope! Me encanta el dicho que nos enseña Tom: Si no te gusta el clima de Escocia, espera 5 minutos! Y es que es verdad, tiempo tan cambiante como este no lo habíamos visto, aunque en el País Vasco muchas veces también pasa. Pero es que aquí, más de una vez nos pasaba que empezaba a llover, parecía que se fastidiaba el día, y a los 5 minutos paraba. Luego llovía y paraba de nuevo. Luego empezaba a hacer viento, o salía el sol… Nunca sabías que iba a pasar.
Al salir de casa, nos dirigimos a la Royal Mile, la arteria principal de Edimburgo, y que lleva directa al Castillo, nuestra primera visita del día. Agradecemos haber comprado la Explorer Pass con antelación, porque la cola que hay en el Castillo es para echarse para atrás. Nosotros entramos directos con la Explorer y yo cojo una audioguía por 3,5 £. Paseamos por el castillo viendo las diferentes zonas, exposiciones y museos. Las vistas desde el castillo también son muy bonitas. Al principio escucho bastantes partes de la audioguía, pero no todo, ya que cada explicación es bastante larga. No obstante, está bien para empaparse un poco de la historia de Edimburgo y el castillo.

Al salir, bajamos por unas escaleras muy cerca del castillo, y luego seguimos la cuesta abajo, para llegar a Castle Terrace, donde hay mercado los sábados por la mañana. Es solo una pequeña calle con puestecitos de carne, embutidos, pasteles, miel, jabones artesanales, etc. En uno de los puestos están haciendo hamburguesas y nos llama la atención, así que cogemos una para comerla en uno de los bancos que hay al principio del mercado. También cogemos otra cosa que le llama la atención a Xabi, son huevos cocidos rodeados de una especie de morcilla y rebozados. Por 7£ las dos cosas ya hemos comido un tentempié.


De aquí nos movemos hacia Grassmarket, una plaza con muchos bares, restaurantes, y donde también hay un mercado pequeño fuera. Después subimos por Victoria Street, una calle muy pintoresca con tiendas, bares; y de aquí por George IV Bridge llegamos a la Royal Mile de nuevo.

Queremos retroceder para ir a Ramsay Lane y Ramsay Gardens, un rinconcito bonito de la ciudad.
Después, vuelta a la Royal Mile y vamos hasta el pub Greyfriar’s Bobby, para encontrarnos con la entrañable estatua de Bobby, el perro que pasó junto a la tumba de su amo cuando este murió, nada más y nada menos que 14 años. Al lado, está el cementerio donde estaba enterrado el dueño de Bobby.
Desde aquí vamos al National Museum of Scotland, donde no nos paramos a ver las exposiciones, sino que subimos directos al Rooftop Terrace para disfrutar de las vistas. Es gratuito y merece la pena. La verdad es que hay muchos sitios desde donde observar diferentes panorámicas de la ciudad. Desde este concretamente se ve muy bien el castillo, con las gradas en la explanada para el Military Tattoo, exhibición militar de bandas de gaitas, tambores, desfiles… que tiene lugar cada noche durante agosto en Edimburgo.
Al salir del museo ya estamos bastante cansados así que hacemos una parada para descansar en un Starbucks. Sorpresa, en cuanto nos sentamos dentro, empieza a llover. Hemos elegido el mejor momento, está claro! Después de un rato salimos, sigue lloviendo pero ya muy poco y enseguida para. Vamos bajando por la Royal Mile, viendo algunos de los callejones más famosos, como Dunbar’s Close o White Horse’s Close.
Ya hemos recorrido hasta el final la Royal Mile, pasando por el extraño edificio del Parlamento, y llegando al Palacio Holyrood, que vemos desde fuera.

Desde aquí, vemos la colina de Arthur’s Seat y decidimos empezar a subir, ya que ahora el tiempo ha dado tregua, y de hecho ha salido el sol, aunque a ratos hace viento y un frio que pela! Las vistas desde arriba son muy bonitas, merece la pena. Llegamos a un punto desde el cual se ve otra colina más elevada a la que sube gente, pero nosotros no llegamos hasta allí.
Ya de vuelta, vamos hacia la New Town y paseamos por Rose Street. Nos animamos a llegar a Dean Village, donde callejeamos un poco y seguimos el sendero del Water of Leith, a orillas del rio; es un sitio muy agradable y tranquilo.
De vuelta a casa, paramos para las correspondientes birras más picoteo, en un pub de la New Town.

Al salir de casa, nos dirigimos a la Royal Mile, la arteria principal de Edimburgo, y que lleva directa al Castillo, nuestra primera visita del día. Agradecemos haber comprado la Explorer Pass con antelación, porque la cola que hay en el Castillo es para echarse para atrás. Nosotros entramos directos con la Explorer y yo cojo una audioguía por 3,5 £. Paseamos por el castillo viendo las diferentes zonas, exposiciones y museos. Las vistas desde el castillo también son muy bonitas. Al principio escucho bastantes partes de la audioguía, pero no todo, ya que cada explicación es bastante larga. No obstante, está bien para empaparse un poco de la historia de Edimburgo y el castillo.
Al salir, bajamos por unas escaleras muy cerca del castillo, y luego seguimos la cuesta abajo, para llegar a Castle Terrace, donde hay mercado los sábados por la mañana. Es solo una pequeña calle con puestecitos de carne, embutidos, pasteles, miel, jabones artesanales, etc. En uno de los puestos están haciendo hamburguesas y nos llama la atención, así que cogemos una para comerla en uno de los bancos que hay al principio del mercado. También cogemos otra cosa que le llama la atención a Xabi, son huevos cocidos rodeados de una especie de morcilla y rebozados. Por 7£ las dos cosas ya hemos comido un tentempié.
De aquí nos movemos hacia Grassmarket, una plaza con muchos bares, restaurantes, y donde también hay un mercado pequeño fuera. Después subimos por Victoria Street, una calle muy pintoresca con tiendas, bares; y de aquí por George IV Bridge llegamos a la Royal Mile de nuevo.
Queremos retroceder para ir a Ramsay Lane y Ramsay Gardens, un rinconcito bonito de la ciudad.
Después, vuelta a la Royal Mile y vamos hasta el pub Greyfriar’s Bobby, para encontrarnos con la entrañable estatua de Bobby, el perro que pasó junto a la tumba de su amo cuando este murió, nada más y nada menos que 14 años. Al lado, está el cementerio donde estaba enterrado el dueño de Bobby.
Desde aquí vamos al National Museum of Scotland, donde no nos paramos a ver las exposiciones, sino que subimos directos al Rooftop Terrace para disfrutar de las vistas. Es gratuito y merece la pena. La verdad es que hay muchos sitios desde donde observar diferentes panorámicas de la ciudad. Desde este concretamente se ve muy bien el castillo, con las gradas en la explanada para el Military Tattoo, exhibición militar de bandas de gaitas, tambores, desfiles… que tiene lugar cada noche durante agosto en Edimburgo.
Al salir del museo ya estamos bastante cansados así que hacemos una parada para descansar en un Starbucks. Sorpresa, en cuanto nos sentamos dentro, empieza a llover. Hemos elegido el mejor momento, está claro! Después de un rato salimos, sigue lloviendo pero ya muy poco y enseguida para. Vamos bajando por la Royal Mile, viendo algunos de los callejones más famosos, como Dunbar’s Close o White Horse’s Close.
Ya hemos recorrido hasta el final la Royal Mile, pasando por el extraño edificio del Parlamento, y llegando al Palacio Holyrood, que vemos desde fuera.
Desde aquí, vemos la colina de Arthur’s Seat y decidimos empezar a subir, ya que ahora el tiempo ha dado tregua, y de hecho ha salido el sol, aunque a ratos hace viento y un frio que pela! Las vistas desde arriba son muy bonitas, merece la pena. Llegamos a un punto desde el cual se ve otra colina más elevada a la que sube gente, pero nosotros no llegamos hasta allí.
Ya de vuelta, vamos hacia la New Town y paseamos por Rose Street. Nos animamos a llegar a Dean Village, donde callejeamos un poco y seguimos el sendero del Water of Leith, a orillas del rio; es un sitio muy agradable y tranquilo.
De vuelta a casa, paramos para las correspondientes birras más picoteo, en un pub de la New Town.